❛ ҂ 𝗦𝗔𝗩𝗘 𝗬𝗢𝗨𝗥 𝗧𝗘𝗔𝗥𝗦 . . . ♜
── the queen gambit fanfiction
♟ Astrid conoció a Benny Watts durante una
noche joven en Las Vegas, quien diría que
después de esa noche, ambos siempre se
tendrían en la mente.
❝ Querida Astrid, guardate...
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Suspiró antes de adentrarse al auto de Benny que este le había prestado aquella mañana, sentía su corazón latir rápido sin embargo le ignoró y condució hacia la agencia que esta misma le había dicho en la mañana, hace una hora atrás había llamado a la agencia preguntando la dirección de esta, claramente al saber que era ella pasaron con rapidez la dirección y preguntaron si necesitaba cita para hoy.
Inmediatamente dijo que si, y curiosamente podía ir una hora después. Sus manos temblaban un poco pero trató de relajarse mientras encendía la radio, it's now or never empezó a sonar por las bocinas del vehículo, suspiró pesadamente antes de subirle el volumen mientras meneaba la cabeza de un lado a otro, observó las calles neoyorquinas por el retrovisor cuando paró en un semáforo, había estado en aquella ciudad unas cuantas veces para pasarelas o para firmar contratos con la misma empresa, sin embargo como turista nunca había estado, así que le gustaría visitar alguna vez algo de aquella hermosa ciudad al menos una vez en su vida, volvió a observar el papel con la dirección una última vez antes de avanzar.
Cuando menos esperó aquel gran edificio se le hizo presente en su campo de vista y sus nervios empezaron a incrementar.
—Relájate, es tu mejor decisión...—se dijo a ella misma antes de bajar del auto, entonces recordó la pequeña conversación con Beth de anoche y se frotó los brazos antes de entrar.
La decoración había cambiado desde la última vez que había venido—que era desde el año pasado—pero seguía siendo igual de bonita, caminó sobre aquel piso de mármol hacia la recepción, mientras sentía su frente humedecerse.
—Buenos días.
—Buenos días, señorita Schwarz, hace tiempo que no la veo—la recepcionista le mira con una leve sonrisa en sus labios, Astrid la imita mientras sus nervios continúan allí—¿Usted quiere hablar con el señor Richard Miller?
—Sí, por favor.
—Deme un segundo—levanta el teléfono—Señor Miller, la señorita Schwarz le espera aquí, ¿le permito que pase?
Astrid miró hacia un lado mientras se mordía el labio, a pesar de que sabía que no había seguridad de que desde aquí ella pueda renunciar aún así la posibilidad era nula, y aquella la ponía nerviosa.
—Puede pasar, Schwarz.
Mientras caminaba hacia la oficina de Richard Miller, aquel señor que fue uno de los primeros en en aquel mundillo en darle seguridad ante todo—y cosa que hizo—sentía como su corazón se ponía más nervioso con cada paso que daba, y cuando visualizó la puerta solo pudo suspirar fuertemente antes de tocar y seguidamente pasar.
