Capítulo 18

2.1K 179 35
                                    


Caroline

- Le dije a la abuela que no tardaría en volver a casa- susurré entre risas.

Sentí una ligera respiración en la nuca. Me estremecí.

- Me temo que hoy va a romper promesas, Lady Caroline- susurró James seductoramente.

- ¿Me puedes dar una pista sobre a dónde vamos?

James rió suavemente.

- No siempre puedes saberlo todo, amor- respondió mientras acariciaba mi cuello con su nariz.

La piel se me erizó por su cercanía.

- Creo que si me das un beso, dejaré de preguntar- susurré con picardía.

James rió con mi comentario.

- Por mucho que me encante tu sugerencia, debemos ir primero por algo de comer. Estoy seguro que te saltaste el desayuno, pequeña provocadora.

Puse los ojos en blanco.

- No se trata de mi- refunfuñé por no obtener mi beso- Sé que necesitas una tonelada de comida para mantener con energía a semejante máquina de músculos.

James sonrió.

- No puedo contradecir tu declaración- respondió divertido- Sin embargo, por esta ocasión, creo necesario alimentarte, debido a que te aseguro que perderás una importante cantidad de energía.

Le sonreí coqueta.

- Me gusta eso de perder energía contigo- Murmuré acercándome a su boca- Espero que hagas honor y realidad a tu declaración.

James miró mis labios.

- Voy a comerte- susurró atrapando mi labio inferior en su boca. Suspiré- Pero primero, iremos por bocadillos.

Sonreí convencida.

- Esta bien- acordé muy solícita para bajarme del carruaje.

Me miró divertido.

- De modo que así funcionarán las cosas- murmuró alzando una ceja- tengo que seducirte para convencerte.

Acomodé mi sombrero con gesto regio.

- Evidentemente tengo que velar por mis intereses- respondí.

James bajó del carruaje de un excelente humor, y extendió la mano para ayudarme a bajar. Gratamente visualicé una de las pastelerías de moda en Bond Street, famosa por preparar los dulces más deliciosos de la temporada. Le sonreí sorprendida.

Una vez dentro, el aroma a pasteles recién horneados, hicieron que se me hiciera agua la boca. ¡Qué delicia!

- Milord, Milady- nos saludó una de las dependientas, haciendo una reverencia- Bienvenidos a Rose Bakery.

-Buenas tardes- sonreí contagiada de su buen humor. James asintió con la cabeza.

- ¿Les gustaría probar algo recién horneado?-sugirió entusiasta.

Miré con emoción aprobatoria hacia James.

- Nos gustaría mucho-respondió por los dos.

La dependienta puso a nuestra disposición 3 pedazos de distintos pasteles frente a nosotros.

- Pruebe este milord, le llamamos "Rosa primaveral"- indicó la joven-es un pastel de vainilla, relleno de frambuesa y cubierto con chocolate blanco y crema pastelera.

James tomó dos cucharas, las untó de pastel; y posteriormente, me ofreció una. El sabor fue un deleite para mi paladar.

- ¡Qué delicia!- exclamé maravillada con el sabor.

SedúcemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora