Tengo miedo...comenzar de nuevo es aterrador.
¿Por qué nadie puede entenderme? ¿Por qué soy diferente?
Es que acaso...¿no puedo ser feliz?
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¿Qué tal? Es mi primera historia sobre Haikyuu y puede que h...
—"¡Kenma cuanto lo siento!, estos días fueron muy...complicados"
—Shoyo me preocupaste, no contestabas las llamadas o mensajes. Estaba a punto de ir a buscarte pero el idiota de Kuroo me detuvo. —de fondo se logró escuchar un reclamo por parte del capitán del Nekoma.
—"Luego te explicaré todo ahora solo necesito...necesito un amigo con quien poder hablar..."
—Claro que sí Shoyo, siempre estoy aquí para ti.
Ambos chicos comenzaron una conversación contando lo que habían hecho esos días que no lograron hablar, claro que Hinata omitió todo lo sucedido ya que no se sentía preparado para decirle al cabeza de pudín. Luego de hablar por al menos dos horas, el padre del pelinaranjo lo llamó para cenar por lo que quedaron en continuar su charla el día siguiente.
—Papá mañana debo ir al...psiquiatra...¿verdad?
—Si Sho, debes ir mañana. —suspiró.
—¿Puedo ir con Izumi y Koji?, ellos se ofrecieron a acompañarme, dijeron que querían estar conmigo en ese momento...
—Por mi está bien pero...¿tu estarás bien sin mi? —padre he hijo eran muy cercanos, nunca hacían algo sin consultar al otro. Tal vez para algunos sonará muy dependiente pero ellos habían pasado por tanto juntos que su vínculo era demasiado fuerte.
—Tengo que dejar de depender de ti papá...
—No, no. Claro que no, eres mi hijo, mi bebé, aún tienes muchos años con este viejo. —el mayor lo abrazó de forma protectora, temiendo que ese pequeño niño se escapara de sus manos y lo dejara para siempre. Hinata logró separarse de su papá para luego reír juntos, esos momentos padre e hijo eran hermosos para ambos.
—¡Papi deja a nii-chan en paz! —Natsu como toda heroína para su hermano, alejó a su papá del menor.
—Gracias Natsu me salvaste de este viejo amoroso y loco.
Shoyo alzó a su hermana y juntos escaparon de su padre que estaba a punto de abrazarlos nuevamente y llenarlos de besos. Rieron, corrieron, jugaron, se divirtieron. Hajime y Natsu entendían que debían distraer a Hinata todo lo posible, sus ataques de pánico eran inestables y hasta el más mínimo estrés los provocaba. Rogaban que el día de mañana todo saliera bien.
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El día había llegado, era jueves por la mañana y Shoyo junto a Koji e Izumi se encontraban caminando en dirección a la estación de tren, los tres por igual estaban nerviosos pero el pelinaranja sentía pánico. Pánico de la gente, pánico de la sesión, pánico de absolutamente todo. Sus mejores amigos notaron esto por lo que comenzaron a distraerlo con conversaciones, hablar sobre algún anime o manga que recientemente habían visto y les interesaba, tenían en común su gusto por eso.