XXI

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Nunca es demasiado tarde

¿Eres feliz así? ¿Piensas que lo eres? ¿Estás seguro de que esto es lo mejor? Seungkwan, ¿qué estás haciendo? Y ni él mismo lo sabía. Era una noche cualquiera, de un día cualquiera, otro más sin ser capaz de mirarle a los ojos, y ¿cómo podría? después de haberle hecho tanto daño a la única que persona que había encontrado esperanza en él. Sabía que había un límite entre lo que podía y no podía hacer, al igual que sabía que sus obligaciones eran una prioridad y que por mucho que le doliese, tenía que renunciar a Hansol, pero no podía soportarlo. Creyó inocentemente que Seokmin podría hacerle olvidar lo que sentía por él, pero era inútil. Quizá ahora podía confirmar que había conocido el amor y que preferiría no haberse cruzado nunca en su camino, pero ya era tarde para intentar borrar sus huellas.

Miraba el cielo ensimismado mientras esperaba por Seokmin una noche más, se había hecho costumbre para el pelirrojo llevarle a casa al salir del trabajo, a pesar de haber finalizado con el reportaje días atrás y no compartir un mismo itinerario, el mayor insistía en recogerle por muy tarde que fuese, aunque, sinceramente, no le importaba, porque la única persona que quería ver ya no podía sonreír por su culpa. No era el único que lo había notado, de eso estaba seguro. Hansol no era el mismo, él no era el mismo y quizá solo había empeorado las cosas, quizá nada de lo que había hecho merecía la pena, quizás debería admitir que se había equivocado y quizá debería pedir perdón antes de perderle, pero quizá no había tiempo. Se había obligado a sí mismo a cargar con sus malas decisiones, bajo cualquier otra circunstancia nunca habría considerado alejarse de Hansol un error, ¿por qué debería serlo? había hecho lo que tenía que hacer, pero, por primera vez en su vida, se arrepentía de haber hecho lo que creía correcto y todo ese dolor se materializó en una lágrima indeseada que ahora surcaba su mejilla.

―Seungkwan, ya estoy aquí. ¿Llevas mucho tiempo esperando?-intervino repentinamente el mayor, sin recibir respuesta alguna por su parte - Seungkwan, ¿estás... llorando?-inquirió con el ceño fruncido.

Sí, estaba llorando, porque no podía contener más las lágrimas, porque le dolía demasiado pensar en Hansol, había sido tan egoísta, se había comportado como un idiota y seguramente ya era tarde para dar marcha atrás. No podía evitar sentirse culpable mientras buscaba a alguien más en el abrazo de Seokmin, no era a él a quien necesitaba. Ni siquiera la proximidad de el mayor podía hacer desaparecer el frío que calaba sus huesos, no podía encontrar calidez en él ni en su cercanía y nuevamente le carcomía la culpa. Por mucho que tratase de aferrarse a Seokmin, sabía que cuando le miraba a los ojos no era a él a quién veía. Hipeaba desconsolado sobre su hombro mientras sentía su corazón contraerse una y otra vez, el joven modelo acariciaba tímidamente su espalda, tratando de reconfortarle pero sin saber qué hacer exactamente. No había que ser muy listo para deducir quién había provocado el llanto del menor y, aunque no estaba al tanto de la relación que existía entre él y el joven americano, no podía soportar ver a Seungkwan de esa manera y un pensamiento fugaz cruzó su mente. Sabía que no era una buena idea, que a él no le correspondía ser quién lo hiciera, pero si así podía aliviar el dolor del más bajo, entonces lo haría, pensó. Y verdaderamente lo hizo. Le besó. Alzó con delicadeza su mentón y selló sus lágrimas con un beso. Seungkwan abrió estrepitosamente los ojos, tratando de zafarse del agarre del mayor en su cintura, pero no tenía fuerzas para resistirse y de todas maneras, no era capaz de sentir nada. Las mariposas en su estómago habían perdido las alas y su corazón el compás. Solo podía lamentarse por todo lo que había hecho, por ser tan cobarde y por haber permitido que las cosas acabasen así. No quería reconocerse a sí mismo en los brazos de Seokmin mientras, incluso en aquella situación, Hansol protagonizaba sus pensamientos. Y entonces le vio, frente a él, a apenas unos metros de distancia, saliendo por la puerta de la compañía después de su turno de tarde. Intercambiaron miradas por apenas unos segundos pero el tiempo pareció detenerse.

"Love Shot" [Verkwan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora