🍃 IX 🍃

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La brisa mañanera era refrescante, pétalos de cerezo bailaban en el aire. La primavera había llegado y con ello un nuevo comienzo para nuestro pelinaranjo.

El día anterior resultó muy satisfactorio para Hinata, el equipo de vóley lo había recibido con los brazos abiertos, todos eran muy amables con él y lo trataban como uno más de ellos. Incluso había intercambiado su número con Tsukii, Tobio y Yamaguchi. 

Al llegar al gimnasio esa mañana fue recibido por sus senpais, Ennoshita lo saludó como ellos normalmente lo hacían.
Cuando ya todos estaban presentes Daichi inició el entrenamiento. Hinata se apartó un momento de sus amigos para pedirle un favor a Ennoshita.

Ennoshita-senpai, ¿podría pedirle un favor? —preguntó tímido Shoyo, el mayor asintió para que continuara.— ¿Me ayudaría a practicar las recepciones? el capitán me dejó en claro que soy muy malo para aquello y necesito mejorar.

Hinata entrenaba más que cualquier otro, el no haber tenido un equipo en secundaria lo había retrasado mucho.

Claro Hinata, vamos por allí así no molestamos a los demás. —con una sonrisa le indicó que lo siguiera.

La relación con su kohai era muy amena, al ser el único que podía entenderlo, el menor siempre acudía a su ayuda si de entrenamiento se trataba. Además de que el pequeño en variadas situaciones se metía en problemas por lo que siempre tenía sus ojos en él, era como cuidar de su hermano menor.

Muy bien empecemos Hinata.

Todo el entrenamiento se la pasaron practicando recibimientos, el menor de a poco tomaba más confianza y podía recibir algún que otro balón.
Ya era la hora de ir a clases por lo que organizaron todo y tomaron rumbo hacía sus clases, como era costumbre los cuatro jóvenes iban juntos a cualquier parte ya sea a los entrenamientos, almorzar o los salones de clases, Hinata siempre estaba con sus tres guardaespaldas. Mentiría si dijera que no le agobiaba un poco pero a fin de cuentas estaba feliz de que sus amigos se preocuparan por él.

Las clases transcurrieron con normalidad y la hora del almuerzo llegó más rápido de lo que el pelinaranjo pensaba. Tenía planeado ir a la biblioteca ya que debía buscar unos libros para hacer sus tareas, Tsukishima aún no podía creer que ese enano con aspecto de no saber nada era uno de los mejores promedio de la escuela, por un error no había quedado en su clase pero Hinata tampoco había objetado nada. Al parecer prefería mantener un perfil bajo.
Ya en la biblioteca Shoyo recorría los estantes con su mirada en busca de los libros que necesitaba, estaba a punto de agarrar uno hasta que una mano en su hombro le asustó haciendo que diera un pequeño respingon en su lugar.

—Hinata te estábamos buscando, nos preocupamos, tendrías que habernos avisado que venías aquí. —Yamaguchi y sus otros dos acompañantes tenían la respiración irregular, al parecer habían estado corriendo.

Hinata escribió algo en su libreta, su entrecejo se había curvado un poco hacia abajo en muestra de molestia.

Chicos no necesitan estar todo el tiempo conmigo, no soy una damisela en apuros a la que deben vigilar las 24 horas.lo que menos soportaba Shoyo era la preocupación excesiva.

—Lo siento Sho-chan... —el apodo había sorprendido a Kei y Tobio, ¿desde cuándo eran tan cercanos aquellos dos?.

Está bien pero por favor denme mi espacio, no va a sucederme nada si no estoy con ustedes por 10 minutos.

Hinata acarició el cabello del pecoso en muestra de cariño, además de que una hermosa sonrisa se había formado en sus labios.
Con una seña les indicó que ya podían irse a comer, no quedaba mucho tiempo para que el tiempo del almuerzo se acabase.

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