✨XXIII✨

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La noche de Shoyo y Kenma se resume a películas y conversaciones amenas, para sorpresa del rubio Hinata era una persona muy interesante de conocer. Desde que comenzó su amistad no se habían dado la oportunidad de saber más del otro ya que solo gastaban su tiempo en las clases de lenguaje de señas. Lo que había tomado más desprevenido a Kenma era el conocimiento del pelinaranja en videojuegos, algo que lo encantó aún más.

Ese día era viernes por lo que Shoyo no esperaba ver a sus conpañeros de equipo hasta después de las seis, así que junto a Kenma organizaron una salida para conocer los alrededores y pasear un poco.

—Sho ¿tienen planeado salir hoy? —preguntó el señor Hajime mientras servía el desayuno.

Si, quería llevar a Kenma a conocer un poco los alrededores. Además mi psiquiatra dijo que necesitaba aire fresco.

—Me parece genial, solo tengan cuidado.

—Lo cuidaré bien señor Hinata, no se preocupe.

Estas palabras del rubio lograron sonrojar a Shoyo y que su padre alzara sus cejas en asombro. Claro que había notado que su hijo últimamente recibía mucha atención de ciertas personas pero eso no quitaba que su lado sobreprotector saliera a la luz.

—Será mejor que terminen su desayuno. —dijo forzando una sonrisa y así no larzarse al chico con ojos de gato.

El desayuno pasó sin problemas, solo un pequeño interrogatorio por parte de Natsu y el señor Hinata, algo qu avergonzó mucho al pobre de Shoyo. Kenma solo podía pensar lo cálida que era esa familia, no podía llegar a entender lo que pudo pasar para que el pelinaranja tuviera esos ánimos.

"¿Nos vamos ya Kenma?" —escribió Shoyo en su libreta, ya se encontraba vestido para salir al igual que Kenma.

—Claro, vamos. —le sonrió.

Ambos chicos salieron de la vivienda, no tenían un destino fijo solo pensaban caminar, disfrutar de la linda mañana y tal vez luego volver para jugar videojuegos el resto de la tarde. Era un plan perfecto para ambos.

—Dime Shoyo, ¿por qué no haz ido a la escuela estos días?. Por lo que voy de conocerte veo que te gusta mucho el vóley y es extraño que faltes a las prácticas.

"Es complicado de explicar..." —suspiró.

—Ya veo...¿qué te parece contarme al llegar a tu casa?, sabes que puedes confiar en mi.

"Lo sé, solo es algo difícil de decir"

—No te precionaré, es tu decisión contarme.

—"Gracias por entender"

Kenma y Shoyo siguieron su paseo por algunas horas más, el menor le enseñaba todo lo que conocía y le mostraba los lugares que a su parecer eran los más hermosos.
Tomaron algunas fotografías, ya sea solos o juntos, algunas de ella donde estaban muy cerca.

Esta última fue una sorpresa para el rubio, el simple contacto con Shoyo lo hacía sentir nervioso pero emocionado a la vez, con unas ansias por sentir más su calor.

Al llegar a casa del pelinaranja eran exactamente más cuatro de la tarde, por lo que decidieron matar las dos horas restantes con videojuegos y series. Sus gustos por la ciencia ficción hacían más fácil el trabajo de elegir algo que mirar, sin embargo lo único que no lograba gustarle a Hinata era el terror, cosa que si era de gusto para Kenma.
Así transcurrió el tiempo, entre risas y reclamos por parte del pelinaranja cuando perdía. Era algo muy tierno para el ojiambar.

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