Alex y mi abuelo se la pasaron platicando toda la comida, yo no dejaba de ver lo feliz que se veía Alex, se miraba tan despreocupado y tierno, hablando de lo que le gustaba, cada tanto me regresaba la mirada y me sonreía, yo bajaba la mirada y sonreía por igual.
—Hayley, el abuelo y yo te tenemos un regalo por tu cumpleaños decimonoveno —me dijo Morgan tiernamente, a la pobre Valentine se le salieron los ojos por las órbitas y casi se atragantaba con el vino. Alex me miro igual de sorprendido y yo me sonroje un poco.
—Aun faltan muchas semanas —dije yo, y me refería a casi meses, mientras comenzaban a llevarse los platos.
—De haber sabido, habría traído regalo —dijo Kailani en tono burlón, yo puse los ojos en blanco.
—No era necesario.
—¿Decimonoveno? —pregunto Alex sin despegar los ojos de mi. Yo sonreí.
—Sí, Hayley se a esforzado mucho por estar donde está hoy. Lleva un curso extra al igual que Kailani, las hace estar en el mismo curso, pero tienen la misma edad que tú. —señaló mi abuelo— ambos podrían hacer lo mismo, es decir, Valentine tiene unas notas excelentes y tú tienes el potencial, la capacidad de lograr lo que desees, Alex.
Ambos sonrieron en forma de agradecimiento.
—Vamos, tenemos tu regalo —insistió mi abuelo. Nos levantamos todos de la mesa y nos dirigimos al porche, era obvio lo que me esperaba.
Cuando abrieron el porche descubrí una gran jeep color negra, era preciosa, llevaba algún tiempo ahorrando para comprar una así, no quería utilizar el dinero que habían dejado mis padres, aunque era suficiente para sobrevivir mucho tiempo no lo quería usar para eso, sin importar cuánto fuera quería esforzarme por ello, tampoco quería usar el dinero de mi abuelo o de Morgan, y como no, al final hicieron lo que quisieron.
Alex no dejaba de observarme, aguardando una reacción, su mirada era cálida y tierna. Yo sonreí de oreja a oreja y me lance a ambos.
—No tenían porque hacerlo.
—No seas modesta, lo deseabas y nosotros encantados de hacerte feliz, lo que has ahorrado lo puedes utilizar para otras cosas, viajes, ropa, libros, etc —dijo mi abuelo.
El resto de la tarde nos la pasamos hablando de mil cosas, Alex no despegó los ojos en ningún momento de mi, sentía como disfrutaba todo y cada que lo miraba me sonreía, sus ojos luciendo hermosos y su sonrisa era maravillosa. Sentía que conocía a Alex de mil vidas más, pero necesitaba un poco más de tiempo.
Más tarde que nos dirigíamos a casa el sol ya se había puesto, Alex y yo nos montamos en la jeep negra que me regaló mi abuelo, mientras Kailani y Valentine se fueron en su auto.
—¿Puedo poner música? —me pregunto Alex mirándome con esos preciosos ojos. Yo me sonroje un poco y asentí.
Puso su playlist y de inmediato intuí que pondría su música favorita.
La primer canción que me enseño fue Lithium de Evanescence's y me enamoré de ella, jamás pensé que me encantaría tanto en especial esa canción, fingí que la aborrecí, pero realmente la amé. Sin saber que más tarde sería a lo único que me aferraría de él...
Me miro y sonrió, jamás la había escuchado hasta ahora y era realmente buena, Alex no despegaba sus intensos ojos verdes de mi, me sentía extrañamente bien, clara era la atracción, pero sentía que si me precipitaba todo se iría al carajo.
Mierda, ¡que letra!
—¿Que te parece? —pregunto claramente excitado. Me planteé mentirle, pero mire sus preciosos ojos verdes, me sonreía y el hoyuelo de su mejilla se hizo visible, ¿a quien pretendo engañar?
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Mi inmortal
RomanceHayley y Alex han sufrido demasiado en su corta vida, sin embargo encontrarse en vidas pasadas no ha sido suficiente ni lo será. Por eso harán promesas y jurarán un «para siempre», pero así se darán cuenta que no es para todos y lo harán de la peor...