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Mi tobillo dolía. Dolía como el mismísimo infierno, pero no podía permitirme dejar de entrenar a pocos meses de las competiciones. Hacía una semana, mientras entrenaba una mañana, me había caído de un salto triple, torciendo mi tobillo en el proceso. Al principio pensé que no era nada, no me dolía debido a la adrenalina, pero una vez paré de patinar, empezó a dolerme de verdad. Sabía que Jackson de alguna manera se había dado cuenta, pero no había dicho nada ni preguntado. Día tras día me había ido forzando, intentando convencerme de que solo era una tontería, pero sabía que no.

Patinando sobre el hielo tranquilamente, dolía menos. No tenía que hacer mucho esfuerzo para moverme y podía apoyar mi peso en el pie bueno mayormente para evitar hacer grandes esfuerzos. Mientras dábamos vueltas alrededor de la pista, sentía la mirada de Jungkook sobre mí. No le había dicho nada a Namjoon, pero de alguna manera me sentía culpable por como le había tratado. Él no tenía la culpa de nada.

- Jimin -susurró Jackson, acercándose donde estaba-. ¿Te pasa algo? Tienes la mirada perdida.

- Estoy bien -murmuré con una sonrisa-. No te preocupes.

Aumenté un poco la velocidad, alejándome del chico. Sabía que como más cerca estuviera de él, más probabilidades había de que acabara contándole todo, y eso sería un desastre.

- ¡Acercaros! -gritó Namjoon, que estaba vigilando desde el centro.

Los cuatro nos acercamos rápidamente, frenando de un ligero movimiento antes de llegar a él. Al girar mi cuerpo para frenar sentí un tirón en el tobillo, sacándome una mueca de dolor. Rápidamente cambié mi cara para que nadie lo notara.

- Podéis practicar vuestros programas por el momento, iré poniendo la música de cada uno, pero no hace falta que la sigáis.

Los cuatro asentimos y cada uno se alejó, tomando espacio para practicar cómodamente. La música de Jungkook empezó a sonar, y él empezó a patinar al ritmo de su canción. Antes de moverse finalmente, me dedicó una mirada seria que no supe descifrar. Una vez volví en mí, yo también empecé a practicar mi coreografía, aunque mi música no estuviera sonando. Los cuatro teníamos que ir con cuidado de no toparnos los unos con los otros, pero como conocíamos nuestra forma de patinar, no resultaba muy complicado.

Adapté mi coreografía a la nueva música que sonaba, girando al ritmo que esta marcaba. Mi coreografía era suave e inocente, como la mayoría de las que hacía. Aunque me hubiera gustado hacer algo más atrevido, Namjoon aseguraba que eso podía brindarme el oro. Decía que mi cara tenía un toque inocente que no pasaba por alto, fuera o no fuera verdad; también tenía una forma de patinar muy pura, según él, aunque no comprendía que significaba eso.

Cuando estaba a punto de llegar el primer salto de mi programa corto, hice algunos cambios de dirección de decoración y me giré marcha atrás para coger el impulso indicado para saltar correctamente. Justo en el momento de girarme para saltar de cara, ya que estaba haciendo un Axel, sentí un fuerte impacto sobre mi cuerpo, que hizo que jadeara del susto. Perdí el equilibrio, cayendo fuertemente sobre el hielo y golpeando mi cabeza. Por la velocidad que tenía del salto que iba a hacer, me deslicé por el hielo, con mi barbilla lastimándose también. Cuando el impulso paró, pude sentir voces en la distancia mientras todo a mi alrededor se volvía negro. Lo último que sentí antes de perder por completo la consciencia fue un dolor agudo en mi pie derecho, que no prometía nada de buenas noticias.

(...)

JUNGKOOK

No podría explicar con palabras como mi alma dejó mi cuerpo en el momento en el que vi el fuerte impacto entre Jackson y Jimin. Ambos estaban de espaldas, sus trayectorias cruzándose aunque no lo supieran. En el momento en el que el rubio giró para ejecutar el Axel que marcaba su coreografía, se topó de lleno con el cuerpo de Jackson en un impacto que lo dejó aturdido. Cayó al hielo y se deslizó por unos instantes sobre él, cuando el movimiento paró, se removía inquieto, gimiendo de dolor.

Sobre Hielo - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora