Capítulo 4.

2.2K 136 6
                                    


Miré por todos los lados, hasta que la vi entrando en el ascensor. Corrí hacia ella como nunca he corrido, ni si quiera en mis entrenamientos de fútbol cuando tenía 13 años. Me tiré de cabeza, con la suerte de entrar antes de que la puerta se cerrara, pero por desgracia o por suerte la tiré y caí encima suyo.

-¿Qué haces? ¿Estas loco? ¡Levantate inmediatamente!

-Perdón, yo sólo quería hablar contigo.

Aún encima suyo me acerqué a su cara para pedirla disculpas. La verdad es que era muy guapa, tenía unos ojos muy grandes y bonitos. Unos labios muy carnosos y un piercing en la nariz que la hacía más apetecible aún.

-Vale..no pasa nada, ¡pero levanta ya por dios!

-nos miramos durante unos segundos a los ojos y me levante. Ya arriba extendí mi mano para ayudarla a ella.

-Gracias, ¿Qué quieres? Tengo prisa.

-¿De verdad te gusta la música y esas cosas?

-Claro, si no no estaría aquí, ¿Por qué?

-Entonces...¿me odias?

-No te conozco, ¿por qué iba a hacerlo?

-Ahora si que no entiendo nada, si no me odias y te gusta la música, ¿Por qué saliste así de la sala?

Se quedó callada mirándome, supongo que estaría pensando una respuesta convincente. Llegamos al piso 0 y los dos salimos del ascensor. Como no contestaba volví yo a hablar.

-Yo no soy un mal tipo, simplemente suelto muchas tonterías, pero si estas aquí es porque tienes talento. No desperdicies tu oportunidad. Yo no tengo problema en hacer todo lo que Pablo nos ha dicho, piensátelo.

Me sentí muy buena persona por un momento, hasta que volví a entrar al ascensor y contemple su precioso trasero en lo que las puertas se cerraban, hay que reconocer que estaba buena.

Subí al despacho de Pablo y me volví a echar en el ya casi MI sofá. Me dejé caer y empecé a hablar.

-Bueno Pablito, parece que sigo siendo tu único y imprescindible proyecto.

-¿Disfrutas con esto?

-¿Yo? Para nada, tenía pensado meterle la lengua a la pelirroja en el videoclip, para que nos vamos a engañar, está buenona. Los dos perdemos con esto...

-Ai Ucker, no cambias eh.

-Creo que era la primera vez que se reía después de decirle una de mis barbaridades sobre chicas.

Me puse mis gafas de sol y me dormí. Debía de ser por lo temprano que era, o por la juerga del día anterior.

Lo único que recuerdo al despertarme es ver a la pelirroja apretando la mano de Pablo, como si acabaran de cerrar un trato. Me levante de un salto y balbuceé.

-¿Qué pasa aquí?

-Nada señor Uckermann, simplemente he cambiado de opinión, creo que tiene usted razón.

-Puede tutearme señorita.

Me acerque a ella y la besé una mano.

-No se pase Christopher, al final me hará cambiar otra vez de opinión.

-Esta bien esta bien, usted verá.

Me alejé de ella y seguimos hablando del proyecto.

Hasta que un sms me llegó.

“Rosa me avisó donde estabas, te espero abajo de la disquera a las 10"

Miré el reloj y apenas quedaban 10 minutos me despedí y bajé.

-Yo me voy, tengo cosas que hacer.

-Esta bien, en cuanto tenga novedades de la canción te llamaré.

-Un placer señorita.

Me dirigí a la puerta y oí a la pelirroja hablar bajo.

-Una lástima no poder decir lo mismo.

-en seguida ella y Pablo comenzaron a reír, sin pensármelo dos veces di un portazo y salí de allí.

Extraña sensación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora