•37 - Capítulo Final•

195 13 3
                                    

- ¡Os faltan cincuenta vueltas aún, moved el culo! -gritó Namjoon desde fuera del hielo-. ¡Ya no son vacaciones, acostumbraros al trabajo duro, señores!

Estaba cansado, muy cansado. Después de haber entrenado durante dos horas, aunque llegamos tarde, Namjoon nos había obligado a quedarnos como castigo. Cien cincuenta vueltas, ese había sido su castigo. Todo eso mientras nos gritaba que fuéramos más rápido y nos reñía.

- Tenéis cinco minutos para acabar, os lo advierto -siguió gritando-. Si no acabáis vais a tener que invitarnos a cenar a Jin y a mí un día de estos.

Solo entonces, Jungkook y yo aceleramos aún con todo el cansancio que llevábamos encima, aterrados ante la idea de tener que compartir cena con ellos. Obviamente, lo hacíamos para molestar a Nam.

- ¡Solo aceleráis ahora, cabrones! -gritó molesto.

Jungkook y yo nos reímos entre las gotas de sudor que caían por nuestras frentes.

Cuarenta y nueve vueltas después, sentí que mis músculos empezaban a fallar, completamente exhaustos. No podía evitar pensar en mi camita y mi pijama, quizá mientras hacía llamada con Kook, todo des de mi casita con mi mantita y una serie en la tele. Ah, que ganas tenía de llegar a casa y darme una buena ducha.

- Venid ya, anda. Parecéis dos zombis, dios mío -dijo mirándonos con una mueca de asco, ya que estábamos medio sudados-. Ducharos en cinco minutos y os quiero en la entrada en diez, me muero de hambre.

Kook y yo obedecimos, yendo a paso lento hasta los vestuarios. Al entrar, nos encontramos algo que no imaginábamos.

- ¿Jackson? ¿Qué haces aquí aun? Pensaba que te habías ido con Tae -en la cara de Kook se veía reflejada una mueca de confusión mezclada con otra cosa que no supe identificar.

- Tengo algo que deciros -murmuró cabizbajo-. Ya he hablado con Tae, pero faltáis vosotros y Namjoon.

- ¿Eh?

Ahora sí que nos había dejado sorprendidos. Jackson nunca había sido una persona así, que tuviera que contar las cosas por pasos y con cara seria. Me sorprendió, pero no lo mostré. De todos modos, sabía que nuestra antigua «relación» aún le dolía, se veía en su mirada; si veía que me preocupaba por él, la cosa podía ir a peor de nuevo.

- Me voy a marchar -dijo serio, sin levantar la mirada del banco donde estaba sentado-. Voy a volver al equipo chino, me han ofrecido una plaza allí.

- P-pero llevas a-aquí mu-muchos años... -tartamudeé, demasiado conmocionado por la noticia.

- Esta no es mi lugar, Jimin. Ya no.

Asentí lentamente. Tenía razón. Con todo lo que había sucedido durante estos últimos meses, nada había vuelto a ser igual dentro del equipo. Lo que empezó con unos roces secretos entre nosotros habían acabado rompiendo al equipo, como siempre había temido.

- Lo siento -me disculpé-. Espero que te vaya bien donde sea que te lleve la vida, Jackson. De verdad.

- Lo mismo digo -respondió con una sonrisa.

Jungkook observaba nuestra conversación como se mira un partido de tenis, mirando siempre hacia la pelota. Su cara estaba en blanco, algo raro en él, ya que solía ser bastante transparente.

- Jungkook -esta vez, Jackson lo llamó a él-. Quiero que sepas que nunca te he tenido rencor ni nada, es simplemente que eras un obstáculo para mi relación inexistente con Jimin. Hubiese hecho lo mismo co cualquier persona que viniera.

- ¿Gracias? -respondió irónico.

- En otra situación nos habríamos llevado bien, mocoso -rio suavemente-. Espero que os vaya muy bien. Tanto en la vida como en el ámbito amoroso. Por cierto, Jungkook.

Sobre Hielo - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora