CAPÍTULO 6

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Halmeoni hizo que me limpiara las lágrimas y que volviese a comer mi pastel para que me alegre el día. Según ella, el azúcar iba a hacer que mis ánimos subiesen.

Mientras terminábamos de comer, ella empezó a contarme ciertas anécdotas tanto de los chicos como de ella para cambiar el ambiente y con ello, levantarme el ánimo. Muchas me hicieron reír demasiado ya que no esperaba escuchar esas cosas, mientras que otras ponían una sonrisa en mi rostro de lo tiernas que eran.

Debía admitir que sentí que en ese momento había regresado a ser una niña pequeña, sin las preocupaciones de siempre.

Después de comer, dejamos todo ordenado antes de que me indicara qué haríamos hoy.

La ancianita me dijo que iríamos a recoger algunas verduras del huerto para el almuerzo y la cena. A decir verdad, yo solo estaba haciendo caso y siguiendo las indicaciones porque se trataba de halmeoni. Si fuese otra persona, yo ya habría escapado, ignorando mis nuevas responsabilidades.

Estaba en serios problemas.

Jamás había cosechado algo en mi vida, es más, yo era pésima para las plantas. Nunca logré que el frijol, que nos mandaban a plantar en el kinder, le creciera más que unas cuantas raíces.

¿Cómo se supone que saque las verduras sin dañarlas en el proceso? o peor aún... ¿Cómo iba a sacar las verduras sin matar la planta entera? Porque una vez escuché que, si no sabes sacar el fruto de la manera correcta, podrías matarla por completo.

-Bien pequeña, comenzarás a recoger los tomates mientras que yo iré por las coles -señaló el invernadero que estaba a un lado-

-¿No prefiere que sea al revés? -comenté algo indecisa- Las coles están en el piso y no quiero tu espalda duela después de esto.

-¿Estás segura de eso? -yo solo asentí con la cabeza, no sabiendo a lo que me enfrentaba- Eres una niña encantadora... Sería de mucha ayuda si lo hicieras.

La abuelita me entregó unos guantes y unos cuantos instrumentos para que me apoye en el trabajo.

Con todo entre las manos, me acerqué al invernadero. Di una vista rápida del lugar, soltando un suspiro al ver lo que me esperaba. Vaya, definitivamente esto sería difícil.

Me acerqué a una de las coles y empecé a tirar de ella. Pese a la fuerza y presión que le estaba metiendo, esta no cedía para nada. Traté de jalarla por otro lado, pero nada, estaba completamente inamovible. Parecía que estas coles estaban pegadas.

Volteé a ver a halmeoni, que estaba sacando tomates y hacía ver que como si todo fuese realmente fácil. Cortaba con gran rapidez solo algunos, los que supongo que eran los maduros, mientras a los otros los limpiaba con un trapito.

Al ver la ancianita y luego regresar a verme a mí, algo me quedaba realmente claro.

Si me meten a un programa de supervivencia, sería la primera eliminada. Si no puedo con una simple col, menos podré encontrar mi propia comida en medio... de la selva, ¿tal vez?

-Parece que la col te está dando más pelea que Youra -escuché una voz burlona detrás de mí-

-Es que la col está más llena que ella -contesté sin voltear a verlo, sabiendo de antemano quién podría ser-

-Deberías dejar a esa pobre col en paz. No creo que quieras dejar a una familia sin su padre.

-¿No deberías estar con los demás? -lo miré de reojo- En vez de estar fijándote en lo que hago.

-Tae me mandó para ver cómo te estaba yendo y parece te iba mejor escapando... Creo que no es necesario recalcar que no lo lograste -soltó burlonamente-

Amor de verano (Kim Taehyung) ~RESUBIENDO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora