—Toma asiento hija—me pidió al ingresar a su despacho.
Todo seguía igual, debía concederle eso a mi padre. Las paredes siempre correctamente pintadas de color manteca, con los muebles de algarrobo, la vieja alfombra verde menta, que ocupaba la mayoría del espacio, pero no dejaba de convertir este sitio en un lugar acogedor. Y luego estaba mi lugar favorito, la biblioteca del señor Alan Farguson, tenía tantos libros, que solía encerrarme y perderme en cada línea de esas benditas páginas.
Cada historia me transportaba a un mundo completamente fantástico, donde la mayoría de las veces el amor era quien vencía al final. Quizás aferrarme a estas historias me nublo la vista y no veía la realidad. Los hombres en este mundo no eran tan amorosos, fieles y perfectos, en la realidad se cansaban de pelear y sus palabras de amor, eran solo promesas que el mínimo viento podía llevárselas. En cambio entre esas paginas nada detenía a dos enamorados y el destino siempre parecía conspirar a su favor, tarde o temprano siempre lograban estar juntos.Cuando era más joven, creí que tendría eso con Fred, después de todo fue mi primer amor. Pero de muy mala manera descubrí que uno puede amar con todas sus fuerzas y creer que todo esta bien, siendo estúpidamente ingenuo, solo para terminar descubriendo que los sentimientos del otro, son completamente diferentes y que ese “para siempre” terminaría siendo un “hasta que dure’.
—¿De qué querías que hablemos padre? Entenderás que no quiero dejar mucho tiempo solo a Jagger. — y menos si la harpía le rondaba cerca.
—Esta con tu familia Rain, no esta solo. —al escucharlo no pude evitar rodar mis ojos. ¿En serio esperaba que eso me hiciera sentir mejor? ¿Acaso no recordaba el porque me aleje de ellos?
—Eso es lo que más me asusta, ya sabes lo que dicen padre, una vez que te quemas, ves al fuego con cuidado. —y yo me había quemado a un punto en el que nunca podría borrar las cicatrices.
—Eso sucedió hace muchos años hija, creí que lo habías superado para este entonces. —Arregló sus lentes, antes de volver a verme como si nada hubiera pasado.
¿Acaso no les importaba todo lo que sufrí? Ellos vieron el estado en que me encontraba, había pasado días encerrada en mi habitación, deseando que todo fuera mentira y mi propia familia no hubiera pisoteado mi corazón.
No me era tan sencillo, por desgracia, superar una traición de esta magnitud.—No puedo olvidar, nunca lo haré. Mi confianza en ustedes ha desaparecido, si vine estos días es porque son mis padres y los amo, pero si vuelven a lastimarme no volveré. Lo siento papá, pero si en estos días que restan descubro que están haciendo trampa, no dudare en sacarlos de mi vida para siempre.
—Eso es muy extremista de tu parte hija. —respondió, en verdad creyendo eso, pero a mi punto de vista, estaba actuando según lo sentía.
—¿En serio lo crees? ¿Qué harías en mi lugar?
—No sabría decirte…
—Exacto padre, no lo sabrías, pero yo si y créeme que estoy actuando mucho mejor de lo que debería. Insistieron en que viniera, era un llamado tras otro, ¿Por qué? ¿Qué querían?
—Verte. Fueron cinco años lejos de nuestra única hija. ¿Puedes culparnos a tu madre y a mi, por querer pasar tiempo en familia? —¡Sí claro! no me creía nada de eso, pero si así querían jugar, estaba lista.
—Hace mucho dejamos de ser una familia, ¿Por qué papá? ¿Por qué si querían pasar tiempo conmigo, invitan a Fred? ¿Acaso intentan abrir viejas heridas? —mordí mi labio inferior, amortiguando el deseo de llorar, no podía darles ese gusto. Hace años, no podía evitarlo, pero ahora si. — Tengo un trabajo que me llena día a día, alguien que me quiere mucho y no le importa dejar atrás su vida para venir a acompañarme y no dejarme ni un solo momento sola. ¿Por qué insistir en que venga a este infierno, donde temo que al primer descuido entierren una daga en mi espalda? Eres mi padre y no confió en ti.
—No buscamos hacerte daño , pero debes comprender que esta casa también es de Esther y no podemos negarle que invite a Fred. No eres una niña y comprendes que las cosas no siempre son como las queremos.
No iba a continuar discutiendo el mismo tema, ya me quedaba claro que nunca se pondrían de mi parte. Haga lo que haga, siempre Esther tendría la razón, mientras yo seria la egoísta incapaz de ser feliz por su querida prima.
Mire a mi padre, esperando que esta vez no me engañara y asentí.—Confiare en que no escondes nada padre, solo espero que esta vez no tenga que arrepentirme. Ahora si no te molesta volveré con Jagger. —comencé a levantarme, no podía dejarlo solo mucho tiempo a merced de la harpía.
—Rain. —voltee a verlo, encontrando que al igual que yo, comenzaba a levantarse de su silla. —En verdad me alegra que estés aquí, puedes dudar de mis palabras, pero es la verdad.
Le di una sonrisa de labios cerrados y caminé hacia el comedor. Allí encontré a Jagger esperándome, por lo que apresuré mi paso, sentándome y tomando su mano.
—¿Todo esta bien, Rainy? —asentí tomando un poco de jugo. Como vi que no lo convencía me incliné y apenas roce nuestros labios en un pico.
—Estoy bien, solo hablamos un poco.
—Rain ¿Entonces ya aceptaste? —mire de reojo a Esther ¿Qué mierda debía aceptar?
—Basta Esther, no es momento para eso. —la corto mi padre, sintiéndose más inseguro y nervioso que antes. Sabia que algo me ocultaba, pero no le hice caso a mi intuición.
—¿Qué se supone que debo aceptar Esther? —pregunté, atrayendo la mirada de todos en la mesa.
—Ser mi dama de honor ¿Qué mas? —mi primera reacción ante su propuesta fue reír. ¿Qué la hacia pensar que aceptaría?.
¿Así que por eso la insistencia en que me aparezca? No entendí qué mierda tenían en la cabeza, pero nunca me prestaría para eso.
Cuando la risa comenzaba a cesar, las ganas de llorar por la impotencia, solo aumentaban.—Pero por supuesto que no. No cuenten conmigo para esa tontería, no puedo creerlo ¿Intentaban emboscarme? —pregunté esta vez mirando a mi padre, quien al menos, parecia lucir avergonzado.
¡Pues debería! Me engaño, no hace ni diez minutos que me mintió en la cara.
—Rain, no puedes hacerle esto a tu prima.
—No, ustedes no pueden hacerme esto mamá, ¿Qué es? ¿Una maldita burla?
—Esta vez se equivocaron, hermano, es tu hija y la haces pasar por algo así. No la ves hace cinco años ¿Y le pides volver por esto? —al menos mi tía tenia sentido común.
—Ya podrías dejar el drama prima, pasa página y olvida. No puedo creer que incluso ahora quieras robarme el protagonismo. —Esther rodo los ojos, mientas mi boca se abrió, ¿Me estaban jodiendo?
—Girasol, ¿Por qué no vamos a pasear y los dejamos conversar de sus planes solos? —bendito sea Jagger, él siempre me rescataba.
—Sí, lo mejor será que vayamos a distraernos. Hasta luego. —me levanté de la mesa, aún con mi madre pidiéndome que no sea grosera.
Yo no era la grosera en esta situación, sino ellos.
Jagger tomó mi brazo y me llevó a la habitación, necesitaba mi bolso y un abrigo.
—Estoy bien, solo me tomo por sorpresa ¿Puedes creer esto? —estaba temblando, no de nervios, sino de frustración.
—Vamos Rainy, un poco de aire te ayudara. —esperaba que lo hiciera.
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Jugando con Jagger
Ficção AdolescenteSolo veinte días... Rain sabía que no podía llegar al infierno que era la casa de sus padres, sola. Pero ¿A quién podría llevar? Sus últimas citas habían sido un completo desastre, dejándola con casi ninguna opción. Pero dicen que a problemas desesp...