James
- Su Ilustrísima, el secretario de defensa dejó su tarjeta de visita- anunció Thomas, mientras ingresaba al estudio.
Alcé una ceja como gesto de extrañeza. No era lo usual que miembros del gobierno acudieran repentinamente a la puerta de mi casa.
- ¿A qué hora se pasó por casa?- pregunté con curiosidad.
- Se presentó al medio día, preguntó por Su Ilustrísima; y al descubrir que no estaba disponible, dejó su tarjeta y se retiró.
Tomé la tarjeta de presentación de la bandeja de plata, que sostenía el mayordomo.
- Lord Derby - murmuré en voz baja - ¿Sabemos algo sobre este Lord Derby?
- Edward Smith-Stanley, Vizconde de Derby, miembro del partido conservador, favorecido de la reina y un posible candidato a primer ministro.
- Rango inferior- murmuré pensativo - bien, eso nos funcionará.
- ¿Desea que convoque a Lord Derby a una reunión privada, Su Ilustrísima?- preguntó Thomas.
-No - guardé silencio unos segundos y luego agregué- Vamos a esperar que vuelva a contactarme. Evidentemente tengo curiosidad; pero no mostraré interés en este asunto- sonreí divertido - Estoy retirado.
- Cómo desee, Su Ilustrísima- respondió Thomas, y luego agregó- No debe olvidarse el compromiso del almuerzo con Su Excelencia, la duquesa viuda y Lady Caroline.
Sonreí al escuchar el nombre de mi prometida.
- No podría olvidar este compromiso en particular, tengan todo listo para la llegada de las damas.
Thomas asintió.
- ¿Podría sugerir tomar el almuerzo al aire libre, Su Ilustrísima?- luego agregó- hace buen tiempo hoy.
Asentí.
- Gracias por la sugerencia Thomas, me parece una estupenda idea- sonreí- asegúrate de tener bollos y mermelada para Lady Caroline.
- ¿ Debo pensar que será mi tarea, asegurar bollos y meremelada para Lady Caroline, por el resto de mi existencia? - preguntó Thomas con sutileza.
Sonreí imposiblemente más amplio.
- Por el resto de la vida, Thomas.- declaré.
Thomas esbozó una pequeña sonrisa, hizo una reverencia y se retiró.
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- Esta es una vista encantadora- declaró la duquesa viuda, quién miraba los jardines de la casa.
- Y una comida deliciosa, debo añadir- murmuró conforme Caroline.
La miré con adoración, estaba tan hermosa con un bonito vestido rosa y el cabello recogido.
- Mi placer es su disfrute- murmuré haciendo una reverencia.
Las damas me sonrieron encantadas.
- Debo decir, que disfrutaré de almuerzos futuros en esta parte de la casa- murmuró la duquesa viuda, mientras disfrutaba del peculiar buen clima.
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Sedúceme
Historical FictionSegundo libro de la trilogía PERTENECERNOS Lady Caroline Sinclair Newland no era precisamente conocida por ser el epítome de una dama inglesa; pese a que poseía el linaje, la fortuna y la belleza adecuadas para serlo. Sin embargo; siempre había al...