Capítulo 16

2.1K 169 8
                                    

*NARRA ALESSANDRA*

-Buenas noches chicos, que descanséis. ¿Estáis agusto los cuatro juntitos?-los niños asienten felices, y yo me echo a reír.

A petición suya, han juntado tres camas y van a dormir juntos los cuatro niños. Les arropo bien con las sábanas, para después abandonar la habitación. Me dirijo hacia el jardín, con Allegra entre mis brazos. De paso por el salón, tomo una mantita más gordita, y nos envuelvo a ambas antes de salir.

Me siento en unas de las sillas de exterior, acomodando a mi pequeña, y observando el cielo estrellado. Suspiro, por fin tengo algo de paz.

-Os vais a enfermar, hace frío aquí fuera-dice una voz a mis espaldas, haciendo que salte del susto.

Miro hacia atrás, y veo a Ángelo reírse con las manos en los bolsillos. Me levanto de mi asiento, y camino rápido hacia sus brazos. Él nos rodea a ambas, dejando que yo esconda mi cara en su cuello.

-¿Me puedo sentar con vosotras?-pregunta él, acariciando mi espalda.

Yo asiento, y me separo un poco. Ángelo toma asiento, y yo lo hago entre sus piernas apoyando mi espalda en su pecho. Ajusta la manta que tenemos nosotras, y besa la frente de Allegra.

-Mi padre me comentó, que no había ningún problema porque pase mis noches con vosotras. Siempre y cuando vuelva, al amanecer a casa.-Asiento con la cabeza, y me giro un poco besando sus labios.-No sabes cuánto os he echado de menos, agradezco que mi padre me haya dejado venir.

-Nosotras también te hemos echado mucho de menos, aunque Allegra no lo confirme. Está apagada, fuera de cobertura.

Ambos nos echamos a reír, y Ángelo acaricia la carita de nuestra pequeña. Nos quedamos así, durante largos minutos. Aprovechando la compañía del otro, en la oscuridad de la noche.

-Alda está...-antes de que pueda continuar, él me corta.

-Sshh, no hablemos de eso ahora. Luciano me ha informado de todo, estamos al tanto de lo que ha pasado.

Asiento con la cabeza, y nos levantamos los tres de nuestro asiento. Allegra pasa a sus brazos, y caminamos hacia mi habitación para dormir. Dejo que él se adelante, mientras le echo un vistazo de nuevo a los niños.

-¿Están dormidos?-pregunta Angelo, cuando entro en la habitación.

-Sí, hoy han querido dormir juntos los cuatro.

Él sonríe, mientras termina de acomodar a la pequeña en su cuna. Yo me acerco por detrás, y le abrazo fuerte mientras suspiro. Nos comenzamos a balancear, y yo tarareo una canción por lo bajito.

-Me encantaría estar mucho tiempo así, pero ya es tarde amore mío-dice Ángelo, mientras se da la vuelta. Hago un puchero, y él sonríe besándome suavemente.

Nuestros besos continúan, hasta caer ambos en la cama. Sus besos bajan por mi cuello, provocando que suelte algún que otro suspiro. Mis manos pasean por cada milímetro de su piel, reconociendo el camino que más de una vez había hecho. Pronto, nuestras prendas comienza a desaparecer, dejando ver nuestra piel por completo.

-¿Estás segura de esto?-pregunta Ángelo en mi oído, iniciando un vaivén contra mí. 

Asiento con la cabeza, y suspiro contra sus labios. Nuestros cuerpos se funden en uno, amándonos como solo nosotros sabemos hacer. Sus brazos permanecen rodeándome toda la noche, haciéndome sentir protegida y transmitiéndome su calor. Caigo dormida enseguida, como si estuviera sobre un colchón de nubes.

A la mañana siguiente, me despierta el pequeño lloriqueo de Allegra.  Cuando abro un poco mis ojos, veo a Ángelo tratando de calmarla.

-Tranquila, ahora mami te da leche amor. Está cansada, tenemos que dejarla dormir.

Siempre unidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora