•15•

136 16 0
                                    

Estirado en mi cama, no sabía en qué pensar. Estaba frustrado, muy frustrado. No sabía por qué mi mente se había acordado de Jungkook en un momento tan critico, ¡no tenía sentido!

Me dije a mi mismo que lo dejara de lado, que ya lo solucionaría, pero sabía que estaría en mi mente en todo momento, y eso no me beneficiaba para nada. Por experiencia, sabía que patinar con muchas cosas en la cabeza no era una buena opción si quería una medalla de oro. Las distracciones me hacían hacer los más estúpidos errores que os podáis imaginar.

Eran las seis la tarde y tenía que estar en la pista a las seis y media. No iba a para nada sobrado de tiempo, pero no me preocupaba. Prefería quedarme allí hasta el límite y luego ir rápido hacia la pista, era lo mejor para no sentir la presión de la competición durante el mayor rato posible. Había otra razón, por mucho que no quisiera pensar en ella. Jackson siempre iba lo más temprano posible a todos lados, y no tenía ganas de verlo para nada. Estaba muy confundido y solo me faltaban él y sus coqueteos para explotar.

Miré el reloj que había sobre la mesita de noche de la habitación, viendo como avanzaban lentamente las agujas de este. A las seis y veinte decidí que ya había apurado demasiado, me levanté de un salto y cogí la mochila donde llevaba todo lo que necesitaría en la competición.

Cuando estuve fuera del hotel, en vez de caminar como una persona normal, empecé a correr a un ritmo suave para empezar a calentar y aprovechar el tiempo. Cada uno tiene sus trucos.

Como el camino era corto, en muy poco rato ya estaba en la puerta de entrada, que estaba completamente rodeada de periodistas y fanáticos que iban a complicar mi entrada. Cuando intenté entrar, me hicieron un montón de preguntas que no me pare a responder.

- Voy algo corto de tiempo, discúlpenme -respondí rápidamente, internándome en la multitud de gente que acaparaba la puerta de entrada.

Una vez dentro, solté un suspiro de alivio. Sabía que eso pasaba siempre en las competiciones, pero siempre me había parecido estresante.

- Espero que tengas una buena excusa para esto.

Me giré para encontrarme con el propietario de esa voz, Namjoon.

- Supongo -murmuré-. Tampoco llego tarde, ¿no?

- No me hables con ese tono, Jimin -me advirtió.

- Déjame en paz, no eres mi padre -repliqué.

Mientras me alejaba, me arrepentí inmediatamente de mi respuesta. Mi mente estaba hecha un lío, pero Namjoon no tenía la culpa de eso, no tenía por qué contestarle así.

Cundo llegué al sitio donde tenía que cambiarme, me senté pesadamente en un banco y enterré mi cara en mis manos. De verdad no podía seguir así. Tendría que afrontar directamente el asunto si no quería problemas conmigo mismo.

¿Qué mierda me estaba pasando con Jungkook?

Quería alejarme de Jackson, con quien llevaba una amistad con derechos desde hacia casi un año y medio; quería dejar nuestros encuentros clandestinos. Por mucho que quisiera negarlo, el chico que había llegado ese año al equipo se había ganado un lugar en mi mente. Me daban ganas de estar con él todo el tiempo, de besarlo.

Me di un golpe mental.

- Nunca funcionaría -musité para mí mismo-. No seas estúpido, Jimin, no cometas el mismo error dos veces.

Cambié mis zapatos por unos patines en un segundo, y mi chándal por el vestuario del programa aún más rápido. Los patinadores contra los que competía, incluido Jackson, se encontraban en el pasillo que daba a la pista, esperando que nos llamaran para calentar en el hielo de una vez por todas. Cuando llegué, todas las miradas se dirigieron a mí, algunos con miradas de odio, otros de indiferencia y otros de sorpresa. No era muy común que alguien llegara al límite de tiempo, la gente solía llegar a tiempo o temprano.

Sobre Hielo - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora