Soma abrió los ojos lentamente, siendo molestado por la luz del sol que le daba parcialmente en el rostro. Cuando pudo enfocar mejor, se dio cuenta de que estaba en su habitación, en definitiva; recordaba el techo que estaba sobre él con esa absurda decoración. Al mirar a su lado, se topó con la imagen más hermosa que haya visto.
Erina estaba recostada a un lado de su cama, abrazándolo. Su bonito cabello estaba desalineado, tenía notables ojeras bajo sus párpados y su respiración era tranquila mientras dormía de forma encantadora. Soma sabía que lo primero que quería ver al despertar...era a ella. Al fin, juntos, sin que Erina volviese a desaparecer de su lado.
Soma notó un libro que estaba en la cama y lo tomó. Pasó entre las páginas; estaba toda la información de la noble familia Saiba, intacta. Supo que había modificaciones en el libro, por lo que concluyó en que todo había vuelto a la normalidad; lo cual le hacía preguntarse ¿Cuánto tiempo estuvo dormido?
—No más de un día...— contestó Asahi sopesando en las dudas que tenía el adolorido de Soma. El pelinegro estaba sentado en un sillón de piel que estaba al otro extremo de la habitación, junto a un enorme ventanal. Soma ni siquiera lo había notado. —Hayama y yo nos encargamos en un par de horas de arreglar tus asuntos— dijo Asahi, se levantó y fue hasta la cama de Soma —¿Cómo está tu hombro?
El pelirrojo evaluó su torso descubierto, solo con vendajes cubriendo parte de su hombro derecho. Se sentía adolorido, pero en definitiva nada que no pudiera soportar.
—Podría ser peor— dijo Soma con una sonrisa apenas visible. Luego miró a Erina y pasó una mano por su hermosa mejilla —¿Hace cuánto que está ella aquí?
—Desde siempre— Asahi respondió y miró con ternura a su hermana —Dijo que no quería separarse, ni siquiera para comer. Quería recibirte después de lo ocurrido. A pesar de que el médico dijo que estarías bien, ella se negó a quedarse tranquila.
Soma esbozó una sonrisa.
El asunto fue así: Leonora seguía apuntando con su arma a Erina en el momento que se dio cuenta que ya nada importaba, por el modo en que ella tomó la pistola; con ambas manos cargadas de decisión, Soma supo que iba a disparar.
Soma ni siquiera lo pensó, el interpuso su cuerpo en la dirección al arma de Leonora y recibió la bala, evitando que esta pudiera herir de alguna forma a Erina. Cuando sintió la bala hundirse en su hombro, fue su turno de disparar. Soma siempre dijo que odiaba cazar, que algo como eso nunca fue de su gusto, pero...jamás dijo que no podía usar un arma y mucho menos fallar un tiro.
Para su sorpresa, su bala le dio directamente a Leonora, pero otro cañón de arma resonó al mismo tiempo y, las dos perforaciones en el pecho de Leonora confirmaban lo ocurrido. Soma juró que había disparado una vez, pero todo se nublaba a su alrededor, no supo de dónde llegó la segunda bala que hirió a Leonora, simplemente cayó al suelo cuando la perdida de sangre se hizo evidente.
Lo único que recordaba es haber soltado el arma y caer de forma estrepitosa al suelo, perdió el conocimiento y lo poco que vio fue a Erina enredar sus brazos en él y llamarlo con aflicción.
—Tamako Yukihira fue quien accionó la tercera arma— dijo Asahi, sacando por completo a Soma de sus pensamientos.— Fue una sorpresa para todos, pero así fue como sucedió— Soma abrió los ojos desmesuradamente, sin entender nada —Tal parecía que había cogido un arma de las pertenencias de tu padre por alguna razón. Al final, fue ella quién hizo de gravedad la muerte de Leonora.
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Quiero Tenerte
FanfictionSoma Yukihira es un apuesto hombre dueño de una gran fortuna, hasta ahora no ha mostrado interés alguna en emparejarse y su madre está al borde del colapso por verlo en el altar. No se imagina que su madre programa un fin de semana para que jovenes...