—Hayley, hoy saldré con Cedric por la noche —anunció mi hermosa amiga.
—¿Aviso o permiso? —bromeé yo— no te preocupes nena, por la tarde iré a practicar kickboxing y por la noche iré al hospital.
—No te desveles, mañana saldremos.
—Sí, sí.
En la semana casi no había visto a Alex y eso me ponía triste un poco, pero la decisión fue mía, la pasaba con sus amigos y la rubia, al menos "sus amigos"; todos sabíamos que eran personas falsas que estaban con él por fama, porque era el niño rico que heredó la fortuna de su padre. Me encantaría saber que había detrás de Alex, que pensaría de esto.
—Kailani... —dije yo en el asiento del acompañante mientras fumaba mi cigarrillo— ¿estás segura de esto? Es decir... sabes que te apoyaré de cualquier modo, pero como tu amiga no deseo que salgas lastimada. Cedric no me ha dado motivos para desconfiar de él, sin embargo; mujer prevenida vale por dos. Cuídate mucho y asegúrate de que el sentimiento sea recíproco.
—Tranquila, Hayley. Se donde me meto, muchas gracias por siempre estar a mi lado y apoyarme, si no funciona, se que estarás para mi, y me alegra demasiado saber que puedo contar contigo. Todos merecemos una amiga como tú —dijo ella abrazándome. Tonterías.
—Ja, ja, ja. Si hablamos de mejores tú eres única, te amo muchísimo Kailani, eres todo lo que necesito. —se separó de mi y fingió limpiarse una lagrima, reímos las dos.
—Nos vemos a la salida —anunció alejándose de mi.
Me quede recargada en el auto, esperando a terminar mi cigarrillo, no pienso mentirles, extraño que Alex esté detrás de mi. Hablando de...
—Hola, gitana de mi vida —gritó él mientras se acercaba a mí. Yo sonreí para mi, parece que lo invoque, lo extrañaba y extrañaba su olor, hasta su sentido del humor, que siempre estuviera detrás de mi sin dejarme respirar.
—Hola, Alex.
—¿Me extrañaste? —pregunto él y yo reí. Sí, en demasía.
—Ni un poquito, no te hagas ilusiones —dije yo sonriendo, Alex me regreso la sonrisa y estoy segura de que temblé, era tan bellísimo, la playera color blanca hacía que los tatuajes de su pecho relucieran y por los brazos otros tantos, suspire y reí por lo bajo, concéntrate Hayley, era una pena que trajera la chaqueta negra.
—Vamos, algún día me extrañarás Hayley. —dijo Alex jugueteando con su cabello castaño-rubio, podría pasar toda mi vida viéndolo.
—No sin que lo hagas tú primero —dije yo acercándome a él, le di la última calada al cigarrillo y luego lo exhalé en la cara de Alex, el sólo tosió un poco y rio, mire sus labios y vi como él miraba mis labios rojos. Le di un rápido beso cerca de los labios y corrí hacia mi clase, dejándolo ahí, esperando más.
Ya había salido cuando me encontré a Kailani en el pasillo.
—Vamos a casa —anunció ella.
Estábamos a punto de salir cuando alguien nos detuvo. La rubia.
—Vaya, vaya —dijo ella— mira a quien tenemos aquí, por fin das la cara Hayley. Dinos, ¿quien eres?
—¿A que te refieres? —pregunto otra chica a su lado de modo burlón.
—Sí, Hayley no tiene historial, nadie sabe nada de su pasado antes de venir aquí.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo y de pronto tenía frío, usaba un Mom Jean color negro con botas Dr. martens y usaba un top color beige de manga larga, estiré la manga de este para que tapara mi cicatriz, la cual estaba ya tapada.
ESTÁS LEYENDO
Mi inmortal
RomanceHayley y Alex han sufrido demasiado en su corta vida, sin embargo encontrarse en vidas pasadas no ha sido suficiente ni lo será. Por eso harán promesas y jurarán un «para siempre», pero así se darán cuenta que no es para todos y lo harán de la peor...