Capitulo 11

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La toalla se arrugó debajo de su dedo índice y empezó a soltarse. Tomé una bocanada de aire y empecé a sentir la excitación recorrer mi cuerpo.
Me levantó de la cama y me hizo recostarme en ésta.
Sonrió y se puso encima de mí.
Su respiración iba al compás de la mía.
Puso su mano en la esquina de la toalla y empezó a deslizarla suavemente hacia abajo.
Mi corazón se aceleró y lo único que pude hacer fue cerrar los ojos. Jaló la toalla a un costado para quitarla por completo.
Besó mis labios mientras bajaba su mano hacia mi pelvis.. Bajó más y más.
Tocó mis labios vaginales y los abrió con sus dedos. Empezó acariciando mi clítoris y luego metió su dedo en mí.
El ritmo era lento y suave hasta que se volvió duro y rápido, grité.
Mi cuerpo no solo quería su dedo, quería tenerlo dentro de mí de nuevo.
~Darian: Oh Jean.. mete tu..
Pensé en la palabra menos vulgar para señalar su pene así que solo puse mi mano encima de su miembro y lo acaricié lentamente.
Sacó su dedo de mi feminidad y empezó a lamer mis pezones. Quité el cinturón de su pantalón y desabroché el botón del pantalón para luego bajar el cierre. Sonreí.
Me besó nuevamente en los labios. Su lengua era un juego perfecto para la mía.
Sus movimientos eran suaves, pero apasionados y me encantaba que hiciera eso.
Se separó de mí y se levantó para quitarse el pantalón y la camisa, pero me dejó el trabajo del bóxer. Metí mi mano en el bóxer y acaricié más rápido el miembro de Jean.
Le saqué el bóxer e hice que se pusiera encima de mí nuevamente. Besó mis labios de nuevo y empezó a poner el condón en su pene. Cuando al fin estuvo listo, metió su pene muy lentamente.
~Jean: Duele?
~Darian: Solo un poco.
Se inclinó hacia mí y empezó a hacer movimientos más rápidos. Sus embestidas me volvían cada vez más loca, llenándome de placer y deseo.
~Darian: Ahh más -grité-.
Envié mis manos a su trasero empujándolo a mí.
~Jean: Oh.. Señorita Rojas -jadeó-.
Abrió más mis piernas e hizo sus movimientos más rápidos.
Su pene caliente entraba y salía de mi feminidad, después se movió en círculos y fue más rápido. Empezamos a jadear, incesantes..
Agarró mis muñecas y alzó mis brazos justo arriba de mi cabeza y se mantuvo agarrado a mis muñecas mientras recorría mi cuello con sus labios. Se abalanzaba hacía mí lentamente, con cuidado, pero voraz.
El fuego entre nuestros cuerpos era impresionante, casi imparable.
~Darian: En qué piensas? -dije entre jadeos-
~Jean: En lo mucho que.. -soltó un gruñido- Dios! -gritó-.
Mi feminidad abrazó a su pene todavía más, juntando de una vez por todas nuestras emociones en una. Estábamos llegando al éxtasis.
~Darian: Me vengo Jean! -grité apasionada-
~Jean: Ah.. Yoyo también -gruñó-.
Al final los dos sacamos suspiros incontrolables, palabras incesantes y yo, una que otra lágrima.. Aún me dolía un poco ahí abajo.
~Jean: Me hiciste sentir en las estrellas.
Dijo mientras se acomodaba a un lado mío y recorría todo mi abdomen con sus dedos.
~Jean: Me fascina tu abdomen. Sonrió de lado y yo solo pude levantarme y volver a ponerme mi ropa encima.
Él hizo lo mismo.
~Jean: Empezamos con la clase?.
~Narra Jean~
Darian se me adelantó. Cuando apenas estaba tomando mi chaqueta, ella ya estaba bajando las escaleras de esa manera tan sensual.
Corrí hasta donde estaba y tomé su mano.
~Jean: Por qué tan acelerada, señorita Rojas?
~Darian: Ah, lo lamento.
Sonrió y tomó mi mano entre la suya, la solté.. No me gustaba lo que empezaba a sentir con ella. ~Jean: Quieres descansar un poco antes de la clase?
~Darian: Ahm... -Rascó su cabeza y torció el gesto- La verdad es que.. no tengo muchas ganas de recibir esa clase después de eso.
Dijo mientras señalaba su cuarto con la barbilla.
~Jean: Señorita Rojas, está cansada?
~Darian: Sí, un poco. Me has dejado exhausta.
~Jean: Oh..
~Darian: Pero antes de que te vayas, si es que quieres hacerlo..
~Jean: Te preguntas cómo sé dónde vives?
~Darian: Ajá
~Jean: Bueno.. Tu amiga Marian no es nada discreta -le guiñé un ojo y tomé mi chaleco-.
Caminé hasta la entrada y sentí los pasos de Darian detrás de mí. ~Darian: No vas a despedirte?.
Solté una risita.
~Jean: Te veías preciosa el sábado.
Me di vuelta y salí rumbo a mi casa.
No dudé ni un segundo en meterme a la ducha, Dios mío esta chica me había hecho sudar!
~Jean: Oh, Sara! -grité mientras tomaba el trasero de la mujer Castaña entre mis manos y lo empujaba hacia mí-
~Sara: Jean.. no, no te detengas -chilló-
~Jean: Oh, sí.
Gruñí cuando me vine.
Moví mi miembro más lento dentro de ella hasta que al fin el amiguito se relajó y pudo salir de esa entrada deliciosa.
~Sara: Mierda Jean!.
Dijo la rubia mientras se ponía frente a mí, enseñándome sus enormes senos y su carita preciosa.
Me tomó del mentón y me besó ferozmente.
~Jean: Ey.. -susurré encima de su rostro mientras la apartaba dulcemente por los hombros- Tengo otro trabajo que atender.
~Sara: Zorra -gruñó entre dientes-
~Jean: Vamos Sara.. recuerda las reglas
~Sara: Tú y tus estúpidas reglas -exclamó- Por qué no admites que tienes una esposa?
~Jean: Qué?! -comencé a reír por lo bajo- No, es lo que menos quiero ahora. Disfruto mucho del sexo que me dan tú y otras mujeres..
~Sara: Quien quiera que sean las otras, más les vale que te conquisten lo más pronto posible, porque lo haré yo sin problema.
Dijo mientras alzaba su cabello y hacía que su busto se estirara.
Me levanté de la cama y comencé a ponerme mi traje. Besé por última vez a Sara y salí del hotel.
Mientras caminaba, acomodé mi corbata y me puse el saco encima, el clima no era nada caluroso.
Mi celular comenzó a vibrar. Un mensaje.
"Hotel DownTown, recuérdalo. Darian".
Sonreí orgulloso y seguí caminando.
"No lo olvido, señorita Rojas".
Me metí en mi carro y acomodé todas mis pertenencias en el asiento trasero.
Avancé entre el horrible tráfico de la ciudad para después meterme en los suburbios, ahí, donde vivía mi siguiente alumna, la única alumna de edad, la única que había dejado de ser virgen gracias a mí, la única a la que me agrada ver en pijama y en vestidos, la única que me ha interesado saber de su vida, la única chica de ojos verdes y labios rojos que ha llamado mi atención.
Me estacioné en una esquina, lejos de su casa.
Revisé mi celular. Nada.
Miré por el retrovisor para asegurarme de que nadie me seguía. Cuando estuve seguro de que estaba completamente solo, libre de observar hacía la casa de Darian, lo hice.
Estaba arreglándose, para mí.
Se veía realmente bien con ropa interior.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro. "Qué demonios te pasa Jean?", me reclamaba interiormente mientras sacudía mi cabeza sacándome la preciosa imagen de Darian escogiendo un vestido.
Seguí observándola. Tomó un vestido plateado, casi de monja.
"Ese no. Muy de niña" -susurré-.
Tomó uno negro strapples.
"Ese se ve lindo".
Sacudió su cabeza y miró en dirección a la cama. Sonrió. Tomó uno dorado, con un escote triangular, pero discreto. Dios. Era el mejor vestido del planeta.
"Quédate con ese". Lo puso sobre una sillita y empezó a recoger los demás. Abrió su armario y los metió agresivamente. Una risa salió de mi.
"Qué harás ahora?". Vi como tomó su celular y dudaba en llamar a alguien. Qué tramaba esta chica? El sonido apagado de mi celular hizo que me removiera en el auto en busca de éste.
~Jean: Hola?.
Contesté regresando mi mirada a Darian. Ya no podía verla.
~Darian: Profesor.. -susurró-
~Jean: Cómo está alumna?
~Darian: Creo que seré de su agrado el día de hoy
~Jean: Eso espero, señorita Rojas
~Darian: Shi -dijo como niña pequeña- tengo que seguir arreglándome. Hasta pronto, profesor
~Jean: Hasta pronto señorita Rojas
~Darian: Rompe reglas.
Colgó.
A qué se refería con "rompe reglas"?.
~Narra Darian~
Marian tomó el labial rojo y lo embarró delicadamente en mis labios.
~Marian: Te ves preciosa! -exclamó mientras me sonreía-
~Darian: Gracias. Pero tú hiciste todo el trabajo
~Marian: Pero la belleza es tuya, yo solo le di un toque especial.
Moví la cabeza y me le quedé viendo. Alzo la mirada y vio a su novio.
~Marian: Tú que me ves?.
Lo enfrentó llevándose una mano a la cintura y ladeando la cabeza.
~Roger: Estás preciosa
~Marian: Amor! -soltó un chillido-.
Se acercó a él y se empezaron a besar.
~Darian: Bueno, tengo que irme
~Marian: Oh, si quieres te llevamos -ofreció-
~Darian: No les importaría?
~Roger: Nah! Para nada.
Dijo mientras tomaba a Marian de la mano y se acercaban a mí.
Subimos al auto. Tomó una curva y salimos a la carretera.
Me asomé por la ventana y a unas tres calles vi el hotel.
"Hotel DownTown".
~Marian: Bueno, llegamos chiquita
~Darian: Bueno..

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