⛅ XIX ⛅

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Shoyo había dormido toda la noche, el señor Hinata agradecía esto ya que su hijo necesitaba descansar de tantas emociones fuertes. Al parecer ya podría salir del hospital, físicamente no había ninguna complicación, mentalmente era otra situación.
Su psicólogo ya estaba al tanto de la situación por lo que en dos días lo esperaría en su consultorio, por parte de los amigos de Hinata, habían acordado verse en el alta del pequeño y así ir todos juntos al hogar de los pelinaranjas.

Para pesar del equipo de cuervos, ninguno pudo quedarse esa noche, más bien el padre no se los permitió ya que al día siguiente debían asistir a clases. Les agradeció infinitamente el haber ayudado a su hijo y quedaron para almorzar un fin de semana cercano, en estos momentos no era posible ya que el estado del chico era muy delicado.
Antes de quedarse en el hospital, Hajime había dejado a Natsu con sus abuelos, a pesar de los berrinches de esta por quedarse junto a su hermanito, su papá le dijo que lo vería muy pronto por lo que necesitaba ser paciente. La niña a regañadientes aceptó eso y no opinó más al respecto.

El día había llegado y con ello los primeros rayos de sol se colaban por la ventana haciendo que un pelinaranja comenzara a despertar, con algo de molestia por la repentina luz, este abrió los ojos lentamente para encontrarse con un techo totalmente blanco y sentir un ligero peso en su mano. Al voltear encontró a su padre dormido en una posición algo incómoda por lo que decidió despertarlo, moviéndolo un poco hasta finalmente lograrlo.

-Buenos días hijo ¿cómo te sientes? -frotandose los ojos debido al sueño aún presente, le pregunto a su hijo su estado.

-Estoy bien papá, no te preocupes.

Claro que no lo estaba, hasta su padre lo sabía, pero era mejor mentir a recordar todo. Vivir un engaño, engañar a su mente y su corazón.

-Llamaré al doctor para que te haga los últimos chequeos y así poder darte el alta.

El mayor se levantó de su asiento y se dirigió a la puerta, no sin antes voltear levente en dirección al Hinata viendo como este se perdía nuevamente en sus pensamientos. Suspiró y salió.

Luego de unos minutos el mismo doctor del día anterior se hizo presente en la habitación.

-¿Qué tal Shoyo?, ¿haz amanecido bien?

El chico solo asintió despacio con la cabeza, aún mirando a la nada, los adultos se miraron preocupados. El doctor terminó de examinar al menor e informó a ambos que ese mismo día podría irse, ante la buena noticia Shoyo sonrió solo un poco, era mejor estar en su hogar que en una aburrida habitación de hospital.

-Sho te tengo buenas noticias, Izumi y Koji vendrán hoy a pasar unos días contigo.

Esta noticia alegró mucho más al pequeño, desde que había comenzado la preparatoria no veía a sus mejores amigos.
Otra sorpresa que se habían llevado esta vez ambos Hinatas, era que todo el equipo Karasuno se encontraba allí, incluyendo al entrenador y el sensei.

-Hinata-kun ¿cómo estás? -se acercó su sensei abrazando un poco a su alumno.

-Él esta bien sensei, no se preocupe. -el señor Hajime se acercó y le dedicó una pequeña sonrisa al profesor, agradecía mucho lo atentos que eran todos con su pequeño.

A lo lejos se podían oír pasos rápidos, casi como si estuvieran corriendo, antes de que Kageyama, Yamaguchi o Tsukishima pudieran acercarse al pequeño Shoyo, unos brazos lo tomaron fuertemente desde los hombros.

-Sho ¡¿estás bien?!, ¿qué sucedió?, ¿por qué estás en el hospital?, tu padre no nos dijo nada por teléfono. -Izumi tocaba su rostro, manos y torso tratando de encontrar alguna herida, lo único que pudo notar fue las pequeñas cortadas en sus manos y el gran moretos que se podía ver en su rostro.

💫🅔🅟🅗🅔🅜🅔🅡🅐🅛 🅦🅞🅡🅓🅢💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora