Difícil

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—Jaejoong... ¿Estas?

Pero el evidente silencio le responde que no. Se le hace extraño, pues, ¿A dónde podría ir Jaejoong? Eran las 6 de la tarde, así que decidió no preocuparse demasiado, pues todavía era temprano. Sin embargo, el tiempo transcurrió y no volvió a casa.
Marcó a su celular repetidas veces, pero nadie contestaba, y después de varios intentos, el celular sonó apagado. Supuso que a estas alturas, lo único que le quedaba pensar, era que sus padres lo habían encontrado, por que Jaejoong no se iría solo así ¿Verdad? No lo dejaría de la nada.

... Tal vez se había arrepentido.

Salió a buscar su motocicleta y fue directamente a casa de Jaejoong. Un poco antes, apagó la motocicleta y caminó empujándola hasta llegar a casa de Jaejoong. La luz de su habitación estaba encendida, así que supuso que estaba ahí dentro.
Escaló hasta la ventana y escuchó el llanto del joven. Sintió la ira correr por sus venas por que nadie debía dañar a Jaejoong, jamás. Se dispuso a abrir la ventana para sacarlo de ahí, pero no, la ventana no se abrió. Tocó con fuerza sin molestarse por ser cuidadoso. Por él, mejor si rompía el vidrio.

—Changmin —Dice Jaejoong tras la ventana.

Sus ojos están rojos e hinchados, mira su rostro detras del vidrio para verificar que no tenga golpes. A simple vista parece que no, y aunque eso no calma su enojo, alivia un poco su ser.

—¿Estas bien? ¿Que pasó?
—Ellos me arrastraron hasta aquí, pero esta bien. Solo... Todo esta bien, ¿si? No te enojes. Hallaré un modo de salir de aquí.
—Te voy a sacar, solo espera aquí. Vuelvo en... No sé, 40 minutos, deja de llorar y ponte guapo para cuando vuelva, por que nos iremos a un hotel por los siguientes días.

Bajó de nuevo y llamó a Kyuhyun.

—¿Dónde estás?
—En la bodega, ¿Por que?
—Voy para allá.
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Esta vez no se preocupó por apagar el motor de la motocicleta, se detuvo frente a la casa de Jaejoong sin rodeos y bajó para ir hacia la puerta, trató de abrirla pero estaba asegurada, aunque eso no era un problema para él. Abrió la puerta forzándola. Entró a la casa aún molesto y subió las escaleras para ir hacia la habitación de Jaejoong.

—¿Como entraste?
—Abrí la puerta, Jaejoong, vámonos.

Tomó su mano y lo llevó así hasta la planta baja donde los padres de Jaejoong estaban.

—Quítese de la puerta.
—¿Quien te crees que eres para venir a irrumpir en mi casa y llevarte a mi hijo?— Reclamó el hombre molesto — No vas a obtener nada de Jaejoong.
—Señor Kim, apártese de la maldita puerta.
—Papá, por favor. Detente.
—¡Cállate, Jaejoong! Después de todo lo que he hecho por ti, de todo lo que tu madre ha sufrido, ¿En serio nos pagarás así? Ni siquiera deberías considerar juntarte con este bueno para nada.
—Pues este bueno para nada —Interrumpe Changmin— Es su marido desde hace dos meses. Así que ¡Muévase de la puerta!
—Llama a la policía —le dice el hombre a la mujer.

Changmin frota su rostro con ambas manos y suspira pesado.

—Señor, señora Kim, no me hagan volverme un patán con ustedes. Déjenos ir por las buenas.
—¿Y que vas a hacer? ¿Tratar de golpearnos? Anda, inténtalo.
—Señor Kim —Llamó con voz molesta— Ya basta.
—Ya estoy llamando— Dice la mujer poniendo el celular en su oreja.
—Saldrás de aquí esposado.
—Maldita sea—Levantó la voz—Ustedes se lo han buscado.

Changmin sujeto con fuerza a Jaejoong con su zurda y llevó su mano derecha por debajo de su chaqueta. Un arma salió de ahí empuñada fuertemente y esta fue apuntada hacia el techo.

—Señora Kim, cuelgue el maldito teléfono o esta pistola apuntara a una cabeza— Amenazó mirándola fijamente.

La mujer, asustada por ver el arma de fuego, colgó de manera inmediata y dejó el celular en la mesa. La mirada de Changmin fue hacia el señor Kim.

... Y Jaejoong se abrazó al brazo de Max esperando que la cosa no se pusiera peor.

La sola mirada de Max hizo al señor Kim temblar. La situación de poder cambiaba cuando solo uno de los presentes poseía un arma.
Hizo un gesto que le exigía moverse y el hombre no tuvo otra opción. Se apartó de la puerta y entonces Changmin salió con Jaejoong aferrado a su brazo.

Guardó el arma y subieron a la motocicleta. Como había dicho, Changmin, fueron hacia un hotel. Jaejoong estaba en total silencio mientras Changmin pedía su habitación.

—¿Estas bien? —Preguntó mientras cerraba la puerta.

Jaejoong se sentó en la cama y negó quitándose el cabello de la cara.

—¿De dónde sacaste el arma?
—¿Qué importa?
—¿Qué importa?- Preguntó alterado—Amenazaste a mis padres con ella, Changmin.
-Tranquilízate. No les haría nada.
—¿Y si hubieras disparado accidentalmente?
—Nada— sacó la pistola y la apuntó al suelo para apretar el gatillo— No tiene balas, ¿ves?—disparó un par de veces más — Solo quería intimidarlos, no poner en riesgo su vida. No soy tan idiota.
—Estoy asustado. No sé que hacer. Amenazaste a mis padres con un arma.
—Yah—se puso de rodillas frente a él y dejó el arma en el suelo para sujetar el rostro del mayor entre sus manos— Sé que he sido rudo. Pero no pensé en dañarlos jamás. Te lo juro. No lo haría por que eso te dañaría a ti y yo no quiero hacerte daño.
—Lamento que todo sea tan jodidamente difícil, Changmin—También le sujetó el rostro, pero sus manos temblaron tocando sus mejillas y sus labios— Perdón. Esto es mi culpa.
—No pienses en eso. Mejor vayamos a dormir. Es tarde y tienes que descansar.

Complejo [MinJae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora