Capítulo 20

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*Narra Alessandra*

Me levanto de la cama, como siempre a mi hora, dejando a mi chico completamente dormido. Apenas había dormido unas horas, pero no podía dejar de lado mi entrenamiento. Me visto rápido, sin hacer ruido, y abandono la habitación. De camino al gimnasio, me encuentro con Luciano, quien me para al momento.

-Hoy no vamos a poder entrenar, están haciendo una pequeña reforma en el gimnasio-me comenta.

-Ah bueno, no pasa nada-le dedico una sonrisa, y vuelvo a la planta de arriba.

Me paso por la habitación de Aimé, para echar un vistazo a mi pequeña. Está todo completamente en silencio, pero se escuchan unos pequeños sollozos. Enfoco a mi pequeña en su cuna, ella no es, su respiración es muy tranquila. Aún en silencio, me acerco a la cama, y tomo asiento en el filo.

-¿Qué te pasa, cielo?-le pregunto a Aimé, dando suaves caricias a su brazo. Ella se sobresalta, y se gira mirándome.

-Me has asustado-se seca las lágrimas rápido, y se incorpora quedando sentada.

-Disculpa, pensé que me habías escuchado. Ahora cuéntame, no te vas a librar de mi eh-ella ríe bajito, y me indica que cierre la puerta.

-No sé cómo decirte esto...-se queda unos segundos en silencio, mirando hacia otro lado.

-¿Has recibido alguna amenaza o algo? ¿Alguien de la casa te está molestando?

-No, no es eso...-suelta un suspiro, y esta vez me mira.-Estoy embarazada...

-¡¿Qué?!

-Sshhh, vas a despertar a todos.

-¿Cómo que estás embarazada? Pero, ¿en qué momento?-me pongo de pie, y comienzo a dar vueltas por la habitación.

-Solo ocurrió y ya...

-¿Y ya? ¿Y ahora qué? ¿Me quedo sentada mientras me pinto las uñas de rojo putón?

-¿Por qué estás así? No es tan malo, no solo tú puedes tener hijos, con la persona que amas. No seas egoísta, deja de pensar en ti. El mundo no gira alrededor de ti, no eres la reina de esta casa.

-Escúchame bien, esto no se trata de mí. Esto se trata de ti, y de tu bebé. Si estás embarazada, tienes que seguir unos cuidados y sobre todo debemos doblar la seguridad para ti-ella se queda callada, y baja la mirada.-Debo suponer que es de Alexis, ¿no?-asiente, sin decir nada.-Descansa un poco, me llevaré a Allegra. Te espero a media mañana, en el despacho.

Sin más que decir, tomo a mi pequeña y abandono la habitación. No me lo puedo creer, esto va a hacer que mi mente explote. Pero por ahora, debo guardar el secreto.

Ángelo sigue dormido como una marmota, al igual que la pequeña que está en mis brazos. La dejo en mitad de la cama, y me tumbo en silencio. 

-¿No tenías que entrenar?-la voz de Ángelo me sobresalta, se ha dado la vuelta, sus ojos siguen cerrados. 

-Están reformando el gimnasio, así que recogí a esta bebé y me vine para acá.

Él asiente, y se abraza a Allegra, dejando un beso en su frente. Yo sonrío enternecida, y trato de volver a dormir. Doy unas vueltas en la cama, con el nuevo bebé rondando por mi mente. Siento la mano de Ángelo, tomar la mía y yo me calmo un poco. Me abrazo a ellos, y cierro los ojos, quedándome dormida un rato después.

Cuando vuelvo a despertar, estoy completamente sola en la habitación. Miro el reloj, queda poco para reunirme con Aimé. Me levanto en busca de mis chicos, y los encuentro jugando con los niños.

Siempre unidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora