Desperté por el constante golpeteo en la puerta, parecía como si un pájaro carpintero se hubiera obsesionado con la puerta de la habitación. Abrí los ojos, repitiendo en mi mente una cantidad abismal de groserías, yo solo quería dormir un poco más.
Mire hacia mi izquierda, encontrando la luz que asomaba por la ventana, ¿Qué maldita hora seria? Parecía ser de mañana. Volteé a mi derecha, encontrándome con un dormido Jagger.Él se veía tan tranquilo, inocente, incapaz de romper un jodido plato, pero yo lo conocía muy bien y sabía que era un bragueta popular, rompecorazones de primera, un mujeriego sin remedio. Pero aún conociendo ese lado suyo, casi lo había besado y aún quería besarlo con todas mis fuerzas.
Una cosa era tener resistencia, pero llegaba un momento en que la fuerza de voluntad menguaba. Quería culpar por esto, al hecho de sentirme vulnerable, al repentino cambio de aire, pero no, de cierta forma me sentía atraída por él.Me moví despacio, teniendo cuidado de no despertarlo, para ver quien era tan grosero como para despertarnos. Al abrir la puerta, solo comprobé que no me equivoque, mi propio pájaro comenzaba a molestarme.
—Venia a ver si desayunarían, o como en la cena, se ausentaran. —¿Desayunar? ¿Qué hora seria?
—¿Qué hora es, madre? —pregunté, frotando mis ojos.
—Son las nueve de la mañana Rain. —¡Mierda! Habíamos dormido más de doce horas.
—Lo siento, estábamos agotados, antes de viajar tuvimos guardia. —no sabía si le bastaría la excusa, pero era la verdad, todavía estaba cansada.
—Estamos abajo, no se tarden. —puse los ojos en blanco y giré, repitiendo en voz demasiado baja las palabras de mi madre.
Jagger había volteado y ahora se encontraba boca abajo, exponiendo una gran espalda, por la cual quisiera pasar mis uñas. Esto era su culpa, ¿Por qué demonios no podía actuar normal como siempre? ¿Por qué ahora no dejaba de lanzar sus constantes líneas coquetas en mi dirección?
Me senté en el borde de la cama y comencé a sacudirlo, él soltó uno que otro quejido, pero parecía sin ganas de despertarse.
—Jagger, vamos Jagger despierta, ya dormimos demasiado. —al ver que seguía sin despertar, me incliné, quedando muy cerca de su oído. — Jagger, vamos, no quiero que vuelvan a buscarnos y tampoco quiero bajar sola.
Cuando comprobé que no hacia ningún movimiento para despertar, deje de insistir, quisiera o no, enfrentaría a los tigres sola.
Estaba poniéndome de pie, cuando Jagger giró y me tomo de la cintura, haciéndome caer en el lado vacío. ¡El maldito fingió estar dormido!—Buen día girasol, se supone que debías despertarme con un beso, no a sacudones.
—En todo caso, tú deberías haberlo hecho. Pero ya establecimos que no soy una princesa y claramente tú no eres un príncipe—reí cuando comenzó a hacerme cosquillas.
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Jugando con Jagger
Teen FictionSolo veinte días... Rain sabía que no podía llegar al infierno que era la casa de sus padres, sola. Pero ¿A quién podría llevar? Sus últimas citas habían sido un completo desastre, dejándola con casi ninguna opción. Pero dicen que a problemas desesp...