Capítulo 5.

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Salí de la disquera y me quede en la puerta esperando a Christian mientras fumaba un piti.

¿Qué le he hecho a la nueva? ¡Ni siquiera nos conocemos!

Ese tipo de pensamientos rondó por mi cabeza durante esos diez minutos que a penas quedaban.

La verdad, no me considero mal tipo, simplemente no me conocen bien. Puede parecer que voy de chulito y mujeriego (que en parte es verdad) pero también tengo sentimientos.

De repente note una mano en mi espalda y pegué un bote.

-Ei wey, ¿qué te pasa?

-¡me asustaste menso!

Hicimos nuestro saludo de manos y fuimos dirección al coche.

Abrí mi puerta cuando una voz sonó por detrás pronunciando mi nombre.

-Señor Uckermann, un placer conocerle.

Me guiñó un ojo y se fue andando.

Christian corrió a mi lado y se apoyó en el coche.

-No digas nada.

-¡Pero papa! Esta muuuuy buena.

-¡Christian ya! Deja de mirarla el culo. Te advierto que como intentes algo con ella te destrozo.

-Está bien, está bien, tranquilo Superman.

-Se fue levantando las manos como en las películas de policías cuando dicen 'soy inocente' y se metió al coche.

Esperé a que Dulce girará la esquina y me metí yo también.

Había algo en ella que llamaba toda mi atención, era distinta a las demás, por lo menos conmigo, su forma de tratarme no era igual y eso, hay que reconocer, que me gustaba.

-Bueno, ¿para qué has venido?

-Había pensado ir a comer por ahí, hacer algo juntos como los mejores amigos que somos.

-Creo que te éstas poniendo un poco cursi.

Paró el coche, se quitó sus enormes gafas de sol y me miró serio.

-Christopher, nuestra relación ya no es cómo antes, ya no me demuestras tu amor y me..

Le corté antes de que siguiera diciendo tonterías.

-Esta bien, esta bien. ¿Dónde quieres ir?

-Donde sea, pero...tú invitas, ya que eres el que ha tenido la idea.

Puso una sonrisa de oreja a oreja y comenzó a conducir.

Yo simplemente pasé de él, suele hacer ese tipo de cosas.

Nos pasamos el camino cantando las típicas canciones repetitivas que ponen en la radio y que todo el mundo se sabe de memoria.

Decidimos comer en un restaurante de comida rápida; hamburguesas, patatas fritas, refrescos, helados...¿qué más se puede pedir?

Nos pedimos casi medio restaurante y nos sentamos a comer.

-Mira, ¡corre!

-¿Dónde?

Contesté mirando hacia mis costados.

-Hay no tarado, a las 6.

Bueno ahora 7.

Ocho, ocho.

nueveeee.

¡Se acerca, se acerca!

-¡Ya Chris!

Me giré y no vi a nadie.

-¿Se puede saber qué...

Antes de acabar la frase, vi una melena pelirroja de camino a la cola con un par de amigas.

Extraña sensación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora