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Los vítores no paraban de oírse. La gente estaba eufórica y pedía a gritos ver a sus favoritos en directo. Los seis finalistas estábamos allí, pálidos y nerviosos por lo que venía.

Jimin estaba a mi lado y podía ver que no estaba bien, para nada.

- Minnie -le llamé.

Él simplemente se quedó mirando hacia la nada, sin contestar ni hacer ninguna señal de que me había oído.

- Jimin -lo volví a intentar.

NO contestó.

- ¡Park Jimin! -grité casi en su oreja.

Solo entonces, Jimin dio un salto de la sorpresa. Se puso una mano en el pecho.

- Joder, Jungkook -se tapó las orejas-. Más fuerte no podías gritar, eh.

- Te he llamado tres veces, Jiminnie -rodé los ojos-. Acompáñame al baño.

Jimin me miró muy raro.

- ¿Al baño? -frunció el ceño-. ¿Para qué quieres que te acompañe?

- Solo hazlo -entorné los ojos.

Jimin asintió y ambos nos dirigimos al baño. Él me miraba extrañado, sin entender cuál era su propósito al acompañarme.

En realidad había tenido una idea muy loca, pero que podía funcionar. Tampoco era tan loca, pero al rubio le sorprendería, estaba seguro. Llegamos rápido a los servicios, que estaban vacíos completamente.

Me dirigí a uno de los cubículos, pero vi que Jimin no me seguía. Le miré.

- ¿También tengo que entrar? -preguntó incrédulo. Le miré con una ceja alzada-. Ok, ok.

Una vez Jimin entró, no me entretuve con rodeos. Lo estampé contra la puerta y uní nuestros labios. Jimin soltó un jadeo por la sorpresa, pero no tardó en seguirme el ritmo. Succioné levemente su labio inferior y uní su lengua con la mía, profundizando el beso.

Vi como Jimin se relajaba paulatinamente, dejando de la lado la tensión que había sentido mientras estaba en el pasillo. Sonreí entre el beso cuando vi que había cumplido mi objetivo. Quise terminar con el contacto porque me estaba quedando sin aire, pero Jimin puso sus manos en mi cuello y no me dejó alejarme.

El beso se volvió mucho más intenso, y nuestros cuerpos se juntaron aún más. Cuando vi que sus caderas se acercaban mucho a las mías, me separé de golpe, rojo como un tomate. La excitación estaba empezando a crearse en mi vientre bajo y no quería tener que patinar con una erección.

Jimin vio mi problema y empezó a reírse. Le di un último pico para callar sus risas y nos separamos finalmente.

- ¿Estás más calmado ahora? -pregunté con una sonrisa traviesa.

- Joder que sí -dijo con una sonrisa ladeada-. Y veo que tú también, demasiado.

Jimin volvió a poner sus manos por detrás de mi cuello y me susurró e la oreja loas últimas palabras. Decidí que se la iba a devolver. Acerqué mi cabeza a su oreja y lamí su lóbulo.

- Ah -Jimin soltó un pequeño gemido de satisfacción-. Yo de ti no continuaría así si no quieres que la cosa vaya a más.

Entonces me separé de golpe. Esa no había sido mi intención, pero quizá había parecido así. Me puse incómodo de golpe, no quería que nuestra relación o lo que fuera que teníamos se basara solo en sexo, como la que tuvo con Jackson, quería que él se sintiera cómodo, seguro. Hacerlo reír a todas horas, tener citas, que se quedara a dormir en mi casa y yo en la suya.

Sobre Hielo - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora