Pablo nos dio las siguientes dos semanas de descanso, los técnicos montarían en ese tiempo el vídeo con todas las tomas de España.
Volví a la rutina de salir de fiesta con Chris todos los días.
Era sábado, él día antes de la boda de Maite y Derrick.
Chris estaba atacado de nervios, así que decidí sacarle de fiesta a la fuerza.
-No seas bobo, es más, te vendrá bien, no querrás pasar la noche solo...¿no?
-Sólo con una condición.
-Dime.
-Qué el asqueroso de Derrick salga con nosotros.
-¿Qué? ¿Para qué? -pregunté confundido.
-Maite me dijo que saldría con Alfonso, no quiero que se arrepienta de hacer algo el día antes de su boda.
-¿Qué? Derrick quiere a May.
-Me da igual, quiero tenerle vigilado. Quiero saber todo lo que bebe, con quien baila y hasta el tiempo que tarda en mear.
-Como usted diga sargento. -reí.
Llamé corriendo a Alfonso para que vinieran a mi casa. Se avecinaba una noche muuuuuuy larga.
****
Después de dos o tres bares y muchas copas, entramos al siguiente.
Eran alrededor de las cinco de la mañana, la vista se nublaba y Chris y Derrick comenzaban a llevarse bien.
Hasta que la cosa se fue de las manos. Todos íbamos un poco pasados, al entrar, vimos a todo el mundo amontonado al rededor de la barra mientras silbaba. Nos acercamos como pudimos. Cuatro chicas estaban subidas a la barra bailando muy caliente.
-Ai papa. -dijo Chris mientras se le caía la baba.
-Chris no seas así, ves a las mujeres como si fueran solo un trozo de carne. -dijo Alfonso enfadado. Se nota que había madurado.
-Yo creo que es hora de irse, mañana me caso...
-¡No! Vamos a la barra. -dije yo.
Necesitaba pasar la noche con alguien, así tendría la excusa de llevarla a la boda al día siguiente.
Chris fue el primero que caminó detrás, luego Derrick, ya que Chris tiraba de él.
-Esta bien, ¡esperad! -gritó Alfonso.
Las cuatro estaban realmente buenas, o eso parecía con la vista medio nublada, una pena que Derrick y Alfonso estuvieran cogidos.
Me acercé a la qué más loco me volvía y comencé a flirtear.
-Oye guapa, ¿te apetece tomar algo? -Sonreí.
-Claro. -se giró y...
-¿TÚ?
-¿QUÉ HACES TÚ AQUÍ?
Dulce bajó de la barra y salimos fuera.
-¿No me habrás seguido?
-¿Qué? ¿Como crees? Yo solo salía de fiesta. -me defendí.
-Claro...
-¡Claro que sí! No quería pasar la noche sólo y...te vi, ahí bailando. -dije atontado recordando.
Sin decir nada Dulce se acercó a mi y comenzó a besarme como una loca. Me separé como pude de ella.
-¿Estas bien? No se si te acuerdas de lo mal que acabó el viaje a España.
-Lo se, pero...yo tampoco quiero pasar la noche sola. -dijo.
No se si sería el alcohol o ella, pero no me aguanté más y la besé también.
-Vámonos a tú casa. -me susurró.
-Chris tiene mis llaves, no tardo. -Antes de entrar la volví a besar para asegurarme de que seguía queriendo.
Entre como un loco corriendo en busca de Chris y el resto, todo el bar ya estaba más tranquilo.
Entre tanta gente conseguí ver a Derrick, ya que era el más alto. Cuando llegue a ellos no estaban solos.
-Chris, necesito mis llaves, ¡rápido!
-Estoy ocupado, ¿no ves?
-dijo señalando a la camarera con la que se estaba morreando.
-Es urgente.
-Un momento baby. -la sonrió y se acercó a mi.
-Toma, y dejame tranquilo wey.
Las cogí y salí corriendo, mientras me iba me pareció ver a Anahí con Maite discutiendo con Alfonso y Derrick.
Ahora todo encajaba, ellas eran las cuatro chicas de la barra.
«No puede ser , ¿por qué tendríamos que encontrarnos todos en ese bar?»
Sin darle más vueltas, llegué a la salida. Allí seguía Dulce esperando.
Al verme sonrió y se acerco a mi.
-Pensé que no ibas a salir. -me besó.
-¿Y dejarte con el calentón? -reí.
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Extraña sensación.
ФанфикQuién imaginaba que el prestigioso cantante Christopher Uckermann, caería rendido a los píes de una preciosa y sencilla chica de barrio, llamada Dulce María. Se podría decir que Christopher no llevaba la mejor vida, ni mucho menos, pero lo que menos...