Caroline- Le dije a la abuela que no tardaría en volver a casa- susurré entre risas.
Sentí una ligera respiración en la nuca. Me estremecí.
- Me temo que hoy va a romper promesas, Lady Caroline- susurró James seductoramente.
- ¿Me puedes dar una pista sobre a dónde vamos?
James rió suavemente.
- No siempre puedes saberlo todo, amor- respondió mientras acariciaba mi cuello con su nariz.
La piel se me erizó por su cercanía.
- Creo que si me das un beso, dejaré de preguntar- susurré con picardía.
James rió con mi comentario.
- Por mucho que me encante tu sugerencia, debemos ir primero por algo de comer. Estoy seguro que te saltaste el desayuno, pequeña provocadora.
Puse los ojos en blanco.
- No se trata de mi- refunfuñé por no obtener mi beso- Sé que necesitas una tonelada de comida para mantener con energía a semejante máquina de músculos.
James sonrió.
- No puedo contradecir tu declaración- respondió divertido- Sin embargo, por esta ocasión, creo necesario alimentarte, debido a que te aseguro que perderás una importante cantidad de energía.
Le sonreí coqueta.
- Me gusta eso de perder energía contigo- Murmuré acercándome a su boca- Espero que hagas honor y realidad a tu declaración.
James miró mis labios.
- Voy a comerte- susurró atrapando mi labio inferior en su boca. Suspiré- Pero primero, iremos por bocadillos.
Sonreí convencida.
- Esta bien- acordé muy solícita para bajarme del carruaje.
Me miró divertido.
- De modo que así funcionarán las cosas- murmuró alzando una ceja- tengo que seducirte para convencerte.
Acomodé mi sombrero con gesto regio.
- Evidentemente tengo que velar por mis intereses- respondí.
James bajó del carruaje de un excelente humor, y extendió la mano para ayudarme a bajar. Gratamente visualicé una de las pastelerías de moda en Bond Street, famosa por preparar los dulces más deliciosos de la temporada. Le sonreí sorprendida.
Una vez dentro, el aroma a pasteles recién horneados, hicieron que se me hiciera agua la boca. ¡Qué delicia!
- Milord, Milady- nos saludó una de las dependientas, haciendo una reverencia- Bienvenidos a Rose Bakery.
-Buenas tardes- sonreí contagiada de su buen humor. James asintió con la cabeza.
- ¿Les gustaría probar algo recién horneado?-sugirió entusiasta.
Miré con emoción aprobatoria hacia James.
- Nos gustaría mucho-respondió por los dos.
La dependienta puso a nuestra disposición 3 pedazos de distintos pasteles frente a nosotros.
- Pruebe este milord, le llamamos "Rosa primaveral"- indicó la joven-es un pastel de vainilla, relleno de frambuesa y cubierto con chocolate blanco y crema pastelera.
James tomó dos cucharas, las untó de pastel; y posteriormente, me ofreció una. El sabor fue un deleite para mi paladar.
- ¡Qué delicia!- exclamé maravillada con el sabor.
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Sedúceme
Historical FictionSegundo libro de la trilogía PERTENECERNOS Lady Caroline Sinclair Newland no era precisamente conocida por ser el epítome de una dama inglesa; pese a que poseía el linaje, la fortuna y la belleza adecuadas para serlo. Sin embargo; siempre había al...