¡vete!

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—verás, boscha, las orquídeas toman su función en las pociones dependiendo del color de sus hojas. déjame ponerte un ejemplo; al fusionar las hojas de una orquídea azul con pelo de unicornio, azufre y semillas de girasol, tendrás como resultado una poción de desaparición, la cual es una poción de segundo grado.—le explicaba willow a su alumna, que no podría estar prestando menos atención aunque lo intentase.

—¿sabes qué es una poción de segundo grado?—le preguntó amity a su... ¿amiga?, rezando a los titanes porque su respuesta fuera correcta. los grados de las pociones eran lo primero que era enseñado en hexside al entrar al aquelarre; si es que boscha no sabía la respuesta a esa pregunta, oficialmente estaban arruinados.

—¿una poción que va en segundo grado? no sé... 

—¡BOSCHA, ESO ES LO PRIMERO QUE TE ENSEÑAN AL ENTRAR AL AQUELARRE! ¡NO PUEDE SER QUE NO LO SEPAS!—amity perdió la paciencia demasiado pronto. willow la quedó mirando con los ojos abiertos como dos platos, tratando de decirle por telepatía, "te he dicho que no le hables así".

—¡pues no lo sé! ¡enséñenmelo porque NO-LO-SÉ!

—¡BASTA!—gritó willow—amity, si vinimos aquí fue para enseñarle a boscha lo que no sabe, así que resóndrala si es que sabe y no lo dice; y boscha, ¡presta atención! estamos invirtiendo nuestro tiempo en ayudarte como para que tengas la cara de no hacernos caso. 

tanto la pelirosa como la peliverde se quedaron de una pieza. jamás habían visto a willow tan estricta, tan firme, tan segura. la habían visto enojada; muy, muy enojada. pero el punto era que willow no estaba enfadada, sólo HARTA de gastar su tiempo para nada.

el móvil de amity vibró.

luz: ¿ya vienes? te extraño :(

la chica sonrió. ahora que willow la había defendido y a la vez criticado, la tensión entre boscha y ella iba a poder cortarse con un cuchillo. 

—sí, eh, chicas, me llama luz.—les dijo, saliendo de la habitación de boscha—vengo en quince máximo. sigan sin mí. 

—¡oye, has olvidado tu móv...—willow intentó avisarle, pero ya había sonado el portazo que amity hizo sonar al salir corriendo, sonriente y expectante, impaciente a ver el vídeo que recién estaba por empezar. 



—supongo que ahora somos sólo nosotras.

—sí, supongo.—se quedaron en silencio algunos instantes, y boscha empezó a sudar. estar sola con willow la ponía de los nervios, aunque ella sola no sabía muy bien por qué. sospechaba que era porque pensaba que le haría daño inconscientemente o sin poder controlarse, haciéndole algún comentario hostil y ella se iría, dejándola sin clase una vez más. y es que, en realidad, boscha era una persona común y corriente, ¿saben? ella también sentía remordimiento, también sentía culpa...también sentía miedo. y sabía que su actitud antipática y su necesidad de tener a quién molestar eran algo que había venido de su estúpida y horrible crianza, y no podía controlar, aunque luego se arrepintiera... como tantas veces se había arrepentido de haberle hecho y dicho barbaridades a willow. 

—bueno, como te decía, las orquídeas...

—park, espera.—interrumpió boscha, parándose de la silla rápidamente. apenas lo hizo, willow cruzó sus brazos frente a su rostro para defenderse de la nada.

—¡lo que sea que vayas a hacerme, hazlo rápido!—exclamó willow, aterrada, creyendo que le haría alguna maldad por decirle la verdad; no estaba prestando atención. sin embargo, boscha no planeaba hacer nada por el estilo. 

TranquilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora