Mi inmortal

Prólogo

—"Así me di cuenta de que la droga más fuerte para un ser humano es otro ser humano" —concluyó Alex el capítulo del libro.

—Pfff — exclame yo, poniendo los ojos en blanco y él sólo rio. Llevábamos un tiempo así, él leyendo para mí y yo enamorándome cada vez más de él. Era mi lugar favorito, mi cita perfecta.

Estábamos en la camioneta hippie y yo estaba acurrucada entre él y el libro, estaba terminando mi cigarrillo y de manera seductora le dije a Alex.

—¿Quieres saber cuál es mi droga favorita? Hoppe —Eso captó toda su atención y se olvidó de mi cigarrillo, me giré hacia él y vi como me contemplaba, comenzaba a creer que de verdad era su salvación y su mundo entero, su puto Lithium, sin saber que pues yo más enamorada de él no podía estar.

—Es lo que más deseo — dijo él, sabía que Alex esperaba una respuesta romántica y linda, también quería decirle lo que quería escuchar, que él era mi droga, mi lithium, que me había acostumbrado a todo estando junto a él, que jamás me dejara sola porque lo necesitaba mas de lo que él me necesitaba a mí, sin embargo solo lo guardé para mi.

—El tabaco —dije tan cerca de su boca como pude, relamí mis labios rojos y vi como se decepcionó un poco. Hizo un puchero y me miro. Me encantaba hacerlo enojar, se miraba tan tierno, era imposible que Alex fuera una mala persona, merecía todo lo mejor del mundo, ser feliz, que lo amaran y se lo demostraran, quise alejarme de Alex, pero no pude, me fue imposible, y egoístamente lo quería para mí, yo lo amaba más que nadie y quería demostrárselo, pero me aterraba tanto que esto pudiera irse al carajo si no decía las palabras adecuadas. Alex merecía saber que lo amaba.

—Me pongo romántico y te pones mamona —Dijo aún enojado. Solté una gran carcajada que estuve segura que se escucharía hasta la ciudad más cercana, vi como él seguía intentando no reír, pero fue inevitable y rio a los segundos después. Jamás me cansaría de su risa, era tan etéreo, lo amaba tanto. Alex era mi lithium, se convirtió en ello sin darse cuenta, se coló en mi vida y en mis huesos, sería inmortal en mí, mi inmortal.

Luego de tanto reír, hasta que nuestro abdomen doliera de la risa me dijo:

—Algún día tu respuesta seré yo.

Tienes razón. Sin embargo, ya la eres Alex, la fuiste desde siempre.

Baje la cabeza un poco avergonzada y reí, quise decírselo, pero aún tenía miedo, que egoísta, después de todo lo que pasamos.

Y es que aunque ya había desnudado una parte de mi alma ante Alex, me falto decirle cuánto lo amo.

Me acurruqué en su pecho, amaba estar tan cerca de Alex, me abrazo con fuerza y comenzó a sonar Lithium de Evanescence, siempre me contagio sus buenos gustos, imposible negar lo bella que era esta canción. Alex la tarareo y yo solo buscaba una manera de ser feliz completamente con Alex a mi lado. Sin darme cuenta de que ya lo era, así Alex comenzó a quedarse dormido, me separé un poco de él y baje de la camioneta hippie, él se movió un poco y pensé que se había despertado, pero al parecer no.

Ven a la cama, no me hagas dormir sola
No pude ocultar el vacío que dejaste mostrar
Nunca quise que esto fuera tan frío
Simplemente no bebiste lo suficiente para decir que me amas
No puedo sostenerme
Me pregunto, ¿que es lo que está mal conmigo?

—Ay, Alex —comencé a decir — Eres mi Lithium y estabilizador, y no se si es una buena comparación. Pero también eres mi perdición. Te has convertido en mi droga y en mi todo — seguí diciendo mientras me fumaba un último cigarrillo, también odiaba mi adiccion por ellos, no era nada bueno —ojalá el amor nos salvara a ambos, ojalá fuera suficiente...

—Ojalá, mi gran Lithium — dijo Alex con los ojos cerrados, casi me atraganto con el humo del cigarrillo, no abrió los ojos pero escuché lo que dijo.

—Hoppe, ¿de verdad quieres saber mi historia? —pregunté vacilando un poco, quería que dijese que no por lo duro que era, pero necesitaba saberlo.

—Sí, Hayley —respondió él aún con los ojos cerrados. Había llegado el momento, lo amaba, Alex se había convertido en mi todo y me daba miedo lo débil que estaba siendo, pero así lo había elegido yo.