Amor de verano (Kim Taehyung) ~RESUBIENDO~

CAPÍTULO 31

Abrí los ojos con mucha dificultad, sintiendo algo de pesadez en el cuerpo. Mi vista poco a poco empezó a enfocar lo que había a mi alrededor, dándome cuenta de que ya no estaba en la granja, sino en mi habitación de la clínica.

Traté de mover mi cuerpo, sentía un poco de dolor por el entumecimiento tras haber estado tanto tiempo en coma. Empecé con los dedos de mis manos, ya que era lo que menos esfuerzo me tomaba, y logré sentir un objeto.

Recordé que mi madre siempre dejaba el botón para llamar a las enfermeras en caso de que despierte.

Con mucha dificultad, llevé el aparato hasta un punto en el que me permitía ver cuál era el botón correcto y lo apreté. Una luz se encendió, indicando que había utilizarlo con éxito, por lo que volví a tirar mi mano sobre la cama.

Una enfermera entró de manera apresurada, poniéndose a revisar todos mis signos, antes de presionar el botón sobre la cabecera para pedir que viniese el doctor de turno a revisarme.

-¿Cómo te sientes? -preguntó, haciendo algunas revisiones a mi cuerpo-

-Horrible -dije con algo de dificultad, logrando que la enfermera soltara una pequeña risita-

Una doctora ingresó con una tablilla entre las manos, en el cual, supongo, tenía todo el expediente de mi caso. Ella se acercó a mí con una sonrisa, mientras la enfermera se puso a su lado para escuchar y apoyarla en las observaciones que me tenía que hacer.

-Hola, ___ -me saludó de manera cordial- Soy la doctora Moon. He estado viendo tu caso y me alegra que hayas despertado de una manera natural y sin complicaciones. Ya hemos dado aviso a tus padres y pronto estarán aquí.

-Muchas gracias -puse una pequeña sonrisa-

-Por mientras iremos haciendo unas cuantas pruebas para ver cómo estás. Como eres menor de edad aún, tenemos que esperar a tus padres para poder darte todos los resultados.

-Está bien. Igualmente, no suelo entender nada respecto a la salud.

Las tres soltamos una risita antes de que la doctora comenzara con se examinación.

Primero comenzó examinando mi garganta y otros aspectos más generales para descartar alguna enfermedad que pude haber contraído en mi estadía. Pasó después a mi memoria, haciéndome preguntas sobre todo lo que podía recordar hasta antes del coma. Por último, pasó a analizar mis reacciones ante estímulos, como seguir la luz. Yo trataba de seguirle el ritmo, para demostrarle que ya me encontraba completamente bien, lista para esta nueva oportunidad que me estaba dando la vida.

-Bien, ya terminamos -me sonrió y palmeó mi mano- Solo tenemos que esperar a que tus padres vengan para poder darle los resultados.

Ni bien había terminado de decir aquello, la puerta de la habitación se abrió intempestivamente, dejando ver a mis padres bastante agitados. Definitivamente su día había comenzado bastante acelerado.

-¡Mi bebé!

Mi madre entró corriendo, tirándose sobre mí, para darme un gran abrazo. Mi padre, por su parte, se acercó mucho más calmado, para depositar un beso en mi frente antes de abrazarnos a las dos.

-Mami, papi -dije mientras las lágrimas caían sin parar-

-¿Cómo estás, mi vida? -mi mamá se separó de mí y me tomó del rostro-

-Me siento bien -le sonreí, limpiando mis lágrimas- Solo un poco cansada.

-Muchas gracias, doctora -dijo mi papá tras limpiarse las lágrimas- ¿Cómo se encuentra mi hija?