Capítulo 18.

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La boda fue tal y como Maite la había planeado.

Llegamos al restaurante donde sería la cena, mi mesa estaba a la derecha de la de los novios.

Alfonso, Anahi, Chris, Paula y yo coincidimos ahí.

-¿habeis visto lo preciosa que va Maite? -comentó Anahi.

-¡si! Me encanta el vestido... -contestó paula. La única chica cercana.

-¿Y los zapatos? ¡Son total!

-¿Y qué me dices del pelo?

Siguieron hablando de tonterías, mientras Alfonso sonreía falsamente a su 'amada'.

Mientras comiamos Dulce y su 'galan' pasaban por delante, parecia enfadada.

-Dul, Dul, ¡sentaros aquí!

-Anahi calla. -dije entre dientes.

Dulce nos miró a todos de arriba a abajo y decidió sentarse.

-Esta bien.

Echó una mirada fulminante a Robert y él se sentó también.

Toda la cena, Chris se la pasó callado, ausente y melancólico.

No parecía el mismo pollito mujeriego que solía

ser siempre.

Nos metieron en otra sala, con un escenario y músicos.

Tocaba el baile.

Maite tiró el ramo, y desgraciadamente le toco a Dul, que para 'celebrarlo' besó al tio este, mmm...Robert, si, eso.

Pero eso sí, antes de besarle me miró a mi para asegurarse que la estaba viendo.

Y si, me ponía de los nervios.

-Paula, vamos a bailar. -dije frío.

Dulce hizo la mismo con Robert.

Poco a poco todo el mundo comenzó a bailar igual que nosotros.

Si Dulce se besaba, yo hacía lo mismo.

Si Dulce le abrazaba, yo hacia lo mismo.

Hasta que me sentí un estúpido.

Deje dentro a Paula con Anahi, (habían hecho muy buenas migas) y salí a tomar el aire.

Poco a poco, cruzando el jardín encontré una pequeña colina. Me tumbé y comencé a mirar las estrellas.
«No puede ser Ucker, no es lo que te crees».

Me decía a mi mismo una y otra vez.

«Yo enamorado...imposible...no, no, no, no puede ser. O bueno, quizá sea aprecio, tú no sabes lo que es el amor Christopher».

Seguí dándole vueltas a la cabeza hasta que una mano tocó mi hombro.

-¿Qué haces aquí bro?

-Alfonso..nada, estaba, estaba pensando.  -dije sentandome en la hierba junto a él.

-¿Te acuerdas de cuando nos fuimos en bici muy muy muy lejos y se nos pincho la bici? Tuvimos que volver andando, tardamos dos días. -rió.

En mi rostro se dibujó una sonrisa al recordarlo.

-¿Y cuando les dijimos a unas chicas que Christian era cura? Ninguna se acercó a él en toda la noche. -rió nuevamente.

-Por supuesto. -contesté riendo también.

-Con esto solo pretendo que veas que soy yo, el de siempre. Que puedes contar conmigo para todo. Aunque sean temas amorosos. -sonrió poniendo su mano en mi espalda.

-Alfonso yo...

-Todos nos hemos dado cuenta bro.

-Me tiene loco, de verdad, es...es guapa, lista, amable...¡le gusta el fútbol! Canta precioso y miles de cosas más.

-¿Y cuál es el problema?

-¡Todo! Ella juega conmigo, me provoca, intenta ponerme celoso, me utiliza a su antojo. Además yo...yo no soy hombre de una sola mujer, ya lo sabes.

-JA -rió. -Así era yo, por si no te acuerdas. Pero las cosas cambian cuando esa persona especial llega.

-¿Cómo puedo saber si...?

-¿Si estas enamorado? -asentí.

-Es fácil, cuando la ves tienes como cosquillitas en la tripa, sonries al oir su voz, te mueres al verla con otro.

-Me empecé a sentir mal.
«¿Yo enamorado de Dulce? ¿Por qué de ella? ¿Por qué de la única chica que pasa de Christopher Uckermann?».

Seguimos hablando hasta oir la voz de Anahi.

-Mi amor, Maite y Derrick van a decir unas palabras, ¡vamos!

-Lo siento wey, piensalo y luego hablamos.

-Se levantó y antes de irse me dedicó una sonrisa. Me volví a tumbar en la hierba pensado en las palabras de Alfonso.

Oí como se iban, pero una sombra seguía presente.

Me giré y Dul estaba ahí,  contemplandome. Pero esta vez era otra Dul, una Dulce relajada y adorable.

Se acercó a mi para tumbarse a mi lado.

-¿Estás bien?

-Mira. -señale al cielo. -Esa estrella es la osa mayor.

-El cielo esta precioso.

-Me encanta mirar las estrellas cuando necesito pensar.

-¿Y en qué pensabas ahora? -se giró mirandome.

-En ti.

-Me besó e intento sentarse encima.

-Yo...no puedo Dul. ¡No puedo más!

-¿Qué?

-Estoy harto, harto de que me manejes como quieras. De ser tu muñequito de plástico.

-Me quité mi chaqueta y se la puse en los hombros.

-Abrigate, hace frío aquí fuera.

Dicho esto entré al restaurante.

Lo primero que vi fue a Chris, quién ahogaba sus penas en alcohol.

-¿Se puede saber que haces?-Dije quitándole su copa.

-¡Damela! Odio estar aquí.

-Chris, no seas así. Derrick es un buen tipo, se quieren y...y el amor no es tan malo.

-¿Quién eres tú y donde esta Christopher?

-¿No has pensado nunca en centrarte? Tenemos 20 años, somos jovenes pero...¿por que no centrarnos? Dejar de beber, dejar de jugar con las chicas, encontrar el amor y exprimirlo al máximo. Tener hijos y ser feliz.

-Creo que eres tú el borracho... -rió.

¿Os está gustando la fanfic? Tenía pensado acabarla pronto ya que no tengo mucho tiempo para escribir. Gracias por todos vuestros comentarios que alegran a cualquiera! Ya sabéis que podéis decirme lo que sea o aconsejarme sobre la fanfic. ¡Besotes amores!

Extraña sensación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora