Extraña sensación.

Capítulo 10.

Al día siguiente teníamos reunión en la disquera a las 11:00. Pablo nos iba a contar cuando rodaríamos el videoclip y donde. También nos enseñaría la letra de nuestra deseada canción.

***

-Pasa Christopher, te estábamos esperando.

-Perdón, me quedé dormido.

-Toma asiento.

-Desde que llegué, Dulce no me había dirigido ni una sola mirada.

-Bueno, aquí esta su canción, se llama ‘este corazón', leensela e intenten traer preparada para mañana su parte. Ahora pasemos al videoclip, está previsto que salga en diciembre, para que sea todo un éxito en navidades. Cómo ya os habréis dado cuenta, solo queda un mes, por eso hay que trabajar duro chicos.

-Pero es imposible Pablo, siempre que hacemos un videoclip tardamos meses.

-Es difícil, lo se, pero no será tan complicado, ya que en el vídeo solo saldréis vosotros dos.

-¿Solo?

-Solo, señorita.

-La grabación será en España. Tendréis que compartir habitación en el hotel y grabar TODO lo que hacéis.

-¿QUÉ? ¿COMPARTIR HABITACIÓN CON ESTE?

-Relajate señorita, yo no te he hecho nada. -dije en todo de burla.

-Me da igual las pegas que pongáis, todo esta ya hablado.

Llevaréis una cámara que os turnareis, las imágenes tienen que ser naturales. Hay que ver buen royo entre vosotros. Elvuelosaleenunashoras.

-¿Qué? No se te entiende.

-Que...el vuelo sale en unas horas.

-¿QUÉ? -dijimos a unísono.

-Acordaos del contrato que firmásteis. En esas hojas tenéis toda la información. -dijo señalando unos papeles y alejándose. ¡BYE! -corrió hacia la puerta y cerró antes de que nuestros gritos retumbaran por toda la disquera.

-¡Me niego!

-Tampoco es para tanto, no seas así.

-¿Qué no es para tanto? ¡Compartir habitación contigo es lo peor que me podría pasar!

-No quiero discutir, tú sabrás lo que haces pero yo estaré allí. -Salí de la sala dejando a Dulce dentro con el berrinche. Pasar casi una semana con una loca como ella tampoco era lo que más me apetecía hacer.

****

-Te voy a echar de menos tío...

-No seas intenso Chris, solo serán cinco días.

-¿Con quién saldré yo de fiesta? ¿eh? ¿con quién? -dijo sollozando.

-Me tengo que ir, ya está allí el avión.

Con esa excusa barata me aparte de Chris, se ponía muy pesado a veces.

A la media hora embarcamos en el avión. Me senté al lado de la ventana, me gustaba ver como las nubes se entrelazaban mientras escuchaba música en mis viajes de avión.

Se oyó a la azafata decir que en un par de minutos el avión arrancaría.

-No puede ser, ¿de verdad el único sitio vacío tiene que ser a tu lado?

-Puedes ir en las alas, seguro que estas más agusto. -bromeé.

-Ja, ja, ja. Vete a buscar tu gracia, porque la perdiste hace un tiempo.

-No quiero discutir Dulce, sientate y tengamos el viaje en paz.

El viaje fue largo y agotador. Todos estábamos deseando llegar al hotel para descansar.

La suite que compartía con Dulce era la 555, un número bastante curioso. Nada más llegar empezaron otra vez los problemas.

-¡No puede ser!

-Tranquilizate, no sería nuestra primera vez.

-¡No hables así! Parece otra cosa. ¡Lo único que me faltaba ahora era compartir la cama!

-Si te tranquilizas podemos bajar a pedir otro cuarto, pero no te alteres.

-Está bien.

-No se porque me odiaba tanto, a fin de cuentas nunca le he hecho nada.

-Verá señor, nosotros tenemos la suite 555, pero ha debido de haber un error. En lugar de dos camas hay una de matrimonio.

-No se preocupe señorita, ahora miramos otra.

-Perfecto. -sonrió.

-¿Ves? Te dije que no era para tanto... -le susurré al oido.

-Verán, este hotel es uno de los mejores de Madrid, por su reputación muchas personas quieren hospedaje aquí.

-¿Qué quiere decir? -le cortó Dulce.

-Lo siento mucho, pero no hay más habitaciones.

-¡Imposible! ¡Les voy a denunciar! -Dijo gritando.

-¡Dulce tranquila!

-¡No!

-Tú lo has querido. -La cogí como si fuera un saco de patatas y me la llevé a nuestra habitación.

-Adiós señorita y perdone las molestias.

-¡Bajame Christopher!

-¡No! Te estas comportando como una niña pequeña, de verdad, me esperaba más de ti Dulce.

-Christopher yo..

-No, dejame terminar. Si quieres yo dormiré en el suelo, pero para ya de protestar por todo, de verdad que eres agotadora. No entiendo por que tienes que protestar por todo, por que te alteras hasta con las cosas buenas. Yo no te he hecho nada (aún) para que te portes así conmigo.

-Dicho este precioso discurso, la bajé de mis hombros y salí de la habitación con una sonrisa triunfadora. La cara de Dulce al oírme decir todo eso fue lo mejor desde que salimos de México.