Solo veinte días...
Rain sabía que no podía llegar al infierno que era la casa de sus padres, sola. Pero ¿A quién podría llevar? Sus últimas citas habían sido un completo desastre, dejándola con casi ninguna opción.
Pero dicen que a problemas desesp...
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Iba a asesinar a quien estuviera llamando con tanta insistencia. No quería abrir mis ojos, me sentía bastante cómoda y cálida. Y no podía, aunque quisiera hacerlo, olvidar el terrible dolor de cabeza que sentía. Dolor que parecía crecer con el incesante sonido de llamada. Estaba lista para moverme y cortarle a quien sea que fuera tan desagradable, de no notar que no querían responderle. Pero no hizo falta, el maldito ruido por fin acabo, lo que me permitió volver a acurrucarme entre las mantas.
—Mmm… Lo siento pero no soy Rain, soy Jagger. No, no se equivoco de número, pero ella ahora esta dormida. —abrí mis ojos, presa del miedo ¿Con quién demonios estaba hablando Jagger? —Si señora Farguson, soy el novio de Rain.
Eso era todo, iba a matar a Jagger. ¿Cómo es que estaba hablando con mi madre? ¿Por qué demonios le respondió el jodido teléfono? Él no conocía los alcances que tenía mi madre, incluso a más de tres mil kilómetros de distancia.
—¿Cómo que Rain no me mencionó? No es posible, nos conocemos desde hace cinco años y llevamos casi un año juntos. —¿Qué mierda? Esa última acotación me hizo levantarme y sentarme en la cama, mirando con odio a mi mejor amigo. —Es lo que le digo, pero para ser justos, tampoco me ha hablado sobre usted. Mi pequeño girasol es algo reservada.
¿Pequeño girasol? Yo le daría su pequeño girasol, jodido idiota.
—No, no me mencionó ninguna cena ¿Es algo familiar? —mientras intenté arrancarle el teléfono, el negó sonriente. — Claro que me encantaría asistir, ahora son como mi familia.
Estaba segura de que mi madre estaba en estos momentos, extremadamente eufórica. Él estaba dándole la personificación del yerno perfecto, ahora solo me atosigaría a preguntas. ¿Cuánto tiempo había dicho que éramos novios? Demonios, ahora también debería estudiar mentiras.
—Sí, llegará un poco tarde, al igual que yo. ¿Sabe que somos compañeros de trabajo? —inspiré con fuerza, haciendo que mis orificios nasales crecieran. Pero el desgraciado de Jagger comenzó a reír.
Por su bien, esperaba que se riera de algo loco que hubiera dicho madre y no de mi, ya que estaba a punto de golpearlo con el mismo telefono.
—No, soy uno de los doctores sexys en ese hospital ¿Cómo cree que conquisté a su hija? Sí, no tuvo oportunidad. —cansada de la situación le arrebate el teléfono, decidida a acabar con esto de una vez.
—Hola mamá, siento mucho esto pero me desperté con el tiempo justo, te llamaré luego. Adiós. —no le di tiempo a negarse antes de cortar la maldita llamada.
—Eso no fue muy amable Rainy, tu madre en verdad parecía encantada.
—¿Por qué mierda le respondiste jodido idiota? ¿Sabes que es lo que debe estar haciendo ahora? Informándoles a todos que la tonta de Rain sale con un doctor y nunca le aviso. —si antes llamaban, ahora me bombardearían.
