Tengo miedo...comenzar de nuevo es aterrador.
¿Por qué nadie puede entenderme? ¿Por qué soy diferente?
Es que acaso...¿no puedo ser feliz?
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¿Qué tal? Es mi primera historia sobre Haikyuu y puede que h...
Se encontraban cenando mientras charlaban de temas variados, Hinata no podía evitar sentirse emocionado ante la idea de invitar amigos a casa.
—Claro que no Sho, me alegra mucho que tengas amigos y quieras presentarlos. —su padre con una gran sonrisa aceptó el pedido de su hijo.
—¡Muchas gracias! —terminó de cenar para luego retirarse a su cuarto, debía preparar algunas cosas para su clase de mañana.
El día siguiente llegó y con ellos un pelinaranja que no podía hacer más que sonreír se oreja a oreja, como era habitual al llegar, Kageyama lo retaba a una carrera hasta el cuarto del club donde los demás los esperaban. Era una forma inusual de comenzar el día.
—Hi-Hinata hoy iremos a tu casa...¿verdad? —preguntó Kageyama con voz algo entrecortada por el cansancio.
El menor solo asintió con la cabeza.
—¿Luego del entrenamiento Sho-chan? —y otra vez realizó el gesto en forma de afirmación.
El entrenamiento mañanero pasó sin problemas y ya todos los muchachos terminaron con este, antes de retirarse el capitán hizo anuncio de que el día de mañana harían una maratón por los alrededores.
Los cuatro jóvenes de primer año se concentraron el resto del día en sus respectivas lecciones. En el almuerzo solo hablaron de temas triviales, como videojuegos o vóley.
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La hora de la salida llegó, por lo que cuatro chicos se dirigían al hogar de uno de estos. El camino se mantuvo en un ambiente ameno, era un largo trayecto pero con la conversación se sintió más corto.
El pelinaranjo les hizo una seña de que podían ingresar, dejaron sus zapatos y se adentraron a la cálida vivienda, había un particular olor dulce que los embriago por un momento. Hinata se dirigió a la cocina donde suponía se encontraba su padre, y así era, los tres más altos lo seguían atrás mirando todo con detenimiento.
—Oh Sho ya llegaste, ustedes deben ser sus amigos, me llamo Hajime Hinata un gusto. —su sonrisa era igual a la del menor.
—Soy Yamaguchi Tadashi, un gusto señor Hinata. —extendió su mano para estrecharla con eo adulto.
—Mi nombre es Kageyama Tobio.
—Tsukishima Kei, señor.
—Por favor diganme Hajime, soy viejo pero no es para tanto. —soltó una carcajada.
Shoyo estaba algo avergonzado, los únicos que sabían del carácter de su padre eran sus mejores amigos.
—Papá iremos a mi cuarto, ¿podrías llevarnos aperitivos por favor?