Parte 8. Intrigas en Imgram: Las Luces de Imgram.

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II. Intrigas en Imgram. Las míticas Luces...

Introducción:

Conversaciones etéreas (1)

- Dama... Dama... Dama...

- Hola.

- Estoy preocupado.

- Yo también. ¿Qué haces?

- Bueno... tengo relaciones con unas efímeras... creo...

- Asco... ¿Por qué siempre eliges esos momentos para hablar mentalmente conmigo?

- Es una cuestión estratégica.

- Si claro... es tu estrategia para causarme nauseas.

- No aprecias el arte, Dama.

- ¿Cómo puede ser arte, verte introducir tus partes en esos fluidos amorfos de esas bestias?

- Siempre te he dicho que lo intentemos, pero no quieres.

- ¿En serio estamos teniendo esta discusión?

- Pero Dama, tú empezaste, lo que haga no debería importarte.

- Te debo recordar que cuando nos conectamos psíquicamente también veo lo que tú ves.

- Es que te gusta mirar...

- ¡Basta! Es algo muy serio lo que pasa.

- El resultado será el mismo.

- Mi aprendiz, lo que importa es el procedimiento. ¿Qué me querías decir antes que te interrumpiera?

- Yo elijo estos momentos porque generalmente nadie los escudriña, como dices, lo desagradable de los fluidos, es el mejor momento para hablar, aunque no le preste tanta atención a mi placer. Todo el universo sintió y contempló el interrogatorio a Lord Zaag, fue como una declaración de guerra, no entiendo la actitud de Los Ojos.

- Fuiste descuidado Aprendiz.

- No, Gise hele.

- Cuando me dijiste que te encargarías pensé que la muerte de Tail sería sutil, tal como sueles hacer, incluso aunque yo lo hubiera hecho habría pasado desapercibida.

- Dama no lo entiendes, por eso te hablo.

- La cagamos, es así de sencillo.

- No Dama. Yo no maté a Tail. De hecho luego que salí del bar fui a un Burdel estuve un par de horas, y cuando iba por él, una niña jugando en la acera me entretuvo, estaba muy cerca y de repente, su presencia se desvaneció. Supe que no eras tú, tu firma energética no estaba, sentí que habías vuelto a Palacio, y de ahí no saliste.

- Eso lo cambia todo amigo mío.

- Si.

- ¿Y quién lo mató?

- Ese es el problema. Tal vez no está muerto. Y si lo está tampoco sabría quien pudo hacerlo, por lo menos dentro de este universo.

- Eso sería imposible, pero ¿y el cuerpo?

- ¿Ahora lo entiendes mi Dama?

- Si, esto será mucho más complicado.

La Dama de la NadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora