Caroline
....- Una pequeña fiesta de 100 invitados- murmuró James con un tono de sarcasmo, mientras contaba los sobres.
- Realmente es pequeña en comparación con las 300 personas de la primera lista de la abuela- respondí divertida.
- Resulta gracioso la idea de que tengamos una celebración con tantos extraños, cuando sólo estaré viéndote a ti- declaró con una sonrisa.
Le envié un beso volado desde el extremo de la mesa.
- Le dije que debíamos fugarnos, Su Señoría- declaré divertida.
James bufó.
- ¿Para que Helena corte mi cabeza?- preguntó divertido- Prefiero estar ileso; gracias por tus buenos deseos, futura esposa.
Reí, mientras acomodaba las cien invitaciones sobre una bandeja de plata.
- Oficialmente, terminamos con esto- declaré exhausta, mientras retiraba mi silla para acudir hacia James.
Él extendió los brazos para darme la bienvenida.
- ¿ Es que a caso te vuelves más hermosa con los días?- preguntó, mientras me acariciaba la mejilla con la yema de los dedos.
- El amor me vuelve más hermosa- respondí, mientras besaba el dorso de su mano.
- Siete días para anunciar al mundo que eres mía- susurró James, mientras besaba dulcemente.
- Siete días para pasar de ser una solterona, a una atractiva dama comprometida.- sonreí en sus labios.
James detuvo el beso.
- Ya estás comprometida- refunfuñó.
Me encogí de hombros.
- Si es un compromiso secreto, no cuenta- declaré.
James aumentó su agarre en mi cintura, mientras que con la otra mano la llevaba a mi cabello, y se apoderaba de mi boca. El beso fue tan devastador que pude sentir como me estremecía con su toque.
- Creo que acabo de recordar que estoy muy comprometida, otra vez- murmuré con la respiración entrecortada.
- Soy muy bueno ayudando a recuperar la memoria- murmuró con una sonrisa de suficiencia.
- ¿ Me reservarás todas las piezas?- preguntó entre besos.
- ¿ Y causar un escándalo?- pregunté divertida- Me parece un buen plan.
James sonrió con timidez.
- Ayer estuve pensando en algo que quiero hacer por nosotros- murmuró en un tono vago.
- ¿ De qué se trata?-pregunté curiosa.
James se alejó lo suficiente para tomar mi rostro en sus manos.
- Quiero contarte mi verdad- susurró, sin dejar de mirarme fijamente.
Un suspiró abandonó mis labios.
- Tus secretos, serán mis secretos-susurré conmovida.
James asintió con solemnidad.
- El amor es un acto de fe- declaró- no le confiaría a nadie más mi vida.
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Sedúceme
Narrativa StoricaSegundo libro de la trilogía PERTENECERNOS Lady Caroline Sinclair Newland no era precisamente conocida por ser el epítome de una dama inglesa; pese a que poseía el linaje, la fortuna y la belleza adecuadas para serlo. Sin embargo; siempre había al...