Prólogo

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-¡No te vayas, no me dejes ir!- grito con desesperación. Él gira su cabeza con parsimonia, como si estuviera grabado en cámara lenta. Puedo ver una sonrisa asomando por sus labios, queriendo salir y hacerse enorme. Yo no puedo evitar cerrar los ojos y bajar la cabeza. Me imponen muchísimo sus profundos ojos azules. Sé que si los miro me perderé en ellos irremediablemente, y ahora necesito ser fuerte.

-No voy a ninguna parte, amor. Cálmate, estoy a tu lado.-Me pellizca las mejillas suavemente y siento como el color rojo empieza a apoderarse de ellas involutariamente. Levanto la vista aún con la cabeza gacha y no puedo evitar sonreír.-Y siempre lo estaré.-Una lágrima cae de mi ojo izquierdo, no sé si de felicidad o por el agobio que estaba sintiendo y que por fin deja mi cuerpo.

-¿Me das un beso?

Él se ríe suavemente. Dios, es que hasta su risa parece sacada de una película. ¿Todo en él es perfecto?

Agarra mi mentón con suavidad utilizando dos dedos, se acerca a mí. Claramente se está acercando. Va a besarme, no puedo creer que esto vaya a suceder. Mi corazón late deprisa, me tiemblan las piernas y mis manos sudan. ¿Esto es amor?

-Cariño, ¡llegas tarde al instituto!

Oh mierda. ¿Quién me habla? ¿Eres tú, dios?

-¡Como no te levantes te tiraré un vaso de agua y te haré ir a clase empapada tal y como pasó ayer, así que no me retes!

Sigue soñando, sigue soñando, por favor sigue soñando.

-!Que llegas tard-

-¡Joder!- me caigo de la cama enredada aún entre las sábanas. Auch, esa ha dolido.-Gracias por chillarme en la oreja, papá. Mi deporte favorito cada vez que me levanto es aplanarme el culo contra el suelo.

-Llevas desde que empezaste el instituto llegando tarde TODOS LOS DÍAS. Tus profesores no paran de llamar y yo he tenido que decirles que tienes que alimentar al conejo a una hora específica y que solo come si estás tú.-Mi padre y sus grandes excusas... pero joder, ¿quién le ha enseñado a disimular?

-No tenemos conejo.

-¡Exacto! Yo no tendría que mentir si tú te acostaras a horas normales, no a las 4 de la mañana. Pero hija mía, ¿qué haces por las noches?

-Papá, te tengo respeto y esas cosas porque eres mi padre. Pero la única razón por la que sabes a qué hora me acuesto es porque estás hasta las seis de la mañana viendo telenovelas así que-

-¡Vístete ahora mismo señorita que llegas tarde!

-Ya, ¡joder, sí! Llego tarde, ya me he enterado. No hace falta que me revientes los timpanos papá, por dios. Que un poco más y me quedo sorda.

-Sorda te voy a dejar yo de una colleja como no te levantes. Espabila que está el desayuno hecho.

-Si me dejaras de entretener igual podría.-Jaque mate.

Mi padre sale de mi habitación resoplando y yo me levanto del suelo. Estoy tan dormida que mi mente aún no había procesado que seguía ahí. Cojo una sudadera y unos pantalones de esos que llaman "mom jeans". Recojo mi cabello castaño en una cola de caballo y bajo a la cocina. Me muero literalmente de hambre.

A mis fosas nasales llega el delicioso olor a tostadas y batido de frutas. Me encanta desayunar esto con mi padre, sobre todo desde que decidí ser vegetariana. Es un coñazo porque tienes que ir a revisiones médicas cada dos por tres, pero vale la pena por proteger a los animales. Como a mi conejo inexistente.

Papá está acabando de sacar las tostadas recién hechas con un tenedor, gran idea maestro.- Papá, te tengo dicho que si metes el tenedor en la tostadora explotará. Literalmente. No quiero acabar en urgencias.

Eres mi hogar {LARRY} [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora