Capitulo 14

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Un chico se azotó contra su locker.
~XX: Wow! -exclamó mientras me veía el rostro-.
No me sorprendía que ahora estuvieran impresionados.
Ahora mi cabello quebrado caía en bonitos caireles por mis hombros en lugar de llevarlo recogido en una coleta, mis pestañas estaban enchinadas y con rímel y mis labios con labial rojo carmesí.
Aunque fuera poco maquillaje, ya nadie desde primer semestre me había visto con maquillaje. Llevaba la misma ropa, pero al menos era un comienzo.
En clase de literatura la estúpida de Brisa no le quitaba la mirada de encima al profesor.
~Libardo: Darian, podrías leernos el siguiente capítulo? -Pidió el profesor repentinamente-
~Darian: Ah, claro.
Me asomé al libro de la chica de enfrente para ver en qué página estaban, pero no alcancé a ver nada.
~Libardo: De pie, señorita Rojas.
Cerró su libro y me hizo una señal con su dedo para que fuera con él.
Me tomó de los hombros y me puso al centro de la clase, donde todos y todas podían verme.
Matias estaba junto a sus amiguitas y amiguitos de siempre. Entre todos ellos empezaron a aullar como lobos.
Libardo los calló y de repente todo empezó, mi revelación estaba a punto de comenzar.
~XX: Por qué no te quitas esa chaqueta de hombre y nos enseñas lo gorda que te pusiste, zorrita!? -gritó alguien atrás-.
Hice una mueca de enojo y bajé la mirada a mi sudadera enorme.
~Libardo: Ey! Quien haya dicho eso..
~Darian: No, está bien profesor, tienen razón.. Debería de mostrarles lo obesa que estoy.
Le di mi libro y me quité la sudadera. Mi playera holgada salió a la luz, no se me veía ni el busto.
Le di la sudadera al profesor y empecé a quitar la blusa poco a poco.. Primero mostré mi abdomen desnudo, luego lo que restaba del torso hasta al fin quedarme solo en sostén.
Arrugué la blusa y caminé entre las bancas.
Todos tenían sus bocas abiertas por la impresión.
Me acerqué a donde estaba Matias y le di mi blusa.
~Darian: Para que recuerdes lo bien que te hice sentir.
Le di un beso en la mejilla y después le guiñé un ojo y me salí del salón.
Estaba casi desnuda y no me importaba. Corrí al salón donde estaba Marian, pero al parecer se había fugado.

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