Caroline
- ¿James?- pregunté incrédula al verle caminar hacia mí.
Una sonrisa se dibujó automáticamente en mi rostro. Acorté el espacio entre nosotros, y me lancé a sus brazos.
- Buenos días, preciosa- murmuró, mientras me apretaba entre sus brazos.
Entre mi nariz en su abrigo, adorando percibir su aroma.
- Dios, te he extrañado tanto- murmuré por lo bajo.
James me apretujó en un abrazo que se hacía infinitamente increíble.
- ¿Quieres pasar a la casa y quedarte a comer?- pregunté cuando me separé unos centímetros.
James me sostuvo contra él, mientras acomodaba un mechón de mi cabello.
- Eres tan hermosa- murmuró, tocando mi mejilla con la yema de los dedos.
Le sonreí, disfrutando de su toque.
- Te amo, Caroline- susurró seriamente- Te amo tanto, que a veces me cuesta respirar.
Tomé su mano, y deposité un beso en su palma.
- Soy afortunada de tenerte- murmuré sonrojada.
James sonrió con tristeza. Fruncí el ceño.
- ¿Sucede algo?- pregunté preocupada.
Él negó con la cabeza, y sonrió ampliamente.
- Solo estoy cansado por el viaje, salí al alba- respondió, mientras nos separábamos para caminar juntos.
Le miré comprensiva. Mi pobre conde había dormido muy poco.
- ¿Quieres tomar una siesta en casa, antes de comer algo?- pregunté.
Negó con la cabeza, y esbozó una sonrisa divertida.
- De hecho, tengo el permiso de Helena para llevarte a almorzar- mencionó emocionado.
- ¿A dónde iremos?- pregunté encantada con la idea.
- Le dije que te llevaría a un visita de bajo perfil al "Rules".- respondió satisfecho.
- Me llevas al restaurante de ostras más famosos de Londres- respondí con sarcasmo- por supuesto que nuestra presencia no llamaría la atención.
James se encogió de hombros, mientras me conducía hacia su carruaje.
- Podemos ir al Rules, si lo deseas.- ofreció, luego agregó- o podríamos tomar una ruta diferente.
Le miré con curiosidad.
-¿Qué tan diferente?- pregunté.
- Algo como... un club de boxeo- ofreció.
Le miré con incredulidad, y di pequeños saltos de emoción en mi lugar. James rió complacido.
- Sospechaba que te gustaría más ese destino.- respondió, mientras ofrecía su mano para ayudarme a subir al carruaje.
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El club "Nigth of King" no me decepcionó. Era mucho más grande, más oscuro y más limpio de lo que pensaba.
James tomó mi mano, mientras nos conducía por un pasillo que daba hacia las diferentes salas. Por lo que había entendido de la breve conversación de la entrada, ya todo estaba listo para nosotros.
- Me gusta este aspecto misterioso que debo tener- murmuré encantada, debajo de una fina capa de terciopelo oscuro.
James rió.
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Sedúceme
Ficción históricaSegundo libro de la trilogía PERTENECERNOS Lady Caroline Sinclair Newland no era precisamente conocida por ser el epítome de una dama inglesa; pese a que poseía el linaje, la fortuna y la belleza adecuadas para serlo. Sin embargo; siempre había al...