"Love Shot" [Verkwan]

IX

"El tiempo vuela" (Tempus Fugit)

—¿No vas a decir nada?–intervino repentinamente el menor. Seungkwan despegó la vista de su hamburguesa y la alzó hacia él.

Llevaban cerca de diez minutos sentados el uno frente al otro en completo silencio mientras comían y ninguno de ellos se había atrevido a intervenir hasta ahora. Sin apenas darse cuenta, Seungkwan había vuelto a perderse en sus pensamientos. Era la primera vez que se encontraba a solas con el menor fuera del trabajo y se sentía extrañamente inquieto. No era como si estuviera incómodo, pero no podía evitar mostrar cierto nerviosismo y ni siquiera él mismo podía explicarse el por qué. Desde que le vio modelar por primera vez, empezó a mirarle con otros ojos. Delante de cámaras parecía otra persona, y supuso que era por eso precisamente que había llamado tanto su atención, pero aunque quería saber más de él, no se sentía capaz de dar el primer paso. Sabía que la razón por la que su relación no había avanzado prácticamente nada en un mes, era su actitud. Se había visto condicionado desde un principio por el error que cometió la noche en que se conocieron y desde entonces había mantenido ciertos límites entre ellos, aunque si verdaderamente quería descubrir quién era Hansol en realidad, tendría que olvidarse de todo aquello.

—¿Por qué decidiste ser modelo?–inquirió de imprevisto, tomando por sorpresa al menor que lo reflexionó por unos segundos antes de dar una respuesta.

—Supongo que al principio solo quería atención–concluyó con indiferencia. Seungkwan frunció el ceño expectante y le animó a continuar–Cuando era pequeño mis padres no solían tener mucho tiempo para mí, trabajaban todo el día y se olvidaron de que tenían un hijo. Después de nacer Sofía las cosas empeoraron, cuando te conviertes en el hermano mayor da igual la edad que tengas, dejas de ser un niño y empiezas a tener responsabilidades que nunca pensaste que tendrías. Entré a la agencia porque quería que la gente me viese.–explicó con inesperada seriedad antes de llevarse un par de patatas a la boca.

Siendo invisible a los ojos de su propia familia, Hansol había crecido en la soledad y vivido sin nadie a su lado. No llegó a conocer el cariño, nunca recibió atención y durante mucho tiempo se sintió vacío e inútil, hasta que posó frente a una cámara por primera vez. Seungkwan entendió en ese preciso instante qué era lo que le distinguía del resto de modelos con los que había trabajado, entendió qué era lo que le hacía especial.
Para Hansol modelar no era un trabajo, era una necesidad.
Durante mucho tiempo buscó la manera de hacerse visible al mundo y finalmente la había encontrado. Al contrario que otros modelos, él vivía por y para la cámara. Modelar le había dado un sentido a su vida y un motivo por el que seguir adelante. Seungkwan pensó que, en realidad, lo que vio en sus ojos durante el reportaje de prueba, eran los rastros de la desesperación que un día sintió, ahora consumida después de finamente hacerse con la atención que tanto ansiaba. Hansol se aferraba a su trabajo porque era lo único capaz de llenar el vacío de su pasado, no había nacido para modelar, modelar le había dado la vida...

—¿Y tú?–la voz del menor le hizo despertar de su ensoñación.

—¿Yo?–repitió algo dubitativo. Hansol sonrió, pero está vez su sonrisa era diferente, mucho más cálida, tanto que Seungkwan no pudo evitar que un leve rubor tiñera sus mejillas.

—¿Por qué te gusta tanto la fotografía?–inquirió. Seungkwan dió un pequeño sorbo a su bebida antes de tomar la palabra.

—Me ayudó a superar una etapa difícil de mi vida–explicó escuetamente. Hansol frunció el ceño expectante –Acoso. No me gusta hablar de ello–aclaró mientras sorbía nuevamente. El menor asintió y respetó su elección, si seguía insistiendo acabaría incomodándole, quería que Seungkwan confiase en él, pero apenas llevaban un mes trabajando juntos, había ciertas cosas que evidentemente aún no se sentiría capaz de contar, mucho menos teniendo en cuenta el tipo de relación que había entre ellos, la cual era prácticamente inexistente.