"Amor sin celos, no lo dan los cielos"
Sentía la arritmia de sus latidos desenfrenados golpear contra su pecho, su respiración agitada, el sudor empapar su cuello y el peso de sus piernas intensificarse a cada paso que daba. Por más que corría, sabía que, esta vez, no llegaría a tiempo. Tenía varias llamadas perdidas, algunas de Hansol, otras del personal de la compañía, y mientras se obligaba a acelerar el ritmo, maldecía una y otra vez su pésimo sentido de la orientación.
Habían pasado apenas un par de días desde que Hansol llamó a su puerta aquella mañana y después de todo un mes trabajando juntos, Seungkwan iba a llegar tarde al evento más importante de la programación anual; el primer fanmeeting de su modelo.Hansol había mostrado especial interés en aquel evento desde que aterrizó en Corea meses atrás y hasta ahora la compañía se había mostrado algo reacia e inflexible ante la idea, pero tras considerar los posibles beneficios que podría suponer una actividad a puertas abiertas como aquella, acabaron cediendo. La interacción con sus seguidores era un aspecto fundamental en el trabajo de todo personaje público, y aunque la agencia seguía pensando que era demasiado prematuro organizar un fanmeeting antes de cumplir su segundo año en el oficio, también eran conscientes de que la popularidad de Hansol se disparaba por momentos y que si sabían manejar bien la situación, podrían atraer a la prensa e incluso representantes de empresas interesadas en el joven modelo al evento. Todo eran ventajas.
Para la compañía era solo una oportunidad de negocio, pero para Hansol era un sueño hecho realidad. Llevaba dentro del modelaje poco más de un año, sin embargo, en ese escaso intervalo de tiempo, había despertado el interés de muchísimas personas y cuando vio el aforo del establecimiento que habían alquilado para llevar a cabo el evento completamente agotado, no pudo sentirse más agradecido.
Se entregó en su totalidad a las sonrisas repletas de ilusión y el brillo en los ojos de todos sus seguidores. Las miradas nerviosas, la rigidez de sus movimientos, el sudor frío en sus manos al rozar levemente las suyas, todo aquello era un recordatorio de que estaba haciendo bien las cosas. En algún momento de la tarde dejó salir una parte de él que ni siquiera conocía y se descubrió transparente frente a personas que, años atrás, eran completos desconocidos, pero que ahora formaban parte de su vida y sobre todo, de él mismo.
No notó la presencia de Seungkwan minutos después, ni su mirada clavada en él, ni siquiera su cámara perseguir todos y cada uno de sus movimientos, quizá la atmósfera le había absorbido por completo, pero cada vez que encontraba un rostro nuevo frente a él, tenía la necesidad de analizar todas y cada una de sus facciones, para asegurarse así, de que nunca podría olvidarlo.Las horas pasaron volando y Hansol sintió el tiempo escurrirse inevitablemente entre sus dedos, suplicó una y mil veces por hacer eterna aquella tarde, no quería decir adiós, ni tampoco quería esperar a que los recuerdos de aquel día se desvanecieran, no quería volver a sentirse solo..
Una vez el evento se dio por finalizado, sus ojos viajaron involuntariamente hasta Seungkwan y sonrió mientras observaba con detalle las acciones del mayor, a cada cual más torpe que la anterior. No había tenido la oportunidad de hablar con él en toda la tarde y era la primera vez que le veía en cuatro días desde su último encuentro, al que ni siquiera sabía si podía catalogar como "cita" Su cuerpo se movió por sí solo y cuando quiso darse cuenta, se encontraba frente al joven rubio, quién, de espaldas a él y sentado sobre sus rodillas, parecía estar teniendo algunas dificultades para enfundar su equipo fotográfico.
—¿Te ayudo?–inquirió repentinamente, despertando un apenas perceptible sobresalto en el mayor. Seungkwan se giró instintivamente y descubrió al joven americano erguido frente a él, quien acto seguido se agachó para ajustarse a su altura, ensanchando su tan característica sonrisa una vez sus miradas se encontraron.
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"Love Shot" [Verkwan]
FanfictionEn números rojos y al borde de la quiebra, Seungkwan ya no tiene esperanzas de sacar su estudio fotográfico adelante, por lo que decide ahogar sus frustraciones en el alcohol. Durante una esporádica visita a un club nocturno cualquiera, termina por...