Capitulo 30

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—Doctor Vanderham, doctor. —la pequeña voz se filtraba en mi sueño, pero me negaba a abrir los ojos, estaba muy cómoda. —¡Jagger!

No sabía si estaba sacudiéndolo o él estaba comenzando a despertar, solo sabía que debajo de mí, su cuerpo comenzaba a moverse.
No supe en que momento nos quedamos dormidos, recuerdo que comimos y luego él intentó explicarme, pero le pedí que esperará, quería estar en todos mis sentidos cuando habláramos.

Era una cobarde con todas las letras, pero por unas horas quería olvidar todo y simplemente dejarlo que me abracé. Cuando estuviéramos solos podríamos hablar bien.

—¿Qué pasa? Es muy temprano enfermera y estoy de vacaciones. —escuché su voz adormilada, ronca al acabar de despertar, demasiado sexy para su propio bien.

—No puede estar así, recuerde las reglas del hospital. Además la enfermera, digo la paciente estaría en contra de su comportamiento al despertar.

—¿Quién? ¿Rainy? Claro que no, ella me ama. —gracias a Dios tenía los ojos cerrados o me avergonzaría por lo reales que eran sus palabras.

— Sí claro, pero como amigos, Rain conoce tu historial mejor que nadie. —eso también era verdad, conocía a cada chica con quien Jagger había salido estos años, al menos a las que repetían.

—Ahora soy un hombre nuevo, serio y comprometido. Sé que suena un poco irreal, casi milagroso, pero estoy enamorado de mi girasol y no esta en mis planes hacer algo para cagarla con ella.

—¿Quién es tu girasol? Y no sabes como me gustaría creerte, pero me parece imposible la idea de verte sentar cabeza. —había dicho esas mismas palabras en reiteradas ocasiones y ahora estaba comprobando lo equivocada que estuve.

Jagger podía ser serio y exclusivo, solo cuando quería, claro estaba, pero por muy loco que pareciera, me quería y no dejaba de demostrarlo.
Nuestro futuro aún era incierto y me asustaba como el demonio, pero no estaba lista para entregárselo a alguien más. Quizás esto me hacia egoísta, pero estaba harta de ceder, de rendirme y aceptar, esta vez no.

—Rainy es mi girasol, mi chica y ahora esta molesta, pero trabajo mi disculpa. Tú eres chica ¿Qué debería decirle al despertar? Ayúdame un poco Jill.

—Yo empezaría con flores, pero no las tienes, por lo que comienzas mal.

—Eso puedo arreglarlo y mejorarlo, puedo traerle esos muffins de chispas que tanto le gustan. ¿Cómo no lo pense? Ella ama esas cosas. —Se removió hasta salir de la cama. —Voy a bajar por ello, échale un ojo por mi.

En cuanto Jagger salió, seguido por la enfermera, mi teléfono comenzó a sonar en alguna parte dentro de la habitación, por lo que debí abrir los ojos, para buscar ese aparato de tortura.
Vi mi bolso al otro lado, apoyado contra una silla en la esquina junto a la puerta. Me levanté con cuidado y me encaminé hacía allí, sacando mi teléfono . Cuando vi el nombre de mi madre, preferí cortar la llamada, pero cuando volvió a sonar y el nombre de mi tía apareció, supe que algo había sucedido.

—Hola tía...

—Por fin respondes cariño, debes volver a casa de tus padres urgente. —y esa era mi feliz navidad…

—No puedo ¿Recuerdas que me echaron?

—Rain, es grave. Tu papá esta ingresado en el hospital, no se bien lo que sucedió, ya conoces la forma de explicar de tu madre. —sí lo hacía, pero aún estaba medio cansada y ya debía viajar otra vez. —Rain sé que no quieres volver, pero si algo malo sucede, te arrepentirás por siempre.

—Veré como viajo, pero será imposible conseguir un vuelo.

—Gracias cariño.

—Nos vemos allí tía. —por desgracia volver no era una opción, era la opción.

Volví a guardar mi teléfono y comencé a vestirme, no podía seguir perdiendo tiempo. Ahora debería ir al aeropuerto y conseguir un vuelo, viajar allí y enfrentar a los leones.
Cuando estuve lista, Jagger ingresó, cargando con él un ramo de violetas y una caja con tres muffins y dos café.

—No seré tu doctor, pero ¿Qué haces fuera de la cama? Vamos amor, debes descansar un poco. — en serio lo extrañaba y no habíamos estado alejados ni dos días.

—No puedo, debo volver al infierno y con urgencia.

—¿A casa de tus padres? ¿Por qué? Diablos Rain, estamos en el hospital, aún no estas repuesta.

—Al parecer mi padre esta internado y no saben si es grave, acaba de llamarme mi tía y me pidió ir.

—Bien, iré contigo. —lo miré ladeando mi cabeza.

—Acabamos de volver, ¿Por qué querrías volver a viajar tantos kilómetros?

—Porque tú estarás allí y no pienso dejarte sola. —me acerqué y me puse de puntas de pie para besarlo.

No podía contra Jagger, él tenía el encanto y el poder de hacerme rendirme ante él. Enamorarte de tu mejor amigo es una mierda, él conoce tus puntos débiles, tus fortalezas  y siempre tiene la respuesta justa para poder hacerte sentir bien.

—Te amo Jagger y quiero hablar de todo lo que nos esta rodeando, pero tengo que irme y aunque quiero que vengas conmigo y odie, con todas las fuerzas de mi alma dejarte aquí, aún debes arreglar las cosas con la madre de tu futuro hijo. Sé que no quieres un bebé, pero si ya esta en camino, debes hacerte responsable de él. —vi que intentaría decir algo sobre ello, pero no había terminado. —Con esto no quiero decir que voy a renunciar a ti, estoy lista para enfrentar los problemas, siempre que estés conmigo, pero si ahora nos vamos, ella creerá que huyes de esta responsabilidad. Por eso iré sola y tú le explicaras que te harás cargo.

—Rainy ¿Terminaste? — lo pensé unos momentos y asentí. Por ahora no se me ocurría algo más que decir. — Ivana se fue a casa de sus padres y no volverá por unos días, si es que lo hace. Le pedí que se haga una prueba y me dio largas, así que iré contigo, te guste o no.

Entonces existía la opción de que esta chica mintiera, que pudiera ser tan retorcida como para hacer algo así. Ahora me sentía furiosa, con ganas de  golpearme por ser tan tonta y de golpearla por jugar con algo así.

—Ahora tú dime ¿Por qué no me llamaste? Conozco tu fobia, podría…

—No Jagger, no hubieras podido. Vivimos a treinta minutos de distancia, si te hubiera llamado de igual forma, llegarías cuando estuviera aquí. Llamé a Valery, pero, bueno a ella no le importó.

—¿La llamaste y no hizo nada por ayudarte?

—Esta demasiado celosa como para hacer algo al respecto. De hecho; estoy buscando un nuevo departamento, ya no me siento cómoda viviendo con ella.

—No la justifiques, no puedo creer que no haya siquiera llamado al encargado. Y no hace falta que busques, puedes quedarte conmigo.

—No lo creo.

—¿Por qué no? —y encima me lo preguntaba, ¿Acaso no se daba cuenta?

—Es muy pronto, ¿No crees que es muy rápido?

—Nos conocemos hace cinco años, no lo siento rápido.

—Sabes a lo que me refiero.

—Sigue sin parecerme rápido Rainy, me sentiré mejor contigo despertando junto a mi, que exponiéndote a cualquier cosa.

—¿Puedes hablar con Mackenzie? Tengo que ir al aeropuerto. —lo mejor sería cambiar el tema y pensar en su loca propuesta.

—Esta bien, pero no creas que terminamos de hablar de esto, te convenceré.

—No lo dudo. Ahora ve.

—Una última pregunta ¿Ya estamos bien? —lo miré y sonreí, se veía tan inseguro al preguntarlo, una nueva faceta en Jagger.

—Ya estamos bien.

Jugando con JaggerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora