—Hoy tenemos una cita pendiente, Gitana —me advirtió Alex, era muy temprano y yo sentía que había dormido en el cielo, sentía una paz que jamás había sentido, cerca de Alex todo dolor desaparecía, todas mis dudas y verme reflejada en sus ojos lo confirmaba.
—Pensé que lo habías olvidado —dije riéndome, él me reprimió con la mirada y sonreí— gracias por quedarte, Alex.
Me miro y sostuve la respiración unos segundos, olvidé completamente como respirar, por debajo de su playera blanca de observaban algunos de sus tatuajes, entre ellos una águila en pleno vuelo, un faro y un barco navegando, y unas pequeñas letras que no alcance a distinguir que decían, en sus brazos había mil más, pero me concentraba en algunos en concreto, hasta que repare en otro, tenía un tatuaje donde estaba un libro abierto y una persona estaba sumergiéndose en él, justo como el que yo tenía, extraño, ¿estás de coña? También teníamos una furgoneta hippie, signos de música, algo me decía que había más, no sólo los tatuajes teníamos en común, lo sabía.
La promesa de dos almas que juran
esperarse cada eternidad...—Nos vemos después de ir al hospital —me anunció, se acercó a mi poniéndose la chaqueta, me besó en la mejilla y dejó el desayuno en mi cama.
¡Por Dios! ¿Donde me metía? No tenía idea, pero me gustaba.
Más tarde me dirigía a la salida, mi inmortal estaba esperándome junto a la jeep, me sonreía mientras se acomodaba su cabello, Kailani y Cedric nos acompañaban, Valentine se quedó con George y más tarde iría a casa, sin necesidad de que Valentine dijera nada, sabía que la broma de Alex y Cedric (quizá no tan broma) había resultado y ahora estaban comenzando algo lindo.
Observe cómo Diane se nos observaba últimamente, Alex ni siquiera la miraba, de echo a ninguna chica que fuera capaz de acercársele, siempre las ignoraba amablemente y en otras ocasiones si las ignoraba groseramente, les diría que no gozaba sabiendo que Alex ignoraba a todas las chicas, pero en realidad lo gozaba muchísimo.
Encendí el auto y comenzamos a andar, en la playlist sonaba The Fray, ufff, está banda era demasiado importante en mi vida, crecí escuchándola con mis padres, ahora seguía con el legado "Fray", era alucinante como mi abuelo se convirtió en fan de ellos cuando salieron, es decir, era curioso como se hizo fan de una banda con su apellido, suelo utilizar el apellido de mamá más frecuentemente.
Platicábamos animadamente, se supone que comeríamos los cuatro juntos en la casa de Alex, amablemente nos invitó y no pudimos negarnos, de pronto sonó una canción que no esperaba que sonara, esa misma canción estábamos escuchando en el momento del accidente, lo recuerdo perfectamente, el momento preciso, todos los malditos detalles, el semáforo estaba en rojo y en cuanto sonó la canción, la sonrisa en mi rostro desapareció, todos lo notaron y aguardaron en silencio.
—Cámbiala, Alex —le indicó Kailani a Alex, él enseguida la quito, pero era demasiado tarde, ya había escuchado lo suficiente, sentí como mis ojos se llenaron de lágrimas, no era lo que esperaba, no era mi intención que esta canción en específico me hubiera dañado de ese modo.
Los autos comenzaron a pitar, necesitábamos avanzar, pero yo estaba demasiado ensimismada que no lo entendía, no sabía que hacer, mi cabeza procesaba todo demasiado rápido, las imágenes se repetían constantemente en mi cabeza y no podía parar las lágrimas.
—Yo conduciré —anunció Alex, bajo de la camioneta y me puso en el asiento de atrás junto a Kailani, Cedric se fue de copiloto y nos dirigimos a la casa de Alex, me sentía débil, no quería que pensaran que era una débil.
Por el espejo retrovisor observaba la mirada preocupada que me dirigía Alex de vez en cuando, Kailani me acunaba en sus brazos y me decía en voz baja que todo estaría bien.
ESTÁS LEYENDO
Mi inmortal
RomanceHayley y Alex han sufrido demasiado en su corta vida, sin embargo encontrarse en vidas pasadas no ha sido suficiente ni lo será. Por eso harán promesas y jurarán un «para siempre», pero así se darán cuenta que no es para todos y lo harán de la peor...