Capítulo 25

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Al día siguiente asistí normalmente a clase, aunque me costó muchísimo separarme de Alex, este se burlaba de mi por no querer irme, sabía que se esforzaba por lucir bien, por verse mas sano y a mi me alegraba que luchara.

—Sino te das prisa llegarás tarde y Max te matará —dijo riéndose— no se enteró de lo de ayer, pero hoy podría. Anda, vete, yo no me moveré de aquí —siguió diciendo con voz dura y cansada.

—Pronto saldrás, si alguien hubiera hecho lo correcto, a estas horas ya estaríamos en Santorini —dijo recalcando las primeras palabras y Alex puso los ojos en blanco, yo sonreí como tonta.

—Ya, vete, sino no dejaré que te marches nunca —me atrajo hacia él y me besó en los labios. Mordí mi labio inferior y le sonreí seductoramente, quería quedarme... pero mi plan no funcionó.— ¡largo ahora mismo! O llamaré a Max. ¡Déjame Satan!

Gritaba como loco, yo salí riendo y negando con la cabeza una y otra vez, podía escuchar al otro lado de la puerta su estrepitosa risa. Alex no tenía remedio, maldito loco, pero más loca yo por quedarme. Morgan me miraba y me sonreí.

—Casi te veía casada con Otis, ¡gracias Dios porque abriste los ojos! —dijo alzando las manos hacia el techo como si se dirigiera a Dios.

—Cierra la boca.

—En realidad me alegro por esto. Necesito ayuda con mi boda y todo eso —me dijo mientras caminábamos a mi jeep— ven a verme, Howard desea verte y Max anhela más que nada en este mundo... —bajo la voz para que apenas pudiera escucharla y me dijo con voz amenazante— reprenderte. Y presentarte a su amor.

Hizo una mueca fingiendo asco y se retiró, lucía tan feliz, me parecía algo ramé, pero mientras hiciera feliz a Morgan, lucharía por ello a su lado.

La semana se me pasó aprisa de un lado a otro, tuvimos sólo unos pocos exámenes, George y Kailani jamás me abandonaron, Cedric por ser primo de Alex pasaba más tiempo con él, mientas nosotros no estábamos él y su madre lo cuidaban, Valentine estaba afrontando su propia guerra, intentaba apoyarla pero no era lo suficiente quizá.

—Valentine...

—Hayley, hay algunas cosas sobre las que aun no puedo hablar, traumas que no supero y por los que lucho —me corto ella de golpe una vez, sus ojos me miraban desesperados y tristes— es un poco difícil, lo mejor que puedes hacer es esperarme, espérame y esto saldrá solo, primero necesito resolverlo, ya tienen suficientes problemas...

Solo me lance a ella, creo que sospechaba a que traumas se refería, sin embargo decidí respetar su decisión.

El jueves por fin salió Alex del hospital. Insistió demasiado en ir a clases y así fue, se le veía más fuerte y repuesto, no quería separarme de él. Llegamos abrazados y nuevamente las miradas se volvieron a posar en nosotros, fuimos víctimas de muchas miradas, en especial de Jaxon y de Diane, los ignore lo más que pude. Me concentraba en pasar navidad con las mejores personas a mi alrededor, la boda de Morgan sería a mediados de Enero y todos participábamos en los preparativos de la boda, sería en Santorini pero obviamente Alex y yo iríamos a conocerla juntos, solos y antes.

Todos aceptamos pasar las fiestas navideñas en casa de mi abuelo, hasta Laura, la madre de Alex, con quien había mejorado un poco la relación con él, obviamente seguía la tensión entre nosotras y Alex no sabía nada de ello. Intentaba concentrarme en eso y no en que exactamente el sábado se cumpliría un año del fallecimiento de mis padres, el 20 de diciembre, jamás sería un día feliz, todos a mi alrededor actuaban con cautela, por supuesto Alex no, sin embargo decidí que debía disfrutar mis días con Alex y la gente que amo.

—Volvieron... —nos dijo una voz que odiaba un poco. Jaxon— a todos nos sorprende un poco.

—Imagino... —dije un poco en voz baja, Alex tomaba mi mano y me obligaba a quedarme junto a él— digo, sobre todo después de hacer hasta lo imposible por separarnos...

Mi inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora