Capítulo 10

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Después de que Alex estuvo en quimio salió muy alegre, me sonrió y se despidió, ya que yo no salía hasta mas tarde. Cuando subió al elevador me le quede mirando embobada hasta que salía. Llevaba una coleta, siempre la usábamos aquí, luego saqué mi IPhone de los mom jeans color negro y vi la hora: 19:30, ¡Ufff! Aun una hora y media para salir.

—¿Quien eres? Y, ¿que has hecho con el duro y frío corazón de mi nieta? —pregunto mi abuelo burlón, mientras estiraba un mechón de mi coleta para que le prestara atención. Yo me sonroje y lo abrace, me sentía eufórica.

—A comenzado a hacer mucha calor —dije yo, encongiendome de hombros.

—¡El amor, el amor! —canturreó Morgan saliendo de la nada, puse los ojos en blanco.

—Cierra la boca —le espeté y mi abuelo me fulminó con la mirada, Morgan me saco la lengua infantilmente— Llegara tu hora.

—Mientras llega, ¡a disfrutar! —soltó en una carcajada— luego hablamos, enana.

Revolvió mi coleta y yo solté un gruñido, se dirigió a atender otros pacientes.

—Me alegra verte feliz, Hayley. Últimamente tienes una chispa... especial, no sabría cómo más describirlo. Se feliz, cariño. No arruines las cosas. Déjate llevar por lo que sientes, la vida es un segundo, pasa por nuestros ojos en un momento y ni siquiera nos damos cuenta —me aseguro él, me atrajo hacia él y me besó la frente, lo amaba muchísimo, era lo más cerca a un padre que tenía y ver cómo se acercaba cada vez a mí, me llenaba de alegría, Morgan y él eran lo único que me había dejado mamá.

—¿Sabes? —dije alejándome un poco de él, sus ojos azules esperaban una respuesta curiosos , y sonreí, me recordaba a mamá— estoy aterrada, tengo miedo, a veces estoy tan cerca de decirle todo... y otras veces me siento tan lejos de él. Y... pensarás que estoy loca, pero cuando estoy con Alex tengo la sensación de conocerlo, de que llevo años conociéndolo, cualquier sensación de dolor desaparece, mientras estoy a su lado me siento poderosa e invencible, incluso lejos de él, porque se que volveré a verlo, que lo tengo cerca de mí, porque él quiere estar conmigo... y yo con él.

Mi abuelo me escuchaba y asentía, me miraba muy serio y sonreía de vez en cuando.

—Es la magia del amor, cariño. Recuerda: El amor rompe las cadenas del tiempo, algunas personas hacen magia con el, y otras... otras son magia. El miedo es bueno, todo sentimiento lo es, te recuerda de lo que eres capaz, aprovecha cualquier cosa, cualquier oportunidad que tengas de estar cerca de él.

La conversación estaba por terminada, sus palabras me hicieron pensar un poco, pero me sentí agradecida.

Me la pase distraída atendiendo a otros pacientes, eran días tranquilos, no había demasiada gente y podíamos tomar descansos, para mí pasaron horas hasta que volví a salir.

Una vez en el aparcamiento comencé a sacar las llaves de mi mom jeans, no tenía demasiado frío a pesar de que solo llevaba encima un poleron de color negro, sentí una mano en el hombro y me giré dispuesta a saltar sobre él/ella, hasta que vi que era Morgan.

—Justo a tiempo —insinué riendo.

—Vaya recibimiento, muy amable tu manera de ser... amable —soltamos una carcajada.

—No pretendo serlo nunca... porque no lo soy.

Soltamos ambas una carcajada y me abrazo.

—¿Como llevas eso? —me preguntaba refiriéndose a Alex, hacia un par de días que no manteníamos contacto alguno, ella estaba demasiado absorta en el hospital, ahora dedicaría su vida a esto, lo que me hacia recordar...

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