IV

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"Detrás de la cruz está el diablo"

—¡No puedo!–exclamó. Jihoon suspiró  mientras masajeaba repetidamente su sien, tratando de no perder la poca paciencia que aún conservaba.

—Entra de una maldita vez–exigió el mayor firmemente.

—¡Ya te he dicho que no puedo! ¿Qué es lo que no entiendes? ¡No puedo!–lloriqueó insistente.

—Seungkwan, tu reunión empieza dentro de diez minutos y no pienso permitir que llegues tarde. Sabes que ahora mismo para nosotros causar una buena impresión es lo más importante, así que será mejor que dejes tus ridículos amoríos para después si no quieres que nos retiren el contrato el primer día.–reprochó el joven pelinegro. Seungkwan bufó en señal de molestia.

—Es muy fácil decirlo cuando tú no eres el que se ha acostado con su nuevo modelo.–replicó el menor, pudiendo percibirse un atisbo de resentimiento en su voz. Jihoon rió incrédulo.

—¿Acaso es mi culpa? Perdón por ser una persona madura y racional que no comparte su cama con cualquier extraño que conoce borracho por la calle.–se excusó sarcásticamente.

Seungkwan se mantuvo en silencio, sabía que Jihoon tenía razón, nunca debió acostarse con Chwe Hansol aquella noche, y a causa de su irresponsabilidad, ahora tenía que lidiar con las consecuencias de sus propios actos. La mañana anterior, en el despacho del CEO Yoon, acordaron celebrar una reunión individual entre el modelo, los miembros del staff y su fotógrafo asignado, e incluso tuvieron un pequeño encuentro, prácticamente reducido a una presentación escueta y un apretón de manos, por lo que tampoco tuvieron mucho tiempo para interactuar entre ellos, aunque de todas maneras, de haberlo tenido, Seungkwan tampoco habría sabido muy bien cómo reaccionar.
Después de reconocer a Chwe Hansol como el joven de aquella noche, supo que le esperaba un año bastante intenso. Enfrentarle de primeras no sería fácil, y no sabía muy bien cómo iba a sobrellevar la situación de manera que ninguno de los dos se sintiera incómodo. Quizá debería fingir que no recordaba nada, con un poco de suerte, Hansol le había olvidado y podrían empezar nuevamente de cero, pero tenía miedo de que las cosas no salieran bien, porque al fin y al cabo, se trataba de él, no podía confiar en su suerte.
Suspiró.
Ahora más que nunca tenía que ser un verdadero profesional, aquella era una cuestión de trabajo, la relación personal que pudiera compartir con su nuevo modelo no debía interferir en el. Tenía muy en claro cuál era su prioridad y el asunto pendiente con Chwe Hansol, precisamente no lo era. Tras un par de minutos de reflexión, decidió que lo mejor sería actuar con naturalidad, no podía negar lo que ocurrió entre ellos dos aquella noche–aunque tampoco estaba muy seguro del qué exactamente–pero sí podía, en caso de tener que hacerlo, tratar el tema con la madurez suficiente, tenía 22 años, huir de sus problemas ya no era una opción, era el momento de plantarles cara.

—Está bien, entraré. Deja de preocuparte por mí y vete a tu reunión, también debe estar a punto de empezar.–aconsejó el menor. Jihoon asintió algo desconfiado antes de darse la vuelta y desaparecer entre los pasillos de la planta. Una vez solo, Seungkwan respiró profundamente y se mantuvo inmóvil por unos segundos tratando de asimilar la situación, a estas alturas no podía echarse atrás. Finalmente se armó de valor y tras golpear repetidamente la puerta, entró a la sala de la reunión, encontrando al joven modelo de espaldas a él en uno de los extremos de la habitación, quién, acto seguido, se giró en su dirección algo sorprendido ante su repentina aparición.

—Buenos días, espero no llegar muy tarde–saludó cortésmente en un intento de romper el hielo. El joven castaño le sonrió en respuesta.

—Para nada, eres de hecho el primero.–aseguró mientras tomaba asiento en una de las sillas que rodeaban la mesa principal de la sala.

"Love Shot" [Verkwan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora