Este día Shoyo se levantó con más ánimos, tal vez hoy podría volver a almorzar con los niños que conoció el día de ayer.
Se aseó y bajó a desayunar con su familia, ya estaban muy cómodos en su nuevo hogar y los vecinos eran buenas personas.El día de hoy al salir de clases Hinata tendría su primera sesión con el psicólogo, para qué mentir, se sentía muy nervioso. Hablar de sus problemas personales a una persona desconocida le aterraba, ¿qué iba a pensar de él?, ¿realmente podría ayudarlo?. Muchas preguntas rondaban su cabeza.
Ya listos para salir, se adentraron al auto y tomaron rumbo a la escuela. El ambiente se sentía mucho más alegre que el día anterior y eso alegraba de sobremanera al señor Hajime, esperaba que sus hijos pudieras comenzar de cero sin problema alguno.
En la entrada del establecimiento se despidieron.
Shoyo fue a su salón sin problema alguno, seguía siendo el centro de atención, sin embargo ya no lo acribillaban con preguntas como el día anterior.Las clases pasaron con normalidad y, para suerte de Hinata, todos lo ignoraban y mantenía un perfil bajo.
Estaba en clases de matemática era una materia que se le facilitaba y le gustaba algo raro para niños de su edad.Pero nada se comparaba por el amor al vóley que Shoyo sentía, ese deporte le había ayudado en sus momentos más difíciles, cuando su madre lo golpeaba o sus compañeros lo agredían.
A la hora del almuerzo volvió a encontrarse con aquellos chicos del día anterior, hablaron amenamente de diversos temas. En realidad solo Izumi y Koji hablaban, Shoyo solo hacía gestos de estar escuchando.
Las siguientes horas pasaron y ya era hora de la salida, estaba más nervioso que en la mañana.
Pudo divisar a su padre con su hermana, estaban esperándolo para asistir a su sesión.—¿Qué tal hijo? Ya es hora de irnos, hoy tienes tu primera sesión.
El señor Hinata trataba de ser lo más delicado posible, no quería incomodar a su hijo más de lo que estaba. El apoyo familiar era primordial en estos momentos.
Natsu fue dejada con sus abuelos y padre e hijo partieron hacía su destino.
Al llegar pudieron ver unas oficinas muy tranquilas, los recibió una joven con una cálida sonrisa. Les indicó donde debían ir para encontrarse con el Dr. Yukishi. Era un hombre mayor, alto y de porte serio, tenía un aura que generaba confianza, eso ayudó a Shoyo a estar menos nervioso.—Muy bien...señor Hinata ¿verdad? —preguntó el Dr. observando una planilla donde se encontraban unos datos de Shoyo.
—Si Dr. y el es mi hijo Shoyo, su doctor en Tokyo me recomendó traerlo con usted, espero pueda ayudarlo a superar todos estos problemas que viene cargando. —el hombre se notaba afligido, nunca pensó estar en una situación así.
—Voy a hacer todo lo que esté en mis manos para que Hinata-kun pueda superar y seguir adelante, no se preocupe señor —el Dr. era lo más amable posible con sus palabras, la primera impresión con un paciente era muy importante—. Muy bien, le pido que me deje a solas con su hijo, vamos a empezar de a poco. Nada pesado para no estresarlo.
Y así el padre se retiró, dejando a un niño algo tenso pero menos nervioso que antes.
—Bien Hinata-kun, empecemos con algo ligero, ¿puedes decirme cómo te sientes ahora?El hombre lo veía desde su asiento con una libreta en mano donde anotaba todo lo que sus pacientes le decían.
—Me siento...nervioso y algo ansioso, no me gusta estar aquí. —respondió el chico con la mirada gacha.
—Es completamente normal sentirse así la primera vez, no quiero presionarte pero esto es por tu bien, vamos a ir despacio así que no te preocupes. —le dedico una sonrisa tranquilizadora.
—Está bien...
—Puedes decirme ¿cómo te ha ido en la escuela estos días? ¿te has sentido cómodo en tu nuevo hogar? —todas las preguntar eran hechas con sumo cuidado, no quería alterar al pequeño.
—Al principio tenía miedo, todo es nuevo, comenzar de cero no es fácil. Pero conocí a dos niños que me comprenden, me escuchan a su manera. Son buenas personas. —hizo una sonrisa de lado, sintiendo más cómodo el ambiente. Ese hombre le daba un aire de seguridad, podía confiar en él.
—Muy bien, me alegra mucho eso. Entonces ¿qué te gusta hacer? seguro tienes algún pasatiempo.
—¡Amo el vóley! Papá siempre juega conmigo, es como si... volara, me siento libre por unos momentos. —sus ojos se iluminaron al hablar del deporte que tanto le gustaba.
—¡Wow! Ese deporte también me gusta mucho. ¿Quieres dedicarte a eso cuando seas mayor? —la plática iba muy bien, el niño ya sonreía un poco y hablaba con más confianza.
—¡Claro que sí! Voy a ayudar a papá y Natsu, van a ser muy felices gracias a mis esfuerzos.
El pequeño tenía una sonrisa que podía derretir hasta el corazón más frío, hablar de su familia siempre le daba una sensación cálida.
—Me alegra mucho, seguro lo lograrás.
Luego de dos horas de una plática sin mucha profundidad, la sesión terminó. El Dr. arregló las sesiones tres veces por semana, si su progreso era positivo iban a disminuir a dos y posteriormente a una.
—Nos vemos en la siguiente sesión Shoyo, que tengan un buen día.
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—¿Y cómo te fue? —estaban en el auto camino a buscar a Natsu.
—Todo salió bien papá, el Dr. es buena persona y hablar con él no es tan difícil como pensé.
—Me alegro hijo, me preocupaba el hecho de que te sintieras incómodo.
—Lo estaba pero no fue tan malo, sé que solo es el principio, todavía no ha preguntado nada sobre mamá o...mi anterior escuela. —lo sabia bien, no era una conversación que quisiera tener pero era necesaria para seguir adelante. Ya no estaba solo, su familia estaba con él y sus dos nuevos amigos.
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💫🅔🅟🅗🅔🅜🅔🅡🅐🅛 🅦🅞🅡🅓🅢💫
FanficTengo miedo...comenzar de nuevo es aterrador. ¿Por qué nadie puede entenderme? ¿Por qué soy diferente? Es que acaso...¿no puedo ser feliz? ---------------------------------------------- ¿Qué tal? Es mi primera historia sobre Haikyuu y puede que h...