Capítulo 22

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¡Sorpresa, se vienen más capítulos!
Con amor, ChicadeLentes


James

Caminé en silencio por mi nuevo jardín. Como una cruel jugada del destino, el paisajista había terminado la remodelación esta tarde.

Me detuve en un extremo de la terraza a observar detenidamente los nuevos rosales. En otro momento, me habría maravillado por la vista; pero lo cierto era que sólo podía pensar en lo increíble que podría haber sido mi vida con Caroline.

Suspiré.

Hacía algunas horas atrás me había reunido con Ben y Dominick para comunicarles mi decisión de partir hacia una nueva misión. Intencionalmente omití partes de la conversación, especialmente los malintencionados comentarios que tuvo Wellington sobre mi inexistente familia.

"Una misión hecha a la medida de usted, su Ilustrísima. Un espía que no tiene cabos sueltos, ni puntos débiles.", había declarado Su excelencia. Casi había querido alabar la forma en cómo había resaltado mi orfandad, sin verse tan frívolo.

Pero lo cierto era que yo sí tenía una familia. Ella era mi familia.

Hice una mueca de disgusto al recordar la vil excusa que le había dado para romper nuestro compromiso. Caroline no se merecía un cierre tan cruel de mi parte; pero entre elegir mantenerla a salvo, y romperle el corazón; escogería la segunda opción sin pensarlo. No podría concebir la idea de un mundo donde ella no existiera.

- Estaba buscándote- murmuró Ben, entrando a la terraza. Emitió un silbido apreciativo.- bonito cambio.

Asentí conforme.

- ¿Qué te trae a mi feliz hogar?- respondí irónicamente.

- Te ves fatal- murmuró inexpresivo- traje unos papeles que debes firmar; pero antes, debo preguntar que zona de la casa será destinada a Caroline.

- La biblioteca- respondí sin mirarle- la estancia fue creada para ella.

Ben asintió.

- La estancia del área sur, entonces- murmuró, mientras anotaba en algunos documentos.

- No- le interrumpí- la biblioteca de Caroline está en la segunda plata, en el área norte, y equivale a tres aposentos.

Ben me observó sorprendido. Me encogí de hombros.

- Era mi regalo de bodas- respondí con voz neutra. Le miré directamente- ¿ Existe alguna posibilidad de que ella herede esta casa?

Ben asintió.

- Es poco usual; pero podríamos hacerlo pasar como una venta a través de Dominick; y él, le cedería la casa.

- Que así sea, entonces- declaré.

- Preparé toda la documentación para el martes; y haré que Dominick firme.

- Tiene que ser hoy- le interrumpí- Partiré al alba.

Ben dejó ver una grieta de preocupación en su impasible expresión.

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