"No hay peor sordo que el que no quiere escuchar"
—¿Qué es esto?–inquirió Jihoon expectante mientras inspeccionaba el sobre que Seungkwan había dejado caer sobre su escritorio segundos antes.
—Los ingresos de este mes–respondió con indiferencia. Jihoon suspiró.
—Déjame adivinar, números rojos otra vez.–Seungkwan esbozó una sonrisa cansada.
—Míralo por tí mismo–espetó. Jihoon obedeció y extrajo los impresos del interior del sobre para proceder a revisarlos detenidamente.
—¡Bingo!–exclamó sarcástico.–Seungkwan–intervino nuevamente tras varios segundos de absoluto silencio. El menor alzó la vista hacia él–Llevamos así dos meses, creo que deberíamos empezar a pensar en cerrar el estudio.–sugirió. El joven rubio evadió su mirada bruscamente.
—No quiero hablar de eso.–declaró con sequedad mientras se dirigía a la puerta a paso firme. Jihoon suspiró, sabía que era inútil intentar hacerle entrar en razón.
—¿A donde vas?–preguntó, pudiendo percibirse un atisbo de preocupación en su voz. Sabía lo mucho que la situación estaba afectando a su amigo y tenía miedo de que cometiera alguna estupidez. Ya era tarde, se suponía que le acompañaría hasta su apartamento aquella noche, pero al parecer Seungkwan tenía otros planes. No quería dejarlo solo, siempre habían estado juntos, pero desde que el estudió comenzó a decaer, Seungkwan se volvió más independiente y distante, ya no contaba con él, empezó a hacer las cosas a su manera e incluso por un tiempo le ocultó parte de la información relacionada con la situación económica a la que se enfrentaban. Habían perdido la confianza...
—Necesito que me dé un poco el aire. Será mejor que te vayas a casa sin mi.–advirtió antes de cerrar la puerta tras él.
Mientras caminaba por entre los callejones de la ciudad, no pudo evitar pensar en la situación en la que se encontraba. Sabía que se estaba comportando como un idiota, que le estaba haciendo daño a Jihoon y que era su culpa que su relación se hubiese enfriado hasta tal punto. Era un egoísta, desde un principio solo pensó en sí mismo, y cuando Jihoon propuso cerrar el estudio por primera vez, creyó que, en verdad, nunca llegó a importarle. Creyó que si estaba dispuesto a deshacerse con tanta facilidad de todo
lo que habían construido juntos, era porque, realmente, no sentía lo mismo que él por la fotografía, no era su verdadera pasión. Aunque en el fondo, sabía que Jihoon tenía razón y que sólo estaba siendo objetivo, manejando la situación con la madurez necesaria, la madurez que el no tenía, pero, supuso, que pensar que en realidad no le importaba el estudio le dolía menos que aceptar que en algún momento tendrían que renunciar a él, lo quisieran o no.Necesitaba despejarse, olvidar todo lo relacionado con Jihoon y "2flash" aunque fuera tan solo por una noche. Necesitaba despertarse de aquella pesadilla en la que llevaba viviendo poco menos de medio año, y no se le ocurrió mejor idea que el alcohol.
Seungkwan no era el tipo de persona que evadía sus problemas a través de la bebida, pero a estas alturas, poco le importaba, tan solo quería escapar de la realidad en la que vivía, incluso si era bajo los efectos de cualquier licor de mala muerte.
Entró al primer "pub" que encontró y se sentó a la barra, por unos segundos se mantuvo en completo silencio, sintiendo su corazón latir al ritmo de la música que no muy lejos reproducían los altavoces del establecimiento. Escuchaba las voces eufóricas de la multitud más allá de la pista de baile repiquetear fuertemente en sus oídos y sonrió inconscientemente al darse cuenta de lo mucho que en realidad odiaba ese tipo de ambientes. Ni siquiera sabía por qué estaba allí, estaba claro que no era una buena idea, pero ya no se sentía capaz de dar marcha atrás. Pasaron veinte minutos, quizá un par de horas, la verdad es que no lo tenía muy claro, en su condición actual no recordaba el tipo de bebida que pidió, ni cuántas copas había tomado, ni si llevaban muchos grados de alcohol o no. Sentía la garganta arder como el mismísimo infierno y su conciencia, lentamente, perderse poco a poco...No pasaría mucho tiempo antes de que Seungkwan decidiese, finalmente, abandonar el local. Era tarde, o eso creía. Había perdido completamente la noción del tiempo, y ni siquiera se había molestado en comprobar la hora en su móvil. Aunque, respirar aire fresco definitivamente había sido un alivio para sus pulmones...
Olía a noche, las calles estaban completamente desiertas y tan solo se escuchaba el tránsito de algún que otro coche en la lejanía. La luz de la luna brillaba tenuemente y apenas se distinguían un par de estrellas en el firmamento, quizás podría ser por el efecto del alcohol, pero a Seungkwan, aquel día, el cielo le pareció mucho más hermoso de lo habitual, seguramente porque era la primera vez que se paraba a observarlo detenidamente.
Caminaba en silencio, completamente absorto en la imagen sobre él, cuando, repentinamente, algo más llamó su atención.
Encontró frente a él un joven alto, castaño e indudablemente atractivo, sus rasgos faciales apenas eran distinguibles entre la oscuridad, pero Seungkwan pudo apreciar claramente que se trataba de un extranjero. Maldijo su mala suerte, justo tenía que encontrarse con semejante Adonis esa noche, completamente ebrio, apenas pudiendo mantenerse en pie y vistiendo una sudadera desgastada de sus años de universitario. Ya podía ir despidiéndose de conseguir su número...
Justo cuando el joven pasó por su lado, Seungkwan se sintió desfallecer, y sino fuera porque alguien más sostuvo su cintura antes de caer, habría compartido un apasionante beso con el suelo. Alzó la mirada expectante, esperando un golpe que, claramente, no iba a llegar, y encontró el rostro del joven extranjero a escasos centímetros del suyo. Siendo sincero no sabía cómo reaccionar en aquella situación y simplemente le agradeció por su ayuda antes de incorporarse nuevamente y guardar una cierta distancia entre ellos.—Deberias tener más cuidado–aconsejó el castaño. Seungkwan asintió y se despidió de él para seguir con su camino poco después, hasta que volvió a precipitarse al suelo y el contrario se vio obligado a intervenir nuevamente, impidiendo su caída una vez más. Suspiró.–Creo que necesitas ayuda.–evidenció tras comprobar su notable falta de equilibrio. Seungkwan negó reiteradamente con la cabeza, no quería causarle problemas a un desconocido, mucho menos en su estado de ebriedad, pero el joven extranjero insistió en acompañarle hasta su apartamento y, siendo objetivos, no estaba en posición de rechazarle, por lo que al cabo de unos minutos simplemente acabó cediendo.
Caminaron juntos hasta su apartamento, Seungkwan apenas recordaba la dirección pero, sorprendentemente, de una manera u otra, aquel joven se las apañó para encontrar su bloque. Sostenía su cintura con una mano y con la otra sujetaba su brazo izquierdo por encima de sus hombros. Seungkwan andaba torpemente y le costaba bastante mantenerse en pie, pero gracias a la ayuda del castaño, al menos podía avanzar a paso lento. Finalmente se encontraban frente a la puerta de su edificio, subieron en el ascensor hasta el cuarto piso, donde según las indicaciones del mayor, vivía, y tras una breve búsqueda por todos y cada uno de sus bolsillos, consiguió extraer las llaves del apartamento de uno de ellos. Fue su acompañante quien abrió la puerta y le recostó sobre el sofá de la entrada, sin embargo, justo cuando el castaño daba marcha a atrás dispuesto a irse, Seungkwan se incorporó torpemente y se abalanzó sobre el, atacando salvajemente sus labios. No sabía bien lo que hacía, el alcohol no le dejaba pensar con claridad y su cuerpo había reaccionado por sí solo, pero estaba seguro de que si le dejaba irse, jamás volvería a tener una oportunidad como esa, y el hecho de que aquel joven desconocido correspondiera sus besos, le hizo creer que, verdaderamente, había tomado la decisión correcta.
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"Love Shot" [Verkwan]
FanfictionEn números rojos y al borde de la quiebra, Seungkwan ya no tiene esperanzas de sacar su estudio fotográfico adelante, por lo que decide ahogar sus frustraciones en el alcohol. Durante una esporádica visita a un club nocturno cualquiera, termina por...