CAPÍTULO 11

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Estábamos disfrutando el momento, entre risas y algunos gritos; sobre todo por parte de Jimin. Este se enojaba porque fue él quien terminó recibiendo más baldazos de agua. Pero había que admitirlo, es gracioso verlo renegar.

El cielo había empezado a oscurecer y el viento a enfriar, indicando que ya deberíamos parar si es que no queríamos pescar un terrible resfriado.

Sin pensarlo del todo, había pasado cerca de una hora jugando con el agua y si eso no era suficiente, también había terminado llena de lodo por haberme resbalado un par de veces. En conclusión, estaba toda mugrienta. Sin embargo, estaba bastante feliz de haberlo hecho.

Estábamos ya de regreso para poder bañarnos y prepararnos para la cena. Veníamos haciendo un gran alboroto, llamando la atención de todos aquellos que se encontraban fuera de las pequeñas cabañas que fungían como habitaciones.

Al estar tan alegres y sumándole que estábamos completamente empapados, los murmullos hacia mi persona no se hicieron esperar. Lo supuse porque las caras de asco y los dedos señalándome no eran porque había ganado las olimpiadas.

"Salió incluso más zorra que Youra" "Lo sabía, es una perra" "Esa estúpida no pierde el tiempo" "¿Con los tres a la vez? Vaya, solo ella se supera en ser la más puta" "Mírala, después viene a hacerse la mosca muerta con nosotras"

Esas eran algunas de las cosas que logré escuchar ya que "susurraban" de tal manera para que todos se enterasen de la conversación. Ni siquiera trataban de ser más discretas, es más, parecía que lo hacían solo para molestarme.

No lo entendía.

¿Por qué todo lo que yo hacía estaba mal? ¿Por qué solo era a mí a la que trataban así? Si hubiese sido otra persona, no les hubiese importado en lo absoluto lo que estuviesen haciendo, pero como era yo, me convertía en la peor puta del país. ¿Por qué yo no podía ser feliz? ¿Por qué todo lo que hacía era juzgado por los demás?

-No les hagas caso -Jimin palmeó mi hombro para darle un ligero apretón después- Solo hablan porque tienen boca, pero sin un cerebro, las palabras pierden el sentido.

-Gracias -le sonreí- Igual, no les estaba haciendo caso. Ya estoy acostumbrada a esa clase de cosas -me encogí de hombros para restarle importancia- No me afecta en lo absoluto.

Mentira, sí lo hacía. Cada mentira que decían de mí, me dolía y dolía demasiado. Sin embargo, no podía mostrarle a los demás que en verdad me afectaban sus palabras.

Para poder protegerme, había creado un escudo de indiferencia frente a los demás. Sabía que esa sería la única manera de que las personas no me vieran como una débil de la cuál puedan burlarse y aprovecharse.

-Recuerda que no vale la pena que tu hermosa sonrisa sea borrada por la culpa de unos envidiosos -agregó Taehyung con una sonrisa-

-Gracias, Tae -intenté no sonrojarme, carraspeando un par de veces- Sabes que esos idiotas no me suman, ni me restan.

Sentí como Jungkook me tiraba un leve codazo para llamar mi atención y yo se lo devolví sin quitar mi vista de los dos mayores. Estos parecieron no darse cuenta de la acción porque ni se inmutaron por lo que hacíamos.

-Bueno, será mejor que nos vayamos a cambiar antes de que nos de frío -habló Taehyung de vuelta- Halmeoni me matará si es que alguno de nosotros se enferma.

-Iré a ducharme también. Por la culpa de Jungkook terminé cayéndome de cara al lodo.

-¿Mi culpa? -en nombrado dijo ofendido, poniendo una mano en su pecho- Te tropezaste tú sola por andar persiguiéndome.

Amor de verano (Kim Taehyung) ~RESUBIENDO~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora