Capítulo 19. Viva la vida.

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-Vale, Oli. Antes de entrar, ehm... mis padres son algo así como maniáticos. Ya sabes que no les gusta mucho que gente venga a casa y... bueno. Están de viaje ahora pero aún así no me gustaría que notaran algo fuera de lugar o... no sé. Sabes que por mí lo toquetearías todo, Oliver.-Juegueteo con las llaves, nerviosa.

-No te preocupes. Tus padres han dejado que me quede aquí, tengo que cumplir sus reglas.-Sonríe y pasa su brazo por mis hombros. Yo abro la valla y dejo que entre primero para volver a cerrarla con llave.

Entramos a la casa y Oliver se queda boquiabierto, parado entre el marco de la puerta y la entrada.-¿Oli? ¿Has visto un fantasma?

-Pues... no sé qué decir. La casa es preciosa. Parecen las típicas de revista, no lo sé. La mía está hecha un desastre entre cojines, papeles, palos de golf...-Me río y niego con la cabeza, su padre está obsesionado con el golf por muy cliché que parezca. Está claro quién era, de one direction, el miembro favorito de su madre cuando era joven.

-A mis padres les encanta decorar, sobre todo a mi padre. Entre capítulo y capítulo de telenovela le va echando un vistazo a algunas webs. Me suele pedir opinión pero la verdad es que nunca me hace caso.-Cierro la puerta tras Oliver y voy a la cocina. Él sigue mirando la entrada, así que le hago una señal para que me siga.

Miro el reloj de la cocina, a estas horas las clases ya han empezado. Como mis padres se enteren de que falto me van a asesinar, pero almenos hoy tengo que hacerlo. No puedo dejar a Oliver solo, hace nada sus padres le estaban agrediendo.

-Siéntate Oli, voy a preparar un té para que te sientas un poco mejor.-El té siempre ha formado parte de mi vida, como la de muchos en Inglaterra. Lleva muchos siglos formando parte de nuestra tradición, y se ha convertido en un complemento más.

Agarro la olla para hervir el agua, y la lleno lo justo para dos tés. Una vez que está como debería, la pongo al fuego para que empiece a calentarse poco a poco, sin prisa. Me seco las manos con el trapo que hay colgado del horno y miro a Oli, el cual juguetea con algo invisible en la isla de la cocina.

-¿En qué piensas?-Pregunto, estirando mis brazos desde el otro lado de la isla para agarrar sus manos.

Interrumpe sus pensamientos y me mira desconcertado.-¿Eh? Nada.

-¿Seguro?-Parece que quiere decir algo más, pero no está muy decidido a ello.-Puedes contarme lo que sea, ya lo sabes.

-¿Tú crees que mis padres me estarán buscado?-Abro la boca para contestar, pero Oliver se me adelanta.-Déjalo, claro que no lo hacen. Tienen un hijo maricón, enfermo, desviado... a ellos les encantaría no tenerlo. He cumplido sus sueños, supongo. Ya no tienen que aguantar a un enfermo en su casa.-Se recoloca el cabello y yo rodeo la isla para abrazarle.

-Oli, no digas eso. Sabes perfectamente que esas cosas no son ciertas. Tú y yo somos personas normales como cualquier otra. Estoy segura de que a Elio no le gustaría escucharte ahora mismo.-Oli agacha la cabeza, sabe que tengo razón. El momento es interrumpido dado que recuerdo que tengo una olla con agua calentándose.

Apago el fuego antes de que empiece a hervir y agarro una tetera del estante de arriba. La atempero, es decir, la paso por agua caliente del grifo. No me apetece que de repente se rompa la porcelana por el cambio de temperatura. Meto el té y la dejonreposar unos minutos para sacar las tazas, la leche y el azúcar. Una vez que el té está listo, se lo sirvo a Oli.

-¿Quieres tomártelo en el sofá? Estaremos más cómodos.-Le digo a Oliver, parece que después de sus crueles palabras no se siente agusto.

-No, tranquila. Estoy más calmado.-Bebemos el té. Bueno, lo bebo yo. Oliver no hace más que darle vueltas con una cucharilla. Está muy callado, y no es normal en él.-Es que simplemente no entiendo por qué tengo que sufrir esto. ¿Es que acaso mis padres tuvieron que salir del armario hetero? ¡No! Claro que no. La gente cishetero nace por la puerta de oro y entra a los jardines del edén. Nosotros nos tenemos que conformar con vivir en un espacio de madera enano con calcetines sudados.-Sorbe un poco de té pero lo escupe immediatamente de forma muy dramática.-¡Mierda! Perdón, estaba muy caliente.

Eres mi hogar {LARRY} [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora