XXIII

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"No es oro todo lo que reluce"

—¿Es usted el señor Boo?–inquirió el director. El peliazul asintió.

Cuando Seungkwan escuchó por primera vez sobre el reputado director Kim, imaginó a un hombre de mediana edad, rígido, estricto y algo estirado, sin embargo, frente a él se erguía un joven quizá algo mayor que él, de estatura considerable y piel bronceada. Sus ojos rasgados y la curvatura de su sonrisa transmitían una cordialidad inesperada, su porte elegante y la madurez de sus facciones le hacían parecer mucho más mayor, aunque no físicamente. Era indudablemente atractivo y Seungkwan no podía evitar sentirse algo inquieto en su presencia, sobre todo teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba. ¿Qué podía decir?

—Mis más sinceras disculpas, director Kim. He tenido que retrasarme debido a algunos inconvenientes, no estaba al tanto de la situación, desde luego no pensé que Hansol fuese a proceder de esta forma, espero que mi impuntualidad no le haya causado demasiados problemas. Le aseguro que no se volverá a repetir–declaró firmemente en una-exagerada-reverencia.

—No se preocupe, no es necesario que se disculpe. Solo tenía curiosidad por conocer al tan imprescindible fotógrafo de mi pequeño Vernon–bromeó en un intento de liberar la tensión que emanaba de él. Seungkwan frunció el ceño, ¿pequeño Vernon? ¿Se refería a Hansol? ¿Hansol y el director Kim se conocían?

—Te he dicho que dejes de llamarme así, Gyu–espetó el joven modelo. El nombrado sonrió al distinguir su voz.

—¡Por fin te dignas a aparecer! ¿Dónde te habías metido?–inquirió. El castaño rodó los ojos. 

—En un sitio no lo suficientemente lejos de ti por lo que veo–respondió cortante. 

—En algún momento tendrías que salir, no puedes escapar de mí para siempre, Chwe–sentenció, pudiendo distinguirse cierto matiz sarcástico en su voz. 

Seungkwan miraba de un lado a otro, perdido. No entendía absolutamente nada. La informalidad de la conversación, como si ambos se conociesen de toda la vida y la actitud reacia de Hansol, que el director parecía pasar por alto, es más, no solo la ignoraba, si no que además se dirigía a él con sorna, tratándole como a un niño, quizás en un intento de provocarle, que, sin duda, parecía surgir efecto. ¿Qué clase de relación tenían esos dos? 

—¿O-os conocéis, por algún casual?–inquirió tímidamente. 

—Somos primos–aclaró Hansol.

Seungkwan asintió, eso explicaba muchas cosas, como el hecho de que le hubiera permitido retrasar la grabación. Por un momento se sintió aliviado, que el director Kim y Hansol fueran familia, implicaba que entre ellos existía un cierto grado de confianza, por lo tanto, eso quería decir que el americano no era tan inconsciente como para hacer esperar a un profesional de renombre en el campo audiovisual sin siquiera conocerle. Claramente un precedente como ese no justificaba sus acciones, pero si que reducía su gravedad y limitaba las repercusiones que en adelante podrían tener sobre su carrera. Su impulsividad no tendría efectos colaterales. 

—Así es–corroboró el de ojos rasgados–Dudo que, de no serlo, cualquier otro director o incluso yo hubiera accedido a esperar por usted, señor Boo–recalcó. El peliazul desvió la mirada avergonzado. 

—Lo tengo presente, siento haberle hecho perder el tiempo–se disculpó nuevamente. Sintió repentinamente la vibración de su móvil, inquieto, lo extrajo del bolsillo de su pantalón y revisó el nombre emergente en la pantalla, era una llamada de Jihoon. Antes de contestar, se excusó una vez más con el director y se alejó lentamente, ajeno a la conversación que ahora Hansol y él mantenían. 

"Love Shot" [Verkwan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora